Alain Damas y Diego Rivera desnudan su arte en el CD Secret Sonnets

Alain Damas y Diego Rivera desnudan su arte en el CD Secret Sonnets
Alain Damas y Diego Rivera desnudan su arte en el CD Secret Sonnets

El tenor Alain Damas se acompaña del pianista Diego Rivera en su nueva aventura discográfica, Secret Sonnets, editado por el sello Orpheus. El CD incluye piezas de Gluck, Schubert, Liszt, Poulenc, Rachmaninov y Tosti, en un ambicioso viaje que parece repasar, sin vocación rigorista, la vocalidad de tenor a lo largo de la historia.

El denodado esfuerzo creativo e interpretativo de ambos artistas es apreciable. Se nota un gran cuidado estilístico, una preocupación constante para que cada compositor suene en estilo, diferenciado del resto. También resalta el trabajo lingüístico del tenor, que despliega sin problemas un canto inteligible en los cuatro idiomas.

El disco se abre con dos arias de Gluck, Unis dès la plus tendre enfance de Ifigenia en Tauride y O del mio dolce ardor, de Paris y Elena. El canto de Damas se desarrolla aquí algo pesado, poco dúctil, si bien se aprecia el gusto declamatorio del cantante, subrayado de manera inspirada por el piano de Diego Rivera.

El disco se adentra después en territorios netamente románticos, donde el tenor parece sentirse más a gusto. Damas y Rivera proponen tres lied de Schubert, de entre las que destaca la matizada Der Zwerg, donde Alain Damas deja frases de mérito a media voz. La canción Wehmut, de excelente prosodia y con un Rivera emotivamente dramático, resalta junto a la delicada y expansiva Nacht und Träume, acaso demasiado lenta y pasada de almíbar. Por el cuidado con el texto y la minuciosidad del canto, el dedicado a Schubert es, para nosotros, el mejor apartado de este Secret Sonnets.

Le siguen los Tres sonetos de Petrarca, de Franz List, en los que el verdadero protagonista es el piano de Diego Rivera. La voz de Alain Damas deja al descubierto aquí sus debilidades. Un canto especulativo en los agudos, que suenan abiertos, sin demasiado cuerpo, faltos de chicha armónica. Con un pasaje de registro acusado, la peculiar voz de Damas puede pasar de la nota más redonda a un sonido contaminado de nasalidades o acentos de gola. El artista está ahí, pero acaso este no sea el repertorio que más se ajuste a la singular personalidad de su instrumento. Tal vez peque el artista de ambición, pues Los sonetos de Petrarca parecen dispuestos como la pieza central del disco, y lo cierto es que la calidad de la interpretación de nuestro tenor parece desmerecer dicha relevancia. 

Las banalités de Poulenc llegan y Damas parece otro cantante, mucho más identificado con un estilo que hace de su canto una propuesta evocadora y sugerente. El timbre de Damas es irregular, impredecible, capaz de cambiar incluso al cantar la misma nota. Esta singularidad, unida a una línea de canto poco ortodoxa al servicio de su inspiración artística, crea momentos de una incertidumbre estética que se disipa ocasionalmente en pistas como en Hôtel, realmente deliciosa. Rivera acompaña al tenor en estas canciones de Poulenc de manera imaginativa, sacando destellos irisados en las notas agudas y aportando calidez al canto.

La música rusa está representada por tres del ciclo de 6 Romances de Sergei Rachmaninov, en los que detectamos una mayor distancia entre voz y piano. De nuevo, pese a la intención expresiva, echamos en falta en el canto de Damás mayor calor lírico y dulzura amorosa. Se trata de unas interpretaciones briosas y más bien libres, que coquetean con lo verista y en las que el tenor se atreve con recursos dinámicos que no convencerán a los más puristas.

Cierran el CD las canciones napolitanas de Tosti, L´ultima canzone y Tristezza, cuya elección tampoco se lo pone fácil a la voz de Damas, mucho más efectiva en el requiebro corto y que en el canto legato. Ni Damas ni Rivera proponen ideas novedosas sobre estos temas tan conocidos.  

El valor de Secrets Sonnets se aprecia cuando se atiende al conjunto más que a los detalles; cuando se dejan a un lado prejuicios estilísticos; y cuando el que escucha se deja sorprender por el arte de estos dos creadores: desenfadado aunque respetuoso con música y texto. Tanto Damas como Rivera ofrecen lo mejor de su creatividad en un disco muy ambicioso que será referencia en sus respectivas carreras.

Carlos Javier López