El tercer Britten en Les Arts: el éxito de Peter Grimes

Peter Grimes de Benjamin Britten. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce
Peter Grimes de Benjamin Britten. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce

Tras el éxito de “El sueño de una noche de verano” y “La vuelta de tuerca” ha llegado a Les Arts una de las óperas más redondas de Britten y del s. XX, Peter Grimes.

Con una producción de la Monnaie de Bruselas del siempre genial Willy Decker  nos llega esta ópera puntal del siglo pasado estrenada en el 1945 y con el protagonista interpretado por el siempre segudo y en plena madurez vocal y actoral del tenor americano Gregory Kunde que ha hecho de los teatros españoles su segunda patria.

La ópera a veces entretiene pero su misión como elemento artístico no es puro decorado sino hacernos pensar y reflexionar en nuestro yo personal y colectivo más íntimo, sobre nuestra sociedad y las diferentes capas que a lo largo del tiempo se han ido superponiendo y entremezclando.

Las óperas de Britten siempre nos dan este plus más allá de buena música. En este caso Britten enfrenta un individuo solitario y con ciertos problemas de adaptación social con todo un pueblo, una sociedad pequeña cerrada de espacio y de mente cuyo gran enemigo está representado por ese mar del note que le da de comer pero que le amenaza por igual, y es en ese mar donde peter se siente libre, fuera de las ataduras y comentarios de Mrs Sedlay y su camarilla.

Decker en esta propuesta, que ya es un clásico, mueve al coro como un todo que lo convierte en un monstruo orgánico capaz de tragar y engullir todo lo que se salga de lo establecido con unos climax musicales absoutamente impactantes y que nuevamente el Cor de la generalitat Valenciana dió unos resultados incuestionables. Es una suerte que a lo largo de los años este colectivo musical vaya en un crecendo a pesar de los vaivenes políticos y artísticos que lo rodean.

El cast de está ópera es muy exigente con una docena de papeles entre los que sobresalen más allá de los cuatro principales otros ocho esporádicos que necesitan una presencia escénica y canora notable y tal vez es aquí donde la propuesta se volvió un poco gris por el poco acierto de algunos partiquinos.  Son los casos de Charles Rice y Lukas Jakobski cuyo nivel estaba bastante por debajo de incluso los excelentes miebros de la Academia Plácido Domingo que participaron, las dos sobrinas de Giorgia Rotolo y Marianna Mappa.

Fue un placer reencontrarse con el barítono americano Robert Bork después de unos años de ausencia en los escenarios españoles tras varias temporadas en el Liceu. Su Balstrode fue absolutamente notable en lo actoral y conserva una técnica pulida con una bella linea de canto así como ese timbre aterciopelado baritonal en todo su registro.

Peter Grimes de Benjamin Britten. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce
Peter Grimes de Benjamin Britten. Foto: Miguel Lorenzo / Mikel Ponce

Tanto Leah Partridge como Dalia Schaechter fueron las complices perfectas de un Peter Grimes de lujo haciendo de la simpatía y calidez de Ellen y Auntie sus señas de identidad.

Gregory Kunde es un portento, no hay otra palabra que le pueda definir mejor. Una carrera envidiable, una técnica de canto segura y rica en matices, una personalidad escénica camaleónica y una busqueda constante de nuevo repertorio para una voz que aunque el paso del tiempo no perdona en algunos aspectos muchos firmarían por todo lo expresado anteriormente y una edad respetable.

Este debut escénico de Peter que Kunde ha regalado a la ciudad del Turia ha sido un diamante más en una corona de joyas que este cantante ha labrado con tiempo y sabiduría.

Podríamos ennumerar los diferente pasajes de solo o dúos con Leah Patridge que se van extediendo por la obra pero lo mejor que podemos decir es que no se lo pierdan.

No se ierdan a este tenor, no se pierdan este coro, no se pierdan esta producción que cae en el vacío espacial pero se eleva a la culmen del buen hacer individual y colectivo.

Christopher Franklin ofreció desde la batuta una lectura rica en matices y abundantes paletas de color orqeustal sobretodo en los bellísimos interludios que abren cada acto con una orqeusta que como siempre cumplió con seguridad y calidad a partes iguales.

Ojala que este tercer Britten sea uno de tantos que con la misma calidad podamos ver en temporadas siguientes ya que la reacción de público fue unánime: éxito y aplausos generosos.

Robert Benito