El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez

 El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez   Por Majo Pérez

Ayer 10 de abril se celebró el tradicional “Concierto de Primavera” en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez, el cual corrió a cargo de la Orquesta Filarmónica de La Mancha (OFMAN). Esta agrupación musical, en sus más de dos lustros de vida, ha tenido una intensa actividad, con más de 40 presentaciones anuales, en muchas localidades de Castilla-La Mancha, Castilla-León y la Comunidad de Madrid. Se trata de una formación joven, de vocación didáctica que, con esfuerzo (no depende de ninguna institución) y buen hacer, se está haciendo un hueco en el panorama nacional, como ayer quedó patente en Aranjuez. El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez

El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez
En la foto la soprano Gema Scabal, integrantes de la Orquesta Filarmónica de La Mancha y el director Francisco Antonio Moya en los saludos del final de función El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez

Cada una de las piezas que se interpretaron en la velada estuvo precedida de una breve presentación por parte del director y fundador de la orquesta, Francisco Antonio Moya, quien realizó una contextualización de la misma y ofreció claves para que el público le sacara más jugo a su audición, además de deslizar algunas anécdotas sobre la vida de los compositores que fueron recibidas con agrado. El concierto tuvo dos “entrantes” y un “plato fuerte”, todos de marcado carácter español y de cierta unidad temporal.

El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez
Gema Scabal dio vida a Candela en El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez

La primera pieza fue La oración del torero de Joaquín Turina (1882-1949), obra con una duración aproximada de diez minutos que se estrenó en 1925 en la versión original para cuarteto de laúdes y un par de años más tarde se presentó en un arreglo para cuerdas del propio maestro sevillano. Esta última es la que presentó la OFMAN con un sonido redondo y cuidado.

La segunda pieza fue el Intermedio de la ópera Goyescas de Enrique Granados (1867-1916), que, inspirándose en la suite homónima compuesta en 1911, se estrenó en 1915. Antes de interpretarla, Moya recordó la importante proyección internacional que gozó el compositor leridano y relató su trágica muerte en el canal de La Mancha. Los escasos seis minutos que dura este bellísima partitura dieron pie al lucimiento de los instrumentistas de viento. El arreglo para formación de cámara (13 músicos, algunos de ellos desdoblados en una percusión) sonó bien, compactada a las órdenes de Moya, en la sala del teatro (con una capacidad aproximada de 350 butacas).

El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez
Gema Scabal, en un momento de El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez

El plato fuerte llegó con El Amor Brujo de Manuel de Falla (1876-1946), en la versión original estrenada en el Teatro Lara de Madrid el 15 de abril de 1915. Moya, en la breve introducción sobre la obra, mencionó que fue la legendaria bailadora Pastora Imperio (1887-1979) la encargada de aquel estreno, bajo el título de Gitanerías en 2 partes. Manuel de Falla, al estallar la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914, abandonó Francia, en donde llevaba siete años formándose y trabajando, y se instaló en Madrid. En noviembre de ese año se estrena su ópera La vida breve en el Teatro de la Zarzuela y en enero de 1915 hace lo mismo con las hoy famosas Siete canciones populares españolas en el Ateneo madrileño. Los estudiosos señalan que fue la propia Pastora Imperio quien encargó a Falla la creación de una pieza para bailar, cantar, actuar y declamar. También se dice que el estreno fue fríamente recibido por el público. Posteriormente, el compositor gaditano haría una versión para orquesta sinfónica y 3 canciones para mezzosoprano que es la más popular en la actualidad.

El argumento cuenta la historia de una muchacha gitana de nombre Candela, celosa, supersticiosa y apasionada. La soprano Gema Scabal dio buena cuenta de ello en una entregada actuación que aunó canto, baile y declamación, todo en perfecta sintonía con las indicaciones de Moya. Fue ella misma la encargada de la puesta en escena, en la que no faltó un acertado vestuario y una pequeña escenografía con “cueva de la bruja” incluida. Destacaron sus “Romance del pescador” y su “Sortilegio”, bien recitados y coreografiados con gracia. Además, supo abordar las partes cantadas, como la “Canción del amor dolido” y la “Canción de la bruja fingida”, sacando lo mejor de sus características vocales. Scabal no es un cantaora ni una bailaora, pero sí una artista dúctil y capaz de dejarse la piel en el escenario, como lo hizo durante la casi media hora que dura la pieza. El público la aplaudió con enorme entusiasmo. Las miembros de la OFMAN y su director también fueron aplaudidos calurosamente, interpretando de nuevo, a modo de propina, la Danza ritual del fuego.

El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez
Gema Scabal en en otro momento de El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez

Por su parte, la orquesta cumplió con brillante resultado desde una lectura intimista. Los 13 músicos fueron bien concertados por Moya, respirando y creando atmósferas propicias para la mejor actuación de la solista. En un país donde las orquestas no abundan y algunas están batallando para sobrevivir, es loable la presencia de la Orquesta Filarmónica de la Mancha, una valiente apuesta privada que esperemos siga llevando durante mucho tiempo la mejor música por escenarios de toda España. El Amor Brujo para recibir la primavera en Aranjuez