Crítica: «Aida» sucumbe ante la Amneris de Elīna Garanča en el Met

 Por Carlos J. López Rayward

La temporada del Metropolitan Opera de Nueva York se acerca su fin con una serie de funciones de Aida que han contado con uno de los elencos más sólidos y equilibrados de todo el curso. Esta producción de Michael Mayer, que ha dividido opiniones desde su estreno, parece haber encontrado finalmente su lugar gracias a la solidez de sus intérpretes, el compromiso del teatro con su apuesta visual y una orquesta en excelente forma bajo la batuta de John Keenan.

La sala, totalmente llena, respondió con entusiasmo al montaje de Mayer, no exento empero de ciertos desajustes escénicos —como el inexplicable elefante dorado, que no remite a ninguna deidad egipcia y rompe el delicado equilibrio entre modernidad y simbolismo pretendido por la dirección artística.

Elīna Garanča como Amneris en "Aida." Foto: Ken Howard / Met Opera
Elīna Garanča como Amneris en «Aida.» Foto: Ken Howard / Met Opera

En el plano vocal y dramático, Elīna Garanča firmó una de las actuaciones más magnéticas de la noche. Aunque su instrumento es algo justo para el papel, con agudos apretados, sonidos caprinos y un centro que se pierde cuando la orquesta alcanza el forte, su dominio de la escena es absoluto. Garanča construyó una Amneris inolvidable: seductora y tiránica, peligrosa en su deseo, imperial en su despecho, profundamente humana en su desesperación final. Su interpretación eclipsó incluso a la protagonista, y el público, generoso y enamorado de la cantante, no dudó en rendirse ante su carisma.

Angel Blue, por su parte, ofreció una Aida técnicamente correcta pero algo plana en lo expresivo. Su emisión tiende a abrirse, su línea resulta densa y carece del vuelo lírico necesario para elevar al personaje. Pese a momentos de gran belleza tímbrica, especialmente en los pasajes más intimistas, su actuación careció del magnetismo que sí tuvo su rival escénica.

Radamès fue de nuevo encarnado por Brian Jagde, un tenor que ya ha demostrado en otras ocasiones su afinidad con el repertorio verdiano. Jagde combina su ya famoso squillo natural con una línea de canto robusta, emite sus agudos a plena voz con brillantez y mantiene un fraseo claro y noble, no demasiado elegante, pero capaz de expresar la contradicción interna del personaje entre el deber y el amor. Una prestación que confirma su incipiente madurez artística.

Amartuvshin Enkhbat como Amonasro y Angel Blue en el papel titular de "Aida." Foto: Ken Howard / Met Opera
Amartuvshin Enkhbat como Amonasro y Angel Blue en el papel titular de «Aida.» Foto: Ken Howard / Met Opera

El barítono mongol Amartuvshin Enkhbat volvió a deslumbrar como Amonasro. Su canto legato, su emisión cálida y homogénea, y su fraseo musical y cincelado sonaron como una lección de estilo verdiano. Un lujo que el Met ha sabido recuperar con inteligencia.

Entre los secundarios, cabe destacar al Ramfis de Morris Robinson, imponente por volumen y autoridad vocal, con una entonación firme y un canto siempre persuasivo. El Rey de Krzysztof Bączyk pasó más desapercibido, lastrado por un sonido engolado y una presencia algo apagada.

La dirección musical de John Keenan se reveló como una de las sorpresas más gratas de la noche. El director estadounidense, vinculado desde hace años a la casa, fue premiado con esta última función de Aida. Su lectura fue limpia, comedida en el estilo pero sabia en lo dramático. Supo acompañar a los cantantes con flexibilidad y escucha, sin descuidar nunca la tensión interna de la partitura. Un trabajo impecable que lo hacen merecedor de más oportunidades en el podio del Met.

Elīna Garanča como Amneris y Brian Jadge como Radames en "Aida." Foto: Ken Howard / Met Opera
Elīna Garanča como Amneris y Brian Jadge como Radames en «Aida.» Foto: Ken Howard / Met Opera

El coro brilló con luz propia, especialmente en los imponentes conjuntos del segundo acto. También los ballets tuvieron su momento, con luces y sombras: el del templo, algo desconcertante por la coreografía que sacude sin mucha lógica a los jóvenes sacerdotes; el de la victoria, sin embargo, sigue funcionando como un clímax teatral perfectamente calculado, y fue recompensado con una estruendosa ovación.

Esta función de Aida confirma que el Met ha logrado consolidar una producción que, con los intérpretes adecuados, puede ofrecer momentos de gran intensidad dramática y belleza sonora. El elenco reunido en esta ocasión, especialmente por el triángulo Jagde–Garanča–Enkhbat, deja el listón muy alto y marca un final de temporada tan brillante como prometedor.

OW


★★★★☆

Metropolitan Opera de Nueva York, a 9 de mayo de 2025. Aida, ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Antonio Ghislanzoni.

Dirección Musical: John Keenan. Dirección de escena: Michael Mayer. Escenografía: Christine Jones. Vestuario: Susan Hilfery. Iluminación: Kevin Adams. Proyecciones: 59. Coreografía: Oleg Glushkov, Asesor de Produccion: Stepehn Pickover.

Reparto: Morris Robinson, Brian Jadge, Elīna Garanča, Angel Blue, Krzysztof Bączyk, Yongzhao Yu, Teresa McQueen, Amartuvshin Enkhbat.