Exitoso inicio de la Temporada Internacional de Arte Lírico y Zarzuela 2017 de Bogotá

La viuda alegre. Temporada Internacional de Arte Lírico y Zarzuela 2017.
La viuda alegre. Temporada Internacional de Arte Lírico y Zarzuela 2017.

Para la celebración de sus 30 años de labores, la Fundación Arte Lírico —fundada y dirigida por Estrella Barbero de Malagón— ha puesto en escena su Antología de ópera y zarzuela, la zarzuela La leyenda del beso, la opereta La viuda alegre y la zarzuela María la O. Esta temporada, como lo ha sido desde sus inicios, y gracias a la colaboración del Ministerio de Cultura de España y de Colombia, cuenta con la participación de brillantes figuras en los distintos campos del quehacer musical de diferentes nacionalidades: colombianos, españoles y cubanos han aunado sus esfuerzos para presentar un gran espectáculo.

La Antología de ópera y zarzuela es una pieza ya clásica de la Fundación. Este factor es muy interesante. Merece todos los aplausos ver como a lo largo de este enorme empeño de tres decenios, se han ido puliendo, —sin dejar de recibir nuevos aportes— la presentación de estas arias, coros, escenas de baile y piezas corales. También se aprecia como solistas, ballet y coro renuevan sus propuestas en un terreno que les es tan familiar.

Esta “familiaridad” con el repertorio es muy agradecida por el público que ya sabe que es lo que va a ver, pero también tiene un doble filo pues, infortunadamente, muchos de los elementos tanto escénicos como vocales y orquestales que se han utilizado año tras año acusan ya agotamiento. Se pierden a veces las excelentes actuaciones —que ni una esmeradísima y embrujadora iluminación pueden disimular— devoradas por telones o bien que conocieron mejores días o, como son los casos como el de la fuente o del templo egipcio, nunca los tuvieron. También se nota en elementos de utilería que, como es el caso de la hoguera con cable, podrían ser reemplazados por nuevas tecnologías. Por ello, varios de los momentos mejor logrados como propuesta escénica son los más limpios: la Parodia del torero y el toro (que no pertenece a la ópera Carmen, como reza el programa), la Canción del esclavo de Cecilia Valdés o el Va Pensiero de Nabucco, así lo demuestran.

La muy acertada dirección escénica de Federico Figueroa aportó elementos novedosos en la dramaturgia, el manejo de las luces y el ritmo global que enriquecen enormemente la propuesta. Su recursividad en el “impasse” de Stride la Vampa del Trovador, fue genial. También la actuación del barítono Camilo Mendoza contó con los sorpresivos escénicos aportes de Figueroa.

La viuda alegre. Temporada Internacional de Arte Lírico y Zarzuela 2017.
La viuda alegre. Temporada Internacional de Arte Lírico y Zarzuela 2017.

La soprano Beatriz Mora ha sabido renovar su nivel interpretativo y vocal, tomando decisiones correctas en su carrera profesional. En su interpretación de “Una voce un poco fa”, de  Il barbiere di Siviglia, Mora demostró porqué es una de las mejores voces de la escena suramericana. Cuenta además con el fervor y la fidelidad del público. La soprano cubana Gloria Casas es ejemplo del maridaje entre la sensibilidad, la capacidad técnica y la afinación ajustada. Se la vio brillar tanto en las arias operísticas como en los números de zarzuela, en particular el dúo de El gato montés con Javier Palacios. El cuerpo de baile de César Guerrero —muy preciso y desbordante de emoción— ha sabido captar esa esencia ibérica que el público bogotano tanto agradece.

La opereta de Franz Lehár La viuda alegre está basada en una comedia de Henri Meilhac quien, en duo con Ludovic Halévy escribieron los libretos de Carmen de Bizet y varias célebres operetas de Offenbach. Por ello se encuentra tan natural la inclusión del can-can de Orphée aux enfers dentro de la representación, como la ha hecho siempre Arte Lírico.

En esta puesta en escena, se han aunado un elenco colombo-español de muy alto nivel, una dirección musical de Luis Fernando Pérez muy ajustada y una escénica de Federico Figueroa que ha hecho relucir todos los elementos. En esta ocasión, el hermoso telón, un gran arco art nouveau, ha cobijado el humor, la alegría y la inolvidable música de Lehár.

Beatriz Mora ha manejado a su antojo, con toda soltura y picardía su papel de Anna Glawari. La Valencienne de Vanesa Rosse mantuvo un constante buen humor con actuación memorable. El español Antonio Torres revivió al sinvergüenza conde Danilo con la calidad que ha mostrado en los principales escenarios europeos. El maestro Ricardo Muñiz ha personificado al Barón Mirko Zeta con la sapiencia actoral y vocal que le caracteriza y que le ha convertido en referencia obligada a ambos lados del Atlántico. Ya en la Antología se podían presentir las delicias que depararía el tenor valenciano Javier Palacios y no defraudó con su ubicuo e insistente Camille de Rosillon. El tenor Leandro Carvajal presentó un Njegus inolvidable. Su riqueza actoral y las altas dosis de humor hicieron las delicias del público, al igual que las deliciosas Olga (Zulay Peña), Praskovia (Carolina Chaparro) y Sylviane (Alix Martínez). Muy aplaudido por el público el “septimino” donde pudimos apreciar las voces y el desparpajo de Fabián Cárdenas (Vizconde Cascada), Giovanny Reyes (St. Brioche), Freddy Pimiento (Pritschitsch) y Carlos Polanía (Bogdanovitch). El coro de la Fundación Arte Lírico, preparado por Beatriz Batista, estuvo en uno de sus mejores días, tanto en lo escénico como en lo musical, y el ballet exhibió su excelente labor con las coreografías de Jaime Romero. El público premió con entusiasmo a todos los artistas en los saludos finales.

Juan de Gira