El primer Mesias de Jordi Savall en el Palau de la Música Catalana

El primer Mesias de Jordi Savall en el Palau de la Música Catalana
El primer Mesias de Jordi Savall en el Palau de la Música Catalana

Jordi Savall con su orquesta y coro se enfrentó este miércoles con un Palau abarrotado a su primera interpretación de este capo di lavoro que es el oratorio El Mesias de Haendel con unos resultados brillantes en todos los aspectos. Una cita musical para recordar.

Dentro de la programación del ciclo Palau 100 del Palau de la Música de Barcelona hemos podido escuchar una primicia en la extensa carrera interpretativa de Savall, su primera versión del archiconocido oratorio Mesias de G.F.Haendel. El acercamiento de Savall al universo haendeliano viene de lejos pero el respeto a esta obra ha necesitado décadas de madurez para ofrecernos una versión cuidada y curiosa, interesante e intensa.

Sus efectivos habituales, el coro de la Capella Reial de Catalunya con pocos cantantes por cuerda como sería en origen y su orquesta Le Concert de Nations en la parte instrumental fueron los encargados de dar el cuerpo a esta magnífica obra coral propia de Navidad en la que se nos narra la historia de la Redención desde el anuncio de la encarnación del hijo de Dios hasta las postrimerías apocalípticas.

La soprano Rachel Redmon destacó en su primera aria Rejoice greatly, o daughter of Zion, con un timbre cristalino, facilidad para las coloraturas y una proyección impecable que ratifico  en sus siguientes intervenciones But thou didst not leave, o su aria final If God be for as, who can be against us? con una modélica línea de canto y un gran dramatismo.

Ante una enfermedad de ultima hora el contratenor contratado hubo de sustituirse por uno de los miembros de la Capella Reial, el también contratenor Gabriel Díaz que cumplió con eficacia en su doble papel de solista y miembro del coro.

El tenor inglés Nicholas Mulroy fue una completa decepción, una voz difícilmente audible, absolutamente nasal bajó el nivel de la producción en cada una de sus intervenciones comenzando por un plano recitativo Comfort ye my people y su correspodiente aria Every valley salvándose algunos recitativos y su última aria Thou shalt break them.

El baritono alemán Matthias Winckhler fue otro de los valores altos de esta producción con una voz absolutamente timbrada sin problema en los graves y unos agudos bien enfocados, con una coloratura diáfana  y una musicalidad revalidada en cada una de sus intervenciones desde su primera aria The people that walked hasta su intervención más compleja en Why do the nations aunque fuera una pena que se cortara el da capo de la misma.

Pero aunque los solistas tienen un peso específico no podemos dejar de señalar el coro preparado por Lluis Vilamajo que dio lo mejor de si mismo en esta exigente partitura tanto en los unísonos polifónicos como en las partes fugadas siepre con una gran paleta expresiva y una gran ductilidad a las exigencias de la batuta de Savall.

Lo mismo se puede decir de la orquesta con una cuerda brillante bajo las ordenes de su concertino Manfredo Kraemer en absoluto estado de gracia con los atentos  músicos que conformaron el bajo continuo: Enrike Solinís en la tiorba, Guido Morini en el órgano y Luca Guglielmi al clavicémbalo.

Un concierto que se prolongó más de lo que marcaba el programa pero que dejó muy buen sabor de boca en un público absolutamente entregado a los dos protagonistas de la velada Savall y Haendel, Haendel y Savall, tanto monta…

Lo que ha resultado curioso esta semana en el recinto del Palau es cómo se han repetido en cuatro días seguidos tres producciones de este oratorio de Haendel con formaciones e ideas absolutamente diferentes y lo que en principio podría considerarse como positivo, nos hace pensar si los programadores caen cada año en lo fácil de programar una obra taquillera y no dan el paso al menos cada cierto tiempo a mostrarnos otras de las muchas joyas del joyero haendeliano que permanecen ocultas tras el mundo discográfico o cibernético  pero que raramente podemos disfrutar en vivo.

Sea como sea vayan nuestros mejores deseos y agradecimientos al maestro Savall y a sus huespes por este regalo y primicia navideña.

Robert Benito