Una excepcional Favorita en el Teatro Real con Camarena y Barton

Una excepcional Favorita en el Teatro Real con Camarena y Barton
Una excepcional Favorita en el Teatro Real con Camarena y Barton

El Teatro Real celebra los 20 años de su reapertura y lo hace ofreciendo esta ópera de Donizetti, que es la primera que subió al escenario de este teatro, cuando fue inaugurado en 1850. Se han ofrecido dos únicas representaciones en forma de concierto, la primera de las cuales fue una función de gala el pasado día 2. Se ha ofrecido la versión original francesa de la ópera prácticamente íntegra, incluyendo la música de ballet, de la que se podía haber prescindido, ya que nada aporta musicalmente y una música de ballet sin danza no tiene sentido. El resultado del concierto ha sido muy bueno, con una buena dirección musical y dos protagonistas de excepción en el reparto.

La dirección musical ha estado encomendada al director israelí Daniel Oren, que volvía al Teatro Real tras sus Pescadores de Perlas de hace 4 años, también entonces en forma de concierto. No cabe duda de que estamos ante un notable director, que brilla especialmente en el repertorio italiano y así lo ha demostrado una vez más. Lo que me resulta casi insufrible es su ansia de protagonismo en el podio, con sus ademanes excesivos y sus saltos continuos, que me parece que no tienen solución, ya que no hay duda de que a muchos espectadores les encanta. A sus órdenes estuvieron las fuerzas estables del Teatro Real, es decir su Orquesta y Coro, que han demostrado una vez más su calidad en una actuación digna de elogio.

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La protagonista que da título a la ópera es Leonora de Guzmán, la favorita del rey Alfonso XI de Castilla, aunque siempre esta ópera ha sido identificada con el personaje de Fernando, es decir el tenor. En Madrid hemos tenido el debut del mejicano Javier Camarena en el personaje, así como la presencia de la joven mezzo-soprano americana Jamie Barton como Leonora. Los dos han brindado una excelente actuación, aunque hay que reconocer que la Favorita del Rey lo fue también del público.

Así pues, la protagonista de la ópera fue la mezzo-soprano americana Jamie Barton, que debutaba en Madrid, ofreciendo una voz amplia, muy bella, bien manejada y cantando con expresividad. Su Leonore fue magnífica de principio a fin, ofreciendo además un registro agudo a prueba de bomba. Su interpretación de O mon Fernand y la subsiguiente cabaletta fueron el punto álgido de una gran versión de la ópera de Donizetti. Estamos ante la continuación de la gran tradición de mezzo-sopranos americanas de los últimos años, siguiendo la estela de las excepcionales Marilyn Horne y Dolora Zajick. Hoy Jamie Barton no admite comparación sino con Elina Garanca.

El tenor mejicano Javier Camarena debutaba en el personaje de Fernand y demostró que el cetro de Alfredo Kraus en el personaje está bien cubierto tanto por él como por Juan Diego Flórez. Para mi gusto encuentro más completo al mejicano que al peruano, ya que en los momento más dramáticos de la obra, especialmente en el final del tercer acto, la voz de Camarena me parece mas adecuada que la de JDF. Cantó de manera intachable toda la noche, abriendo además cortes habituales. El siempre esperado Spirto gentil o Ange si pur en la versión francesa tuvo brillantez, pero no llegó a lo que puede esperarse de este estupendo cantante, ya que tengo la impresión de que su voz no estaba en condiciones perfectas, aunque no hubo ningún aviso de indisposición.

Alphonse XI fue interpretado por el barítono italiano Simone Piazzola, quien una vez más me ha dejado un tanto indiferente. La voz de este joven barítono no está como hace no más de dos años y no pasó de cumplir con su cometido, poco brillante en cualquier caso.

Simón Orfila dio prestancia y sonoridad al personaje de Balthazar, siendo el buen profesional de siempre.

La joven soprano Marina Monzó lo hizo bien como Inés, cantando con gusto su aria del primer acto de la ópera.

Antonio Lozano fue un adecuado Don Gaspar.

El Teatro Real estaba casi lleno. El público mostró su entusiasmo con el concierto, dedicando ovaciones y bravos a escena abierta, especialmente a Jamie Barton tras su escena del tercer acto. Al final hubo bravos sonoros para los dos protagonistas y para Daniel Oren.

El concierto comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 11 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 37 minutos. Diez minutos de ovaciones y bravos.

El precio de la localidad más cara era de 191 euros, habiendo butacas de platea desde 183 euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 35 euros.

José M. Irurzun