Los Elementos de Literes en La Fundación Juan March

Los Elementos de Literes en la Fundación Juan March. Foto: Fundación Juan March.
Los Elementos de Literes en la Fundación Juan March. Foto: Fundación Juan March.

Dentro de la magnífica colaboración entre el Teatro de La Zarzuela (un éxito más), y la Fundación Juan March, se presentó la ópera barroca de Antonio de Literes Los Elementos.

Se trata de una obra de compleja dramaturgia puesto que no existe prácticamente acción, pero el director de escena y escenógrafo Tomás Muñoz supo profundizar en la música para descubrir allí los elementos necesarios para dar movimiento y efectividad a una historia simbólica de la desolación y lucha entre los cuatro elementos, Tierra, Aire, Fuego y Agua por la ocultación del Sol hasta su nueva aparición introducida por el Alba que vuelve a poner todo en su sitio de forma armónica. Una magnífica producción que se ve pocas veces.

Muñoz ha sabido trasladar el guiño de esta “historia” a nuestro mundo de hoy, al borde del desastre ecológico por el mal hacer de los humanos.

Los Elementos de Literes en la Fundación Juan March. Foto: Fundación Juan March.

çUna bellísima producción con un inteligente utilización del pequeño espacio del estrado de la sala de la Fundación. Una pantalla de fondo para proyectar la noche estrellada y al amanecer, un giratorio, la pequeña orquesta al fondo de la escena y los personajes maravillosos vestidos con una elegancia y exquisitez total por Gabriela Salaberri que obtuvieron un éxito rotundo.

Ollana Alemán, «la Tierra», Eugenia Bois, «el aire», Aurora Peña, «el Agua», Marifé Nogales, «el fuego», Soledad Cardoso, «la aurora» y Lucía Martín-Cartón supieron dar a sus simbólicos personajes todo el carácter y elegancia que exigía la música. Todo fue delicadez y expresividad. Las seis mujeres, cinco sopranos y una mezzo, elevaron su actuación a un canto excelso y arrebatador. La pequeña orquesta formada por seis músicos bajo la dirección al clave de Aarón Zapico acompañaron a las cantantes de forma admirable.

Todo respiraba suprema elegancia que se vio recompensada por la reacción del público. Un auténtico y merecidísimo éxito.

Francisco García-Rosado