Riccardo Muti dirige por quinta (y tal vez última vez) el concierto de Año Nuevo

Riccardo Muti
Riccardo Muti

El director de orquesta napolitano Riccardo Muti ha sido elegido por la Filarmónica de Viena para dirigir por quinta vez (ya lo hizo en 1993, 1997, 2000 y 2004) el tradicional Concierto de Año Nuevo en la Musikverein de la capital austriaca. Iguala así el número de apariciones del maestro Zubin Mehta, desde que el honor de dirigir el concierto más famoso del mundo tiene carácter rotatorio.

El concierto de Año Nuevo es ya un acontecimiento cultural que sobrepasa con creces lo musical, y que cada año gira entorno a la alegría por comenzar un año nuevo, la celebración de la belleza y el deseo de hermandad entre los pueblos simbolizado por la música sinfónica. Cada primero de enero, decenas de millones de personas ven en directo el concierto, retransmitido por la cadena de televisión ORF. La calidad técnica de la retransmisión mejora año tras año, con desigual resultado plástico. En la edición de 2018, a cargo de Henning Kastein, hemos podido disfrutar de un programa menos edulcorado y más respetuoso con la música que en ediciones anteriores, siempre dentro de un esquema muy tradicional.

La música del Concierto de Año Nuevo es la excusa perfecta para divulgar la cultura austriaca. Este año la ORF conmemora el final de la Primera Guerra mundial y el centenario de la desaparición de cuatro artistas austriacos universales como el arquitecto y diseñador Otto Wagner, o los pintores Gustav Klimt, Egon Schiele y Koloman Moser. Todos ellos son protagonistas del documental Viena moderna (1918-2018), producido y dirigido por Georg Riha. Un documental más bien insulso que combina no obstante una magnífica selección de música austriaca de la primera mitad del siglo pasado interpretada por los solistas de la Filarmónica de Viena, y que transmite con la característica elegancia vienesa pero con un enfoque novedoso el valor de la arquitectura y la pintura modernistas así como su influencia en el desarrollo cultural de la ciudad vienesa.

También contó con un toque fresco y juvenil el Ballet Estatal de Viena, que desarrolló las expresivas coreografías del italiano Davide Bombana, en la antigua estación de tren del emperador Francisco José (Hietzinger Hofpavillon) de Otto Wagner, y en Schloss Eckartsau, última residencia del Emperador Carlos. Los bailarines lucían el espléndido vestuario del diseñador español Jordi Roig.

En cuanto a lo netamente musical, la interpretación de la Filarmónica de Viena no ha decepcionado a los oídos más exigentes. El programa ha incluido obras poco habituales en el repertorio junto a guiños a la música de ópera como el Gallop de Guillermo Tell, la Cuadrilla sobre un Ballo in Maschera de Verdi o la obertura de la opereta «Boccaccio»  de Franz von Suppé. Riccardo Muti aportó una tensión particular a la línea orquestal, mientras que su inteligente selección de ritmos y su inspirado rubato han mantenido la atención sobre cada compás.

El Concierto de Año Nuevo de 2018 ha sido uno de los mejores de los últimos años, tanto musical como visualmente. Se aprecian esperanzadores signos de renovación en la producción televisiva, que se aleja tímidamente del almíbar de las versiones de años anteriores. Sin duda es una buena noticia que la tradición siga más viva que nunca tras su septuagésimo séptima edición; y que siga congregando a medio mundo entorno a la música y la belleza. Feliz año 2018.

Carlos Javier López