Adriana Lecouvreur en La Scala Por Bernardo Gaitán
Pocas producciones han tenido tantos obstáculos simultáneos como esta imponente coproducción del Teatro alla Scala con la Royal Opera House, el Gran Teatre del Liceu, la Wiener Staatsoper, la Opéra National de Paris y la San Francisco Opera de Adriana Lecouvreur, obra maestra de Francesco Cilea. A pesar de la sustitución de la soprano protagonista por motivos políticos, la cancelación por contagio de covid del tenor, la súbita indisposición de la mezzo y su casi improvisada sustitución, el elenco y los creativos pudieron sacar adelante, y con nota, este título a veces incomprendido que deriva de una particular mezcla entre la escuela napolitana perteneciente a la ópera italiana y el característico estilo de la ópera francesa. Adriana Lecouvreur en La Scala
El ingenioso regista escocés David McVicar siguió las indicaciones del libreto al pie de la letra, una joya para los puristas. La deliciosa escenografía de Charles Edwards recreó impecablemente tanto el foyer de la Comédie-Française como el Hôtel de Bouillon. Asimismo, el cuidadoso vestuario diseñado por Brigitte Reiffenstuel contribuyó a ambientar los cuatro actos en la Francia del siglo XVIII, como señala la obra de teatro de Eugène Scribe en la cual se inspira el libreto.
A la batuta, el Mº Giampaolo Bisanti concertó una muy ágil Adriana, cuidando siempre los matices y casi siempre el volumen de sus cantantes. El director milanés mostró su talento al frente de la orquesta sobre todo en los finales del III y IV acto, que además de proporcionar un evidente goce musical, hicieron estremecer a todos con su versión cargada de intenciones y emociones. Adriana Lecouvreur en La Scala
Encarnando el protagónico de Adriana estuvo la soprano Maria Agresta, quien además de hacer todas las funciones tras la cancelación de Anna Netrebko, tuvo un desempeño superlativo. La potente y seductora voz de la cantante campana la posicionan como una gran Adriana hoy en día. Sus agudos son estremecedores y su muy cuidada técnica vocal es evidente. Como era de suponerse, fue muy aplaudida en ‘Io son l’umile ancella del Genio creator’ y arrancó ovaciones del impredecible loggione con el ‘Poveri fiori, gemme de’ prati’. Su interpretación del rol se ve manchado únicamente por el monólogo de Fedra, donde Adriana tiene que recitar y evidenciar su talento como actriz; irónicamente aquí Agresta es bastante floja.
Como Maurizio igualmente en todas las funciones tras el contagio de Freddie De Tommaso se ha contado con el tenor azerbaiyano Yusif Eyvazov. El controversial cantante podría dividirse en dos, el Yusif de registro agudo y el Yusif de registro medio-grave, siendo completamente diferente uno del otro. En los agudos deja un poco que desear por su exagerado vibrato carpino y sus sobreagudos metálicos y fríos. Mientras que su registro central es de una belleza abrumadora; logra impregnar con su mórbida y aterciopelada voz –en una muy correcta dicción italiana– cada una de las palabras. Gracias a su extraordinaria capacidad histriónica, se equilibra el puntaje final obteniendo una interpretación bastante decorosa. Adriana Lecouvreur en La Scala
Arrancando sonrisas, suspiros melancólicos y por ende aplausos estuvo el súpersimpático Michonnet del barítono turinés Alessandro Corbelli. Su extracuidada pronunciación, dicción y entonación del texto es sorprendente; no hay una sola palabra que salga de la boca de Corbelli que sea incomprensible. Su línea de canto es elegante y a pesar de que ya no es un joven, tiene tanto los agudos como los graves sólidamente colocados. Fue una verdadera experiencia verlo fuera del repertorio buffo, y sin duda demostró que es uno de los pilares de la lírica italiana en la actualidad en cualquier género. [El resto de las funciones las hará Ambrogio Maestri]. Adriana Lecouvreur en La Scala
Horas antes de la función, la mezzosoprano Anita Rachvelishvili anunció una indisposición física, por lo que de último momento y estoicamente subió al escenario la rumana Judit Kutasi para interpretar a La principessa di Bouillon. A pesar de tener solo unas horas para preparar el rol, ofreció dentro de lo que pudo una interpretación digna de ser aplaudida. Fue celebrada en la mítica ‘Acerba voluttà, dolce tortura’, aunque por momentos su voz era casi inaudible. En suma, se puede afirmar que no se notó que estaba sustituyendo de emergencia. El resto de las funciones las hará Elena Zhidkova.
Una muy grata sorpresa fue escuchar a talentosos intérpretes como Alessandro Spina, Carlo Bosi y Francesco Pittari en los personajes de Il Principe di Bouillon, L’abate di Chazeuil y Poisson respectivamente. Los tres vocalmente correctos y sólidos actores al igual que Caterina Sala como Jouvenot y Svetlina Stoyanova como Dangeville.
Adriana Lecouvreur es un gran título que todos hemos escuchado mencionar alguna vez, pero salvo sus arias en conciertos y recitales, raramente se presenta en los escenarios. Ojalá cambie su suerte, pues una obra maestra como ésta debería estar en los repertorios de los teatros de todo el mundo.
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Teatro alla Scala de Milán, 6 de marzo de 2022. Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea. Dirección musical, Giampaolo Bisanti. Dirección escénica, David McVicar. Escenografía, Charles Edwards. Vestuarios, Brigitte Reiffenstuel. Iluminación, Adam Silverman. Coreografía, Andrew George. Maestro del Coro, Alberto Malazzi. Adriana, Maria Agresta. Maurizio, Yusif Eyvazov. La principessa di Bouillon, Judit Kutasi. Michonnet, Alessandro Corbelli. Il Principe di Bouillon, Alessandro Spina. L’abate di Chazeuil, Carlo Bosi. Poisson, Francesco Pittari. Jouvenot, Caterina Sala. Dangeville, Svetlina Stoyanova. Quinault, Costantino Finucci. Mayordomo, Paolo Nevi. Adriana Lecouvreur en La Scala