Luisa Fernanda en el Palau de les Arts

Luisa Fernanda en el Palau de les Arts

Siempre me ha llamado la atención el contraste entre la atención que prestan los grandes cantantes solistas nacionales de todas las generaciones y cuerdas por nuestro género lírico (delpasado y del presente) y por contra la aversión a programar este género por parte de la mayoría de los coliseos excepto el Teatro de la Zarzuela, y muy esporadicamente el resto de los teatros españoles con temporada lírica.

Pero hablaremos de una excepción a esta cotidianidad zarzuelística.

El Palau de les Arts de Valencia tal vez sea el único coliseo que se ha tomado este género en serio programando a lo largo de su corta historia cinco o seis zarzuelas con una frecuencia casi bianual y con unas producciones propias muy dignas o como en este caso en intercambio con el Teatro Real.

Si en los últimos 25 años ha habido una producción de zarzuela que ha sido buque insignia del género esa ha sido La del Manojo de rosas de Emilio Sagi, y de este gran regista es también esta evocadora Luisa Fernanda que de la mano de Placido Domingo ha dado la vuelta al mundo desde que se estrenó accidentalmente en el teatro Archimboldi de Milán dentro de la temporada del Teatro Alla Scala de 2002-2003 para ser vista por ciudades de nuestro país como Valladolid, Madrid, Oviedo o de otroas latitudes como Viena, Los Angeles, Miami, Washington y en fechas próximas París

Si cuando la ví en Milán fue algo improvisado y para convertir en pocos días una versión concertante en una versión stage con cortes de diálogos però con gran éxito de público. Con el paso de los años y desde que la producción se rehizo bajo la propiedad del Teatro Real se ha convertido en un espectáculo limpio, evocador con momentos de ensueño con unos recursos minimalistas de la magnífica escenografía del mismo regista, la impactante y sutil iluminación de Eduardo Bravo y el vestuario bicromatico de blancos y negros acertadísimo de Pepa Ojanguren.

La vinculación de Plácido Domingo con este título y la obra de Torroba es muy cercana. Siempre ha declarado que tal vez sea la Luisa Fernanda la zarzuela que más ha oído ya que desde su infancia se la había visto representar a sus padres y él mismo ha grabado el papel de tenor en una magnífica grabación, de aquellos momentos en que Caja Madrid en vez de timar hacía cultura con una mágnifica programación e inversión musical, para pasar con esta producción ya en aquellas representaciones de junio del 2003 a cantar el papel baritonal de Vidal.

A lo largo de estos años las grandes sopranos, mezzos y tenores nacionales le han acompañado en el periplo de esta producción de Sagi-Torroba. Y en esta ocasión de la ciudad del Turia hemos podido escuchar a dos de los mejores tenores del momento de generaciones diversas. Antes de navidad fue el tenor canario Celso Albelo que debutaba este papel con un magnífico resultado y Josep Bros que lo ha hecho en las dos últimas funciones después de Navidad y que hemos podido disfrutar nuevamente de su buen hacer a pesar de no estar al cien por cien de sus posibilidades debido a algún problema de resfriado invernal. Sulinea de canto cuidada, su emisión perfecta y sobretodo esa musicalidad envidiable compensarton una vocalidad dañada por las circunstacias.

Isabel Rey, una de las más internacionales de nuestras sopranos, ha hecho del papel de la Duquesa Carolina una verdadera recreación tanto vocal como dramática, llena de pequeños gestos, de miradas, de insinuaciones y de una desenvoltura propia de quien está segura de que lo que hace nace de dentro. Fue una gozada ver a este personaje que siempre se queda a las puertas de la ñoñería como alguien con gran personalidad que conquista y manipula sin piedad para mantener unos privilegios de su estatus brillando vocalmente en los dos dúos con el tenor y el barítono, y en la soberbia mazurca de las sombrillas donde el trabajo de la coreógrafaNuria Castejon consiguió uno de los momentos más mágicos y bellos de la producción.

Luisa Fernanda en el Palau de les Arts

La soprano Davinia Rodriguez de gran proyección internacional no acertó con este rol, su marcado acento canario y su dificultad para vocalizar provoco el casi nulo entendimiento de su parte hablada, però lo peor fue que su parte cantada no compensó sino que agrabó esta mala impresión. Una soprano que triunfa como Lucia, Violetta o Líu no puede cantar una Luisa Fernanda. Es una papel que tiene que contrastar con la otra soprano, la Duquesa Carolina. Y por eso normalmente suelen ser interpretadas por sopranos dramáticas o mezos. El recurso de oscurecer la voz entubando no le funcionó a la señora Rodriguez en absoluto con una proyección bastante deficiente y una actuación excesivamente histriónica y un tanto passada de moda en gestos y actitudes. Lástima que habiendo otras grandes sopranos o mezzos que han cantado esta producción no se hayan podido ver en esta ocasión.

Criticar o alabar al todopoderoso y omnipresente Plácido Domingo es una osadía, sólo cabe reconocer los méritos de una carrera que parece que no tiene fin, ya que a sus 73 años cumplidos está fresco para dirigir Puccini un día y cantar el Vidal al día siguiente. Pero el tiempo no pasa en balde y reconociendo sus muchos méritos vocales y actorales, ya que la escena final de la zarzuela fue antológica, se ha de reconocer que antes de un possible declive estaría bien ir despidiéndose de los escenarios conla dignidad de quien ha sido uno de los mejores tenores de la segunda mitad del s.XX.

El resto del cast fue un verdadero placer tanto en la parte femenina con Sandra Ferrandez (posible Luisa Fernanda para otras ocasiones), Mª José Suarez una Mariana de lujo, el tenor Vicentç Esteve un Anibal de antología de voz límpia y con una gracia natural de quien conoce y ama el género aún en los papeles de coprotagonista, igual se podría decir de las voces graves de Miguel Solá y David Rubiera.

Jordi Bernácer desde el podio supo equilibrar balances perfectamente entre foso y escenario dando verdadero brio a esta partitura castiza y elegante, consiguiendo momentos inolvidables en el último dúo de Javier y Luisa con el solo de celo, o en la liguereza de los números corales donde como siempre brilló un Cor de la Generalitat inspirado y entregado.

La crisis no hico que el público no acudiera sino más bien al copntrario llenó absolutamente el Palau de les Arts de gente de todas las edades isfrutando y braveando a los artistas al final de estas actuaciones algunos aún sin programa ya que se agotaron, y aprovechando que el Turia ya nopasa por Valencia, decir que cada vez los programas de las producciones de este teatro son más pobres y creemos que se ha de remediar, ya que un desplegable en el que aparecen fotos de la producción que acabas de ver y todos los cargos y entidades patrocinadoras y en cambio ni las biografías de los cantantes y directores, ni un pequeño artículo de contextualización de la obra se me antoja como bastante incorrecto en un teatro que quiere ser puntero en nuestro país.

Emilio Sagi nos ha regalado nuevamente en Valencia un milagro artístico, un manojo de emociones visuales que nos reconcilian con la belleza, el amor por el teatro y por nuestro género lírico.

Öjala que esta producción que inicia este 2015 sea el anticipo de otros éxitos para el coliseo valenciano y para todos los aficionados al arte lírico.

 

Robert Benito