El compositor británico más destacado del siglo XX lo fue indudablemente Benjamín Britten. Y el mejor autor del género operático. “Albert Herring”, ópera cómica en tres actos, con libreto de Eric Crozier, basado en en cuento de Guy de Maupassant, fue estrenada en el festival de Glyndebourne el 20 de junio de 1947 bajo la dirección del propio compositor. Con una orquesta de 13 instrumentos solistas y un elenco de 13 cantantes, 10 adultos y tres niños, logra una obra extraordinaria y deliciosa, de gran creatividad musical, de prodigiosa factura, fino humor irónico, cuyo disfrute está garantizado si se cuenta con el talento escénico y el elenco de cantantes adecuado. Y fue en el bello complejo cultural del Bosque de Chapultepec, Ciudad de México, en el Teatro Julio Castillo, donde se presentó con éxito completo, en dos funciones. Nosotros reseñaremos la del domingo 15 de marzo de 2020.
Lady Billows, vieja aristócrata del poblado de Suffolk, Inglaterra, a principios del siglo XX, acostumbra cada año organizar el Festival de Mayo, reuniendo a todas las autoridades del lugar, para elegir a la muchacha más virtuosa y ser coronada como Reina. Pero a Florence Pike, ama de llaves de esta casa victoriana de cerradas costumbres, no considera digna a ninguna de las damitas propuestas. El superintendente Budd, comisario de la policía, propone que la solución es elegir un Rey de Mayo en lugar de una Reina. Un joven moralmente intachable, Albert Herring, un humilde muchacho hija de la verdulera, es el elegido. El día de la fiesta Sid, ayudante del carnicero y Nancy, joven empleada de la panadería, adulteran la limonada del elegido con ron, y alterado por los efectos del alcohol, se comporta de manera errática. Triste y humillado decide huir para siempre. Y ya no regresa a su casa. Al día siguiente todos lo buscan y encuentran su corona aplastada en la carretera. Creyéndolo muerto su madre está destrozada y todos la consuelan. Pero Albert regresa para sorpresa de todos y cuenta su aventura.
El elenco de cantantes que participaron forman todos parte del grupo artístico SOLISTAS ENSAMBLE DEL INBA elegidos por sus características histriónicas y vocales. Lady Billows, lo caracterizó la soprano Graciela Diaz Alatriste, extraordinaria en su papel de la decadente dama aristócrata, Florence Pike, Grace Etxauri, mezzosoprano personificando a una victoriana cerrada y moralista de estrecho criterio, fantástica en su interpretación y sorprendente actuación. Muy bien elegidos los distinguidos miembros y autoridades del pueblo: Miss Wordsworth, maestra de la escuela, Angelina Rojas Picones, soprano, Mr. Gedge, Vicario, Jesús Ibarra, barítono, un pastor chapado a la vieja usanza, anticuado y torpe, Mr. Upfold, Alcalde y Carnicero, simpático y deslenguado, Rubén Cosme, tenor, Budd, comisario de policia, el bajo Emilio Carsi, interprete perfecto de sobria seriedad. Sid y Nancy, en sentidos papeles bien actuados y cantados, el barítono Edgar Gil y la mezzosoprano Itia Dominguez Rosales. Los niños cantores fueron Emmie, Ariadne Buendía, Cis, Lizzeth Beltrán y Harry, Emiliano Arroyo, los tres integrantes de Schola Cantorum.
Y en los papeles principales destacaron Angel Ruz Tenor, quien tuvo a su cargo al protagonista logrando la creación de un personaje dotado de todos los atributos actorales y canoros, con una actuación sorprendente, llena de matices, expresión proyección, con todos los sentimientos de este humilde muchacho, lleno de ingenuidad y simpleza, quien al final se rebela contra su manipuladora madre, Mrs. Herring, con la sobresaliente mezzosoprano Gaby Thierry , en un personaje que le viene como anillo al dedo en gratificante actuación. Todos ellos fueron ovacionados por un público entusiasta y gozoso.
En la parte creativa y artística realizaron un gran trabajo el músico Christian Gohmer, Director Concertador de los cantantes solistas de los cuales es titular y la Orquesta ENSAMBLE TEMPUS FUGIT con la que logró descifrar con creces la endiablada y dificil partitura de esta obra magistral. La puesta en escena de Valeria Palomino inspirada y cuidada en todos sus detalles, ágil, divertida, espectacular y graciosa. Juliana Vanscoit, especialista en Ópera con estudios concluidos de dirección y producción en Italia, diseñó la escenografía con Antonio Solares, y también el vestuario así como la producción ejecutiva. Torre de Viento Producciones tuvo a su cargo la producción general.
Es de agradecer que en el INBAL se lleven a cabo estas funciones de Ópera que enriquecen el repertorio y dan a conocer obras importantes del arte operático para deleite y conocimiento de los públicos tradicionales y que contribuyen a la formación de nuevos públicos ávidos de estos espctáculos dignos y bien presentados.