Riccardo Chailly: Overtures, preludes & intermezzi

Riccardo Chailly: Overtures, preludes & intermezzi
Riccardo Chailly: Overtures, preludes & intermezzi

Ya desde que asumió su cargo como flamante director musical del primer coliseo lírico italiano y uno de los más importantes a nivel internacional, La Scala de Milán, el maestro Riccardo Chailly -nacido precisamente en la capital lombarda en 1953-, ha querido dejar muy clara una de sus principales líneas de actuación, como es la defensa del riquísimo patrimonio musical italiano. No en vano las dos inauguraciones de ‘stagione’ las ha dedicado hasta ahora a uno de los títulos de juventud verdianos menos representados (“Giovanna d’Arco”, que ya defendiera en sus años boloñeses) y a la “Madama Butterfly” original. Este disco recoge fragmentos orquestales de obras que vieron la luz precisamente en el templo milanés. La serie se abre con la deliciosa introducción de “Un giorno di regno”, al que sigue, también de Verdi, el preludio al acto III de “I Lombardi”, verdadero concierto para violín destinado por el compositor al entonces concertino Eugenio Cavallini. Encontramos, como era de esperar, piezas tan conocidas como la “Danza de las horas” de “La Gioconda” de Ponchielli, el “Intermezzo” de “I Pagliacci” de Leoncavallo o el Preludio al “Prólogo” de “Mefistofele” de Boito (en rutilantes versiones, por cierto, como también las del “Ugo, Conte di Parigi” donizettiano o la de “Norma”, que nos descubre la gran música que es), junto a otras prácticamente ignotas. Y que revelan una excelente factura, como la inspirada página de “La Wally” de Catalani, de influencia tan wagneriana, o la magnífica introducción al acto II de “Siberia”, llena de sabor ruso. También es muy atmosférica la obertura de “I Medici” de Leoncavallo, con sus toques de trompa (las óperas de este autor, por cierto, son las únicas que no fueron allí creadas, sino en el cercano Teatro dal Verme). De “Madama Butterfly” se ha optado por el perfumado ‘Intermezzo’ de la primera versión. La obertura de “La pietra del paragone” (que sería reutilizada también para “Tancredi”) nos recuerda aquellas magníficas grabaciones rossinianas de los comienzos de la carrera del director. Un disco, en suma, muy agradable de escuchar y a la vez muy ilustrativo de la historia de este teatro único en el mundo.

Rafael Banús Irusta