Iberia: la magia de Albéniz en la excelente interpretación de Díaz-Jerez

Iberia: la magia de Albéniz en la excelente interpretación de Díaz-Jerez
Iberia: la magia de Albéniz en la excelente interpretación de Díaz-Jerez

Interpretar la Suite Iberia del gran Isaac Albéniz es un desafío de altísima consideración, sin duda un reto ambicioso y, a la vez, arriesgado, no sólo por tratarse de una colección de piezas de un virtuosismo y  exigencia técnica elevadísimos sino también por la enorme capacidad expresiva que requiere del intérprete.  El sello Orpheus nos presenta un D.V.D. en el que el pianista Gustavo Díaz-Jerez realiza una excelente interpretación de esta magistral obra de  Albéniz, algo que particularmente me alegra pues creo sinceramente que el compositor español, pese al reconocimiento del que goza, debería ser más valorado y, fundamentalmente, más interpretado pues, desde mi humilde punto de vista, Albéniz es uno de los más grandes compositores pianísticos de la historia de la música occidental, a la altura de otras figuras que son interpretadas en los auditorios españoles con mucha más frecuencia.

La excelente interpretación de Díaz-Jerez de Iberia se debe a los dos grandes retos que afronta cualquier pianista que se enfrente a esta suite: técnicamente Díaz-Jerez demuestra una gran capacidad, destacando las melodías y los bajos según lo pida la partitura, disociando las dos manos con una eficacia enorme que le permite realizar y dar protagonismo a los ricos temas de la obra y, al mismo tiempo, ejecutar con musicalidad unos adornos muy exigentes de gran valor estético. La escalas frenéticas, los complicadísimos acordes son ejecutados con total solvencia, la musical diferenciación de los planos sonoros, la capacidad para realizar con muchísima eficacia y buen gusto la dinámica, el control total de todo el registro del teclado  al que exige la obra,  las ornamentaciones, puramente españolas, la variedad de registros musicales y sonoros a los que obliga la partitura al pianista son de tal exigencia y tan bien ejecutados por Díaz –Jerez que no podemos más que aplaudir con sinceridad un fantástico trabajo del pianista, en esta monumental obra de Albéniz que no tiene ni un momento de relajación para el intérprete.

El otro gran reto que la excelente interpretación de Díaz-Jerez supera con creces es la expresividad, imprescindible para hacer llegar debidamente esta extraordinaria obra; en este sentido, Díaz-Jerez se muestra totalmente capaz de crear esas atmósferas mágicas que el genial compositor evoca, tocando con una musicalidad y buen gusto enorme.   Esa perfecta simbiosis entre el virtuosismo y la expresividad hacen que el firmante sólo pueda aplaudir con sinceridad esta excelente interpretación.  Poco podemos decir que no se sepa de la Suite Iberia, con ese estilo nacionalista español tan propio de la personalidad artística de Albéniz, con esa inspiración única que hace de este compositor un autor de dimensiones extraordinarias. La imaginación, la fantasía de Albéniz tienen en las doce piezas de estos cuatro cuadernos unos ejemplos muy elocuentes, evocando lugares y circunstancias en cada una de ellas; la alegría de piezas como El puerto, Rondeña, Triana o Eritaña, la melancolía de Evocación o Almería, el aire mágico y el embrujo de El Albaicín, Málaga o Jerez, la fuerza de la impresionante El Corpus Christi en Sevilla, El polo o Lavapiés definen por sí mismas la categoría del compositor y su personalidad musical.

La excelente interpretación de Díaz-Jerez  nos permite disfrutar de la magia de Albéniz, de la gran obra que es la Suite Iberia y, por lo tanto, debemos destacar el magnífico trabajo que desempeña en esta versión, demostrando que es un pianista de un altísimo nivel y un músico de gran seriedad.  Quisiera también hacer una breve mención a la buena realización de este D.V.D. , presentándonos primerísimos  planos de las manos del pianista, planos del teclado desde arriba, alguno del arpa y algunos de rostro del intérprete, combinándolos con habilidad para que, visualmente, el recital no resulte monótono.

Me gustaría acabar este comentario haciendo de nuevo hincapié en que me parece un acierto que se interprete una obra del nivel de la Suite Iberia y que se reivindiquen autores españoles de la talla de Albéniz así como aplaudir nuevamente esta excelente interpretación de Díaz-Jerez, a quien felicitamos desde estas líneas.

Emilio Lacárcel Vílchez