La Danza Española, camino de ser Bien de Interés Cultural como Patrimonio Inmaterial

Los primeros bailarines Aloña Alonso y Sergio Bernal, junto a solistas del Ballet Nacional de España en la coreografía de Antonio 'Eritaña'. Foto: Jesús Vallina
Los primeros bailarines Aloña Alonso y Sergio Bernal, junto a solistas del Ballet Nacional de España en la coreografía de Antonio ‘Eritaña’. Foto: Jesús Vallinas

La Asamblea de Madrid aprobó por unanimidad el viernes 22 de septiembre que el Gobierno Regional solicite del Gobierno de España darle esa protección a nuestro arte coreográfico

Es una gran noticia leer que todos los grupos políticos de la Asamblea de Madrid han aprobado el viernes 22 de septiembre, por unanimidad, instar al Gobierno Regional a que solicite del Gobierno de España la declaración de bien de interés cultural para la Danza Española en la categoría de Patrimonio Inmaterial. Así lo recoge en su página web el Grupo Parlamentario Popular de la autonomía, quien llevó esta propuesta al Pleno. En el momento de redactar estas líneas, todavía no estaba accesible el Boletín de la Asamblea de Madrid de la fecha indicada.

Se celebra que desde las diferentes ideologías políticas tengan claro al unísono que el Arte de la Danza Española está por encima de todo, porque es único, gestado desde hace cinco siglos y eleva con su estilización implícita la expresión de cada una de las diferentes idiosincrasias que conforman nuestro país.

Porque, más allá del gentilicio, el término Danza Española condensa, por un lado, las famosas “cuatro formas” que la bailarina, pedagoga y coreógrafa Mariemma (Íscar, Valladolid, 1917-Madrid, 2008) consideró esenciales para estudiar la disciplina de forma académica. Con el añadido del ballet clásico como base para colocar y disciplinar el cuerpo, estas «formas» son, folklore, escuela bolera, flamenco y  estilización coreográfica, aunque esta última sería el producto culto de crear a partir de las otras tres, las cuales, con sus peculiaridades, también son creaciones de cada época. Un ejemplo de estilización teatral, muy reciente en los escenarios, es el programa dedicado a Antonio Ruiz Soler por el Ballet Nacional de España, con El sombrero de tres picos como el gran ballet español narrativo.

Por otro lado, y aquí el término toma toda su fuerza, Danza Española identifica una Escuela Coreográfica y, por tanto una Academia, al mismo nivel que el llamado Ballet Clásico, que es la Danza Académica Franco-Italiana. Es un arte, por tanto, intelectual y su sinónimo es Baile Español, aunque entre danza y baile haya matices que, para resumir, existen desde el Renacimiento y Barroco entre la llamada alta y baja danza. También desde entonces existía un baile individual, el canario, en el que eminentemente se zapatea, como también se hace en el llamado españoleta. Ya se bailaba percutiendo con los pies, vemos, antes del denominado flamenco, dentro de la Escuela  Española de Danza desde el siglo XVI.

Mariemma y Antonio en La Scala de Milán protagonizando El sombrero de tres picos de Leonide Massine. Temporada 1952-53
Mariemma y Antonio en La Scala de Milán protagonizando El sombrero de tres picos de Leonide Massine. Temporada 1952-53

Mariemma, de quien se celebra este año su centenario, siempre decía que toda España se podía unir con un hilo invisible por sus bailes. Porque en todos sitios, o se baila jota, o se baila fandango ¡O los dos! Y, generalizando, ambos tienen ritmo 3/4 o 6/8, el reconocido “1, 2, 3, 1,2,3…”.

Por eso, nos encontramos con jota catalana y fandango vasco; jota de Madrid y fandangos de Huelva; jota valenciana, fandango gallego, jota extremeña o, por supuesto, jota aragonesa.

En cada lugar, claro, se suman otros bailes, danzas y ritmos. Pero fandango o jota, hay. Si se busca, se verá que esa lista se amplía con cada ciudad o pueblo de nuestro país. Cada uno con sus peculiaridades -¡qué enriquecedor!- pero todos, en definitiva, bailando al mismo (o muy parecido) son.

Cristina Marinero