Thielemann corona brillantemente el Anillo en Dresde

 

Thielemann corona brillantemente el Anillo en Dresde
Thielemann corona brillantemente el Anillo en Dresde

Llega a su final la Tetralogía wagneriana en la versión musical de Christian Thielemann y lo ha hecho de manera brillante musicalmente, pudiendo decir que en este caso apenas hay butacas en la producción escénica, mientras que el reparto vocal ha ofrecido luces y sombras.

Así pues, Christian Thielemann ha coronado su versión musical del Anillo. No creo que sea para nadie una sorpresa que yo diga que su dirección ha sido brillante como pocas y ha respondido a las muy altas expectativas que existían de antemano. Para mi gusto su lectura ha sido espectacular en los dos últimos actos, particularmente en un último acto que quedará para el recuerdo. El Funeral de Sigfrido fue de cortar el aliento y lo mismo se puede decir de la Inmolación de Brünnhilde y del tema de la Redención final. Ese último acto valió por muchas Tetralogías. Si espectacular fue su dirección de los dos últimos actos, no estuvo al mismo nivel en el primero, donde pudo faltar mayor emoción, aunque hay que reconocer que tampoco la música de este primer acto es de lo mejor que escribiera Wagner, si exceptuamos algunas escenas y, particularmente, la de Brünnhilde y Waltraute.

Hay que decir que hemos sido muchos los que hemos acudido a Dresde a este Anillo y nadie viene hasta aquí, si no está convencido de que el esfuerzo merecerá la pena. Lo cierto es que ha merecido la pena y que Christian Thielemnn se ha consagrado como uno de los grandes directores wagnerianos de la historia. Sobre la Staatskapelle Dresden no sé qué puedo decir de ella, salvo que su prestación bajo la batuta de su director titular fue simplemente insuperable. Muy buena también la actuación del Staatsopernchor de Dresde.

Como digo más arriba, el reparto vocal ha ofrecido luces y sombras, con algunos cambios de importancia respecto de la ocasión anterior del mes de Octubre pasado.

Como en todo el Anillo, volvía a ser Brünnhilde la alemana Petra Lang, mientras que en la ocasión referida de Octubre lo fue Nina Stemme. No ha estado en esta ocasión la soprano sueca en Dresde, ya que está en Munich en el Anillo del Nibelungo que está ofreciendo en estas fechas Kirill Petrenko. La diferencia entre ambas cantantes es muy grande. Me he venido refiriendo los días anteriores a las carencias de Petra Lang para la parte de Brünnhilde y no podría hacer sino repetir mis comentarios de los días anteriores. Simplemente, insuficiente.

Siegfried fue interpretado por el tenor austriaco Andreas Schager, como lo fuera también en el pasado mes de Octubre. Una vez más demostró que es un excelente Siegfried, con voz poderosa y brillante, fácil por arriba y resolviendo todas las dificultades del personajes, que son muchas. Destacaré el relato final sobre el Pájaro del Bosque, donde tantos tenores pasan enormes dificultades, y no fue así en su caso. La voz es menos heroica que la de Stephen Gould, que fue el joven Sigfrido hace unos días.

Uno de los puntos débiles del Ocaso de Octubre fue la actuación de Falk Struckmann en la parte de Hagen. Ocupó su lugar el bajo danés Stephen Milling, cuya actuación fue mucho más convincente en términos vocales. Aquí podemos hablar de un Hagen con voz adecuada par el personaje, ofreciendo una excelente prestación vocal.

Repetía actuación como Gutrune la soprano alemana Edith Haller, que ofreció una convincente actuación vocal y escénica, aunque las notas más altas resultan un tanto destempladas.

También hubo cambio en el personaje de Gunther, interpretado ahora por Martin Gantner, de medios un tanto modestos y que no paso de la corrección.

Una vez más la mezzo-soprano Christa Mayer nos ofreció una intachable actuación, en esta ocasión como Waltraute, emocionante en su escena con Brünnhilde.

Albert Dohmen lo hizo bien en la parte de Alberich en la escena con Hagen que abre el segundo acto de la ópera. Tanto aquí como en Siegfried su actuación resulta correcta, lo que no lo fue en Das Rheingold.

Thielemann corona brillantemente el Anillo en Dresde
Thielemann corona brillantemente el Anillo en Dresde

Las Nornas fueron bien cubiertas por Monika Bohinec, Simone Schröder y Christiane Kohl. Finalmente, las Hijas del Rhin resultaron adecuadas. Eran sus intérpretes Christiane Kohl (Woglinde), Sabrina Kögel (Woglinde) y Simone Schröder (Flosshilde).

La producción que nos ha ofrecido Dresde es, como todo el resto de la Tetralogía, la que se hizo en coproducción con el Teatro Real de Madrid, donde se pudo ver entre Mayo de 2002 y Marzo de 2004. La producción lleva la firma de Willy Decker y muchos aficionados la recordarán como la de las butacas, ya que muchas escenas se desarrollan justamente en un patio de butacas de un teatro. Tengo que decir que Willy Decker casi prescinde de las butacas en esta última entrega. Apenas aparecen en las escenas inicial y final de la ópera.

Como en las entregas anteriores, la escenografía es obra de Wolfgang Gussmann, debiéndose el vestuario al propio Wolfgang Gussmann y a Frauke Schernau. Vista en su conjunto, la primera sensación que uno tiene es que ésta es la puesta en escena mejor conseguida de la tetralogía. Está bien hecha la escena de las Nornas, así como las tres escenas en la Roca de Brünnhilde. Moderno y atractivo el palacio de los Gibichungos y vuelta a la idea del teatro dentro del teatro en todo el último acto.

Hay aportaciones interesantes, como es la aparición de Wotan en escena en la muerte de Siegfried mostrando su pesar. Es un momento emocionante, que se vuelve a repetir durante la Inmolación de Brünnhilde, donde también aparece en escena Erda, mientras que ocupan las butacas en el fondo durante la Inmolación de Brünnhilde Wotan y las 8 valquirias.

La Semperoper estaba totalmente repleta y el publico dedicó una entusiasta acogida final, especialmente a Christian Thielemann y la maravillosa Staatskapelle Dresden. Hubo también grandes ovaciones par los 3 principales protagonistas.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 5 horas y 33 minutos, incluyendo dos intermedios. Duración musical de 4 horas y 19 minutos, prácticamente igual que en Octubre, y 11 minutos más lenta que la de Kirill Petrenko en Munich. Doce minutos de ovaciones y bravos.

El precio de la localidad más cara (palco central) era de 140 euros. La butaca de platea costaba entre 87 y 117 euros. La localidad más barata costaba 34 euros. Inmejorable relación precio-calidad.

José M. Irurzun