Ernani de Verdi por Buenos Aires Lírica

Ernani de Verdi por Buenos Aires Lírica
Ernani de Verdi por Buenos Aires Lírica

Con Ernani Verdi nos presenta el primer anticipo del camino que lo distinguirá entre los compositores líricos italianos. Lejos aún de sus obras maestras, en esta ópera, sin embargo, el autor acierta en la descripción de algunos caracteres, afina su creatividad en los concertantes y da prueba de su fibra en una partitura palpitante.

A diez años de su primer montaje de este título, Buenos Aires Lírica volvió sobre él y nos entregó una versión en la que lo musical sobrepasó en resultados a lo puramente escénico; y para ello contó con la estupenda dirección del Mtro. Juan Casasbellas que, como los antiguos concertadores italianos, tuvo como principales objetivos lograr coherencia y cohesión entre el foso y el escenario y guió con mano maestra concertantes y solos que no perdieron, ni por un minuto, su empuje, su brío y su contundencia. Tempos vibrantes, limpieza en la ejecución, respiración ajustada, se sumaron para un resultado más que distinguido.

La soprano paraguaya Monserrat Maldonado como Elvira, cautivó con una voz que resolvió con soltura todas las dificultades de su rol. Segura en las coloraturas, buena línea, limpio legato, un caudal considerable y un timbre gratísimo fueron virtudes decisivas a la hora de encarnar musicalmente a esta dama hispana que en lo escénico también fue gratamente dibujada.

Su aria de entrada recibió el beneplácito del público con cerradas ovaciones, las que se repitieron al final de la velada. Su presencia en nuestros escenarios será siempre bienvenida si continúa en este nivel.

El Silva del bajo brasileño Sávio Sperandio impactó por una voz sonora y oscura que se impuso con autoridad desde su primer aparición. El rol fue interpretado con inteligencia y acierto, mostrando un claro conocimiento de la parte. Ganó con justicias las ovaciones con las que la sala premió su labor y nos dejó con la esperanza de volver a verlo y aplaudirlo pronto en Buenos Aires.

Nazareth Aufe como Ernani fue de menor a mayor y tuvo una meritoria labor en un rol que asumió con compromiso aunque, tal vez, no sea el que más se adecua a sus méritos.

Lució bello timbre y buena línea aunque su volumen sea pequeño y más afín a los pasajes líricos que a los dramáticos. Más allá de los reparos, logró una impactante escena final, todo un tour de force al cabo de una larga función.

Ernani de Verdi por Buenos Aires Lírica
Ernani de Verdi por Buenos Aires Lírica

El barítono Lisandro Guinis estuvo un tanto por debajo de sus colegas con su Carlos V. Su voz resultó más eficaz en los graves que en los exigentes agudos y su línea de canto se deslució un tanto por lo desparejo del registro.

El Coro tuvo una prestación muy convincente y sus participaciones resultaron acertadas. Buen empaste, precisión en las intervenciones en los concertantes, buen balance sonoro… Bravo!

La puesta de Crystal Manich prometió una buena función en la primera escena, con una eficaz marcación de las masas corales y una gratísima escenografía pintada de Noelia González Svoboda, que en los restantes actos se volvió menos atractiva desde lo cromático a la par que la puesta fue poblándose de desaciertos…

No se puede entender la razón por la que los nobles castellanos vieron reemplazadas sus espadas por puñales, salvo en una escena (lo que no hace descartar el costo de las armas) tampoco es fácil justificar el uso del persistente negro en los vestuarios de los asistentes a una fiesta nupcial ni el que los asistentes a esta aparezcan enmascarados. La entrada de Silva para descubrir a los enamorados de Elvira perdió su impacto al ser precedida por el ingreso del coro. La muerte de los protagonistas sobre una cama de un estilo anacrónica con una puesta que pretendía ser respetuosa de la época tampoco ayudó; y a todos estos detalles debemos sumar una escasa marcación de los protagonistas en los que faltó la conducción clara para transmitir el espíritu de los personajes.

Es cierto que el libreto de Ernani no es Shakespeare, pero precisamente por ello requiere de un trabajo profundo y detallado para disimular el cartón piedra que aparece aquí y allá a lo largo de los actos.

Desde lo visual, esta última producción no pudo hacernos olvidar de su antecesora de hace diez años atrás.

Afortunadamente Verdi siguió imperando con su música y su fuerza… armas tan poderosas que el encanto no se deshace por detalles más o menos afortunados.

Prof. Christian Lauria