Magnífica Jenufa en Munich

Jenufa en Munich
Jenufa en Munich

Como final de esta corta estancia en Munich he asistido a una estupenda representación de Jenufa, una de las mejores que he visto en mi vida. Todo ha funcionado bien, desde una adecuada y simple producción escénica hasta un gran reparto vocal, con 3 protagonistas excepcionales, pasando por una muy destacada dirección musical. Hay que reconocer que Munich es imbatible.

La producción ofrecida se debe a la suiza Barbara Frey y se estrenó en Abril de 2009. Es una producción que narra bien la historia, sin molestar en ningún momento, trayendo la acción a una comunidad rural de los años 70/80. La escenografía de Bettina Meyer ofrece un escenario con unos cuantos bloques de piedras en el primer acto, una casa en el campo, en la que viven Kostelnicka y Jenufa, en el segundo, pasando en el último acto a la misma casa, a la que se le eliminan las paredes y el techo. El vestuario de Bettina Walter es adecuado y hay una buena iluminación de Michael Bauer.

La dirección escénica cuenta con la ventaja en esta ocasión de tener 2 auténticos monstruos de la escena en los principales personajes. Me pregunto que pasaría en otras circunstancias menos propicias. Con las dosis de suerte que se quieran, lo cierto es que el espectáculo escénico funciona francamente bien.

El checo Tomas Hanus es una espléndida realidad en un foso de teatro. Había tenido ocasión de verle dirigir Rusalka hace unos años y me impresionó la energía y pasión que puso en su cometido. Fue una suerte contar con él en esta ocasión, como ha sido siempre en Munich desde que se estrenara esta producción. Un buen maestro checo es un plus adicional en cualquier ópera de Janacek y Tomas Hanus lo ha demostrado plenamente. A sus órdenes tanto la Orquesta como el Coro de la Bayerische Staatsoper demostraron su excepcional categoría.

Jenufa fue interpretada por la soprano holandesa Eva-María Westbroek, que fue también la que estrenó aquí esta producción. Su actuación ha sido muy convincente, ofreciendo una interpretación emocionante del personaje, vivido con una gran intensidad. Es verdad que se puede preferir una Jenufa más lírica que la suya, pero el resultado global es muy bueno. La despedida Kostelnicka y la escena final con Laca fueron magnificas.

La finlandesa Karita Mattila fue en esta ocasión Kostelnicka y su actuación fue excepcional. Hace unos años tuve ocasión de verla como Jenufa y creo que ha hecho muy bien en cambiar de personaje. Ella no está en su mejor momento vocal y eso puede ser más hándicap en Jenufa que en su madrastra. Se me ocurren muy pocas artistas capaces de ofrecer una interpretación de la Sacristana tan intensa y tan emocionante.

El tercer gran protagonista de la noche fue el tenor australiano Stuart Skelton como Laca. Estamos ante uno de los tenores importantes del momento, con una voz poderosa y bella, bien manejada. Dio credibilidad siempre a su personaje en una interpretación muy sentida.

Steva fue interpretado por el tenor checo Pavel Cernoch, que lo hizo bien, con una voz más adecuada efectivamente para este personaje que para Laca, rol en el que tuve ocasión de verle hace un par de años.

Los personajes secundarios son siempre muy bien cuidados en Munich y no ha sido ésta la excepción. La Abuela Burya era la veterana (74) Hanna Schwarz, que todavía se encuentra en buen estado vocal y lo hizo francamente bien. El barítono Christian Rieger fue una adecuado Molinero. Kristof Klorek cumplió en la parte del Juez, acompañado de Heike Grötzinger como su mujer. Desenvuelta la Karolka de Laura Tatulescu. Finalmente, Alyona Abramowa lo hizo bien como Pastora, así como Niamh O’Sullivan en Barena y Elsa Benoit en Jano.

El teatro ofrecía un lleno casi total en las localidades con visibilidad, habiendo huecos en las que no se veía. El público se mostró entusiasmado en los saludos finales, con ovaciones y bravos para Westbroek, Mattila, Skelton y Tomas Hanus,

La representación comenzó con los consabidos 5 minutos de retraso y tuvo una duración de 2 horas y 44 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 6 minutos. Trece minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 132 euros, habiendo butacas de platea desde 74 euros. La entradas más barata con visibilidad costaba 30 euros.

José M. Irurzun