La ópera en el cine e Internet

El origen de la ópera se encuentra en las cortes del XVII y siguientes en los palacios de los príncipes y nobles- Otro tipo de ópera que se podría llamar popular procede de “la comedia dell arte” que se ubicaba en Nápoles y región. De la primera proceden los títulos con argumentos mitológicos –metáfora muchas veces de la situación de la corte para quien se escribía-  y a partir de la reforma de Gluk con asuntos de emociones universales pero humanas. De la popular surge la ópera “buffa”. Ambas terminarán fusionándose.

Lógicamente los espacios que ocupaban estas representaciones líricas era muy limitado, especialmente en las de corte, y de ahí viene la estructura que aun conservamos –ciertamente ampliada- de los teatros “all italiana”, como son la mayoría exceptos los de nueva construcción. Esta circunstancia especialmente a reservado la ópera a círculos muy reducidos, a lo que se une un precio por localidad suficientemente elevado para que sólo se lo pudieran permitir ciertas clases sociales.

No cabe duda que este espectáculo es caro por la cantidad de elementos que reúne y conlleva. Sin embargo en tiempos recientes y con el ánimo de que otros públicos pudieran disfrutarla, se fueron sacando de los teatros y llevarla a espacio abiertos, desde antiguos teatros griegos y romanos a plazas, jardines, estadios de futbol, etc. Este fenómeno perdura especialmente en las programaciones de los festivales como Orange, Martina Franca, Verona, Aix-en-Provenza y otros muchos, sin embargo las condiciones de escucha no son las mejores; el tiempo suele jugar malas pasadas. Otra acción para popularizar la ópera ha sido y es la retransmisión en directo desde una pantalla gigante fuera del teatro, como ocurre en Nueva York, Londres, Madrid, etc. pero también la climatología lo condiciona, especialmente porque solo se puede hacer en el buen tiempo. El éxito es total como se viene comprobando es estos y otros espacios.

Sin embargo los cambios sociales y especialmente internet y la comunicación por satélite están generando una nueva forma de asistir a la ópera. Transmisiones en directo –y diferido- desde los grandes teatros a cines e internet. Esto que podría parecer como la visión en casa con pantalla grande y buen sonido de un DVD, sin embargo se está demostrado que es mucho más. Por una parte el directo supone toda una experiencia –aparte de las extraordinarias condiciones de la HD y sonido espectacular; por otra parte la posibilidad de ver los cambios en los entreactos y escuchar las entrevistas a los artistas añade un plus importante para el aficionado, amén de lo barato de las localidades. Este fenómeno ha sido llevado a la práctica masivamente por el Director del Metropolita de Nueva York, Peter Gelb con un éxito arrollador. En la última temporada la pudieron ver en el mundo más de 8 millones de espectadores, y es algo que acaba de empezar.

Satélites e internet es un fenómeno imparable que no ha hecho más que empezar. El futuro se perfila por esos medios y caminos sin prescindir de los teatros lógicamente, pero el espectáculo total que es la ópera llegará a todo el mundo y se popularizará sin perder su excelso arte.

Francisco García-Rosado