Káťa Kabanová deja huella en el público de Turín

Káťa Kabanová en Turín. Foto: Ramella&Giannese - Teatro Regio Torino
Káťa Kabanová en Turín. Foto: Ramella&Giannese – Teatro Regio Torino

El Teatro Regio dejó una impronta en el público que presenció las primeras representaciones locales de Káťa Kabanová, obra maestra de Leoš Janáček. El primer acierto fue escenificar la ópera con la propuesta de Robert Carsen, coproducción con la ópera de Amberes que ha circulado ya por importantes escenarios. Carsen, ofreció quizás su mejor trabajo, atemporal y en el que el agua es un elemento preponderante, tanto por las tormentas que marca el libreto como por el rio Volga, junto al cual transcurre la escena y que incide en los personajes porque es ahí donde ocurre la trágica muerte de Káťa, ahogada en agua, como también en la deshonra, la desesperación y la humillación. El agua, que sobre el escenario es un espejo que refleja la vida y el contexto en el que viven los personajes, regala sobrecogedoras y armoniosas imágenes, fundiéndose con el cielo triste de tenues colores al fondo del escenario, pero brillante en intensidad y angustia. Los artistas se desplazan sobre unas pasarelas que movían constantemente de posición un grupo de bailarinas, en sus coreografías. La escena comunica y toca al espectador, y los elegantes vestuarios contribuyen al sencillo marco cargado de brío y dramatismo.

Káťa Kabanová en Turín. Foto: Ramella&Giannese - Teatro Regio Torino
Káťa Kabanová en Turín. Foto: Ramella&Giannese – Teatro Regio Torino

La producción forma parte del proyecto del teatro denominado Janáček-Carsen.  Otro acierto, fue el encomendar el personaje principal a la soprano Andrea Danková, referente en la actualidad porque lo ha cantado cientos de veces en importantes escenarios. La soprano eslovaca, brilla por su belleza física, pero además por la credibilidad que imprime al papel, el acento vocal e intención que imprime a cada nota y frase, y que solo pocos que logran una compenetración y dominio total de un personaje pueden hacerlo. Su canto es brillante, grato en tonalidad y color, sin mengua de la emotividad, el carácter dramático y la sensualidad que derrocha en escena. El resto del elenco no desmereció por ser artistas que han frecuentado este repertorio, como la maligna y cínica Kabanicha de la mezzosoprano Rebecca de Pont Davies; el timorato Tichon del tenor Štefan Margita de timbre punzante; el tenor Misha Didyk por su personificación de Boris Grigorjevič; y la corrección con la que se desempeñaron el bajo-barítono Oliver Zwarg como Dikoj, la mezzosoprano Lena Belkina como Varvara y el resto de cantantes en papeles menores. Mención para el Coro del Regio sólido y uniforme en sus intervenciones. Al frente de la orquesta estuvo el maestro Marco Angius, reconocido por su relación con el repertorio del siglo veinte, quien extrajo de los músicos sutileza y la carga emotiva presente en la música de Janáček, que hizo con argucia y tenacidad.

Ramón Jacques