La Universidad de Jaén, dentro de los actos conmemorativos de su 25 Aniversario, hizo posible que anoche dos millares de jiennenses pudieran disfrutar con una brillante interpretación del Requiem de G. Verdi en las vísperas de la Semana Santa.
Con la colaboración del cabildo catedralicio, la Catedral lucía espléndida y el montaje de un gran escenario presidido por el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, presagiaba una noche repleta de grandes momentos musicales.
Y así fue, en escena se situaron 150 intérpretes de la Orquesta de la Universidad de Jaén, el Coro de la Universidad de Jaén y el Coro de Opera de Granada, lo que mostraba la magnitud del acto. Todos ellos fueron dirigidos con esmero y buen hacer por Ignacio Ábalos, director titular de la Orquesta de la Universidad de Jaén, que llevó a cabo una ejecución brillante y efectista.
Ambos coros cantaron con la energía que requiere la obra y la dulzura escrita en algunos pasajes.
Mención especial merecen los solistas. La soprano Carmen Solís brilló en todo su registro, realizando intervenciones sublimes como el dramatismo mostrado en el «Libera me, Domine». La mezzosoprano Mirouslava Yordanova posee una línea de canto exquisita, en la que graves y agudos se fusionan a la perfección, espléndida en el «Liber scriptus». El tenor Francisco Corujo dotó de carácter su interpretación del «Ingemisco». El bajo Francisco Crespo realizó una interpretación sublime, destacando su «Confutatis» con un color vocal perfecto para la obra de Verdi. Solistas sobresalientes en un marco excepcional, sin duda una de las noches que hacen historia en Jaén y que subrayan la importancia del 25 aniversario de la Universidad de Jaén.