Éxito de Nabucco en el Palacio Ducal de Medinaceli

Nabucco en el Palacio Ducal de Medinaceli
Nabucco en el Palacio Ducal de Medinaceli

La cuarta edición del Festival de Ópera de Medinaceli ha conseguido un rotundo éxito con la representación de la ópera Nabucco, en la producción firmada por Ignacio García que ya ha sido vista en varios teatros de España desde su estreno en Málaga hace menos de un año. El patio del Palacio Ducal, así como las arcadas, los corredores de la planta superior y las escaleras, sirvieron de marco para la acción escénica, que se desarrolló con más dinamismo que en el escenario de un teatro convencional. La faceta musical también estuvo a un excelente nivel, con Pascual Osa ofreciendo una lectura vibrante, verdaderamente verdiana, al frente de la Orquesta y Coro Filarmonía. En los solistas encontramos a al barítono Luis Cansino ofreciendo una interpretación impetuoso, cálida y rica en matices de Nabucco; y a la soprano María Ruiz con unos medios vocales sobrados para defender el complejo personaje de Abigaille, con graves audibles y agudos potentes engarzados en un centro de innegable belleza. Convincente vocal y escénicamente el tenor Mario Corberán en su debut del personaje de Ismaele. Mostró un instrumento fresco, musical y seguro en el registro agudo. El bajo Antonio Alonso fue un rotundo Zaccharia y la mezzosoprano Pilar Belaval se encargó, con brillantez, de Fenena. Los comprimarios, solventes y bien articulados con el equipo de solistas y el coro, fueron resueltos por Daniel Báñez (el sacerdote de Baal), Esteban Barranquero (Abdallo) y Estefanía Ariza (Anna). Los elementos escenográficos (Alejandro Contreras), consistente en restos de columnas y paredes destruidas y varias pantallas de televisión, estuvieron reducidos en esta representación, tomando protagonismo las paredes desnudas del edificio. La iluminación (Jorge Elbal) fue adecuada y redundó en la belleza visual del espectáculo, de la misma forma que el maquillaje (Ana Ramírez) y el vestuario (Ana Ramos).

*Federico FIGUEROA