Vocalise: melancólica embriaguez

Vocalise: melancólica embriaguez
Vocalise: melancólica embriaguez

Bajo el evocador título de “Vocalise”, el sello Sony ha lanzado este singular y variopinto álbum que protagoniza la soprano Nuria Rial junto a ocho violonchelistas de la Sinfonieorchester Basel, registrado en Suiza en enero de 2017, y que representa una nueva colaboración discográfica de la cantante catalana con miembros de la Orquesta de Basilea.

La combinación instrumental de una voz de soprano y un octeto de violonchelos es ya de entrada original, y uno se acerca con sumo interés al contenido del disco. Curiosamente, no hallamos por ningún lado la célebre canción de Sergéi Rachmaninov así bautizada, y la obra que vehicula el álbum es Las Cuatro Estaciones Porteñas de Astor Piazzola en el arreglo para esta formación de cuerdas que elaboró en 2013 el chelista y músico británico James Barralet. Una más de las incontables trasmutaciones instrumentales de que goza la popular obra del compositor y bandoneonista argentino cuya homogénea y compacta textura musical hace justicia al original para cuerdas, piano, guitarra eléctrica y bandoneón.

Pero contrariamente a lo que se podría suponer, la obra de Piazzola no se nos presenta de forma consecutiva, ya que cada uno de los cuatros movimientos se sitúa en distintos lugares del compacto, comenzando con el Verano en la primera pista, situándose el Otoño y el Invierno hacia la mitad (en las pistas 4 y 5), y colocando la postrera Primavera en el último track, más concretamente el 8 (número que coincide con la cantidad de chelistas). De esta forma, asistimos a una estructura perfectamente simétrica que brinda variedad al conjunto, con las estaciones de Piazzola en alternancia con el resto de páginas que integran el álbum.

Entre el Verano y el Otoño se inserta otra obra sudamericana, la popularísima Bachiana Brasileira nº 5 de Heitor Villalobos, uno de los pocos compositores en escribir música específicamente para ocho violonchelos. En esta primera participación de Nuria Rial se palpa la embriagadora seducción de su voz ágil y ligera, exhibiendo un canto dulce, puro, melodioso, carente de vibrato, con susurrantes filados y medias voces en el Aria que convierten a su versión en una de las más delicadas jamás grabadas. El lado más extrovertido, siempre controlado y sin estridencias ni excesos, se nos muestra en toda su plenitud en la inmediata Cantilena, donde comprobamos el excelente manejo de la soprano española en la dicción portuguesa.

Si algo hay que reprochar a este trabajo discográfico es que las aportaciones de Nuria Rial son realmente escasas, por no decir episódicas, y por ello no podemos calificarlo de recital. Pero aún podemos deleitarnos con la pureza aterciopelada de su instrumento en una obra compuesta para la ocasión, en su doble dedicatoria a la soprano y al octeto, por el barcelonés Bernat Vivancos (1973), y que constituye primera grabación mundial: Vocal Ice, en la que como su propio título indica, la voz parece quedarse congelada a través de un continuo canto melismático que trata de representar, inspirándose en la Pietà de Miguel Ángel, una canción de cuna sin palabras de la Virgen María a su Hijo. No podría existir mejor voz que la de Rial para traslucir tanto la ternura como la tristeza y melancolía que embargan esta pieza.

En esa misma línea emocional, aún puede el oyente disfrutar de la tercera y última contribución de la soprano de Manresa en un arreglo del propio Vivancos de la canción tradicional catalana El Cant dels Ocells, que popularizó el chelista Pau Casals convirtiéndolo en un auténtico himno de concordia entre los pueblos. En este caso, la voz de la soprano, que comienza entonando a capella la melodía, se alterna con el octeto, tocando en pequeños solos o todo el conjunto al completo. Los instrumentistas de la Orquesta Sinfónica de Basilea abordan las estaciones de Piazzola combinando la firmeza en los ataques con el inherente encanto melancólico y crepuscular, además de un cuidado sentido cantabile del fraseo, y destinan para las obras vocales un acompañamiento de gran transparencia. Muy recomendable este sugestivo “Vocalise”, donde, al margen del sobresaliente oficio del octeto suizo, la deliciosa voz de Nuria Rial se eleva como el auténtico atractivo. En este álbum hallarán auténtica fascinación para el oído.

Germán García Tomás