Amadigi Vespres d’Arnadí Por Carlos Orejas
La escucha de una ópera de Haendel es algo siempre grato, suntuoso y bello, lejos de las obras musicales poco accesibles, adustas, crípticas, excesivas, como resultan a veces las de género sacro –oratorios y cantatas– u otras de carácter más reservado como puedan ser El arte de la fuga o El clave bien temperado, de J. S. Bach. Este camino, el del maestro de capilla y organista propio del área germánica, parecía el sendero profesional al que estaba destinado G. F. Haendel, que tras su formación bajo la única instrucción de F. W. Zachow, mereció ser nombrado organista de la catedral de su ciudad natal en su más tierna juventud. Pero su entrada en contacto con músicos como Telemann o Keiser en las ciudades de Leipzig y Hamburgo y su inexcusable visita a Italia, donde trataría con el mismísimo Arcangelo Corelli, inclinarían para siempre su devenir artístico, haciéndole bascular hacia la composición operística. La ópera floreció en especial en su etapa londinense, donde se afincó y dio comienzo su madurez artística. Amadigi di Gaula fue escrita para el reflote económico del Teatro del Haymarket londinense, siendo estrenada en 1715, con la dinastía reinante de los Hannover recién estrenada a través de la figura de Jorge I de Inglaterra, antiguo príncipe elector de Hannover y por tanto, anterior patrón del compositor en su brevísima etapa como maestro de capilla en Hannover entre 1710 y 1712. Amadigi Vespres d’Arnadí
Vespres d’Arnadí, junto a un fabuloso plantel de cantantes, ha sido la encargada de su interpretación. Agrupación fundada en 2005 por Dani Espasa y Pere Saragossa, su nombre alude a las veladas dieciochescas en las que, para finalizar, se servía un postre –el arnadí–, hecho a base de calabaza, azúcar y almendra. Los cantantes Xavier Sabata, Núria Rial, Anna Devin, Katarina Badric y Rafael Quirant han formado el estupendo elenco de cantantes, que oscilan entre las tesituras de soprano y contralto. Los personajes masculinos bien fueron cantados originalmente por mujeres travestidas, como sucedió con el personaje de Dardano –en esta versión la mezzosoprano Katarina Badric–, o bien por un castrado como sucede con Amadigi o el mago Orgando, encarnados en su día por evirados y hoy por el contratenor Xavier Sabata y el sopranista Rafael Quirant respectivamente. Amadigi Vespres d’Arnadí
En el primer acto, Amadigi (Xavier Sabata) anima a su amigo Dardano (Katarina Badric) a abandonar la casa encantada de la maga Melissa (Anna Devin), quien se encontraba prendada de Amadigi. Ante la sorpresa de Dardano por el rechazo de Amadigi a su poderosa pretendiente, Amadigi le muestra la figura de la mujer a quien ama, Oriana (Núria Rial), de quien Dardano también se encuentra enamorado. Tras intentar ser retenido por la maga, Amadigi escapa para rescatar a su amada, encarcelada en una torre, algo que logra con éxito. Sin embargo Oriana va a ser atrapada por unos demonios que son esbirros de la hechicera. La acción es presentada por un recitativo entre los personajes de Amadigi y Dardano, que interactuarán numerosas veces a lo largo de este primer acto.
Sabata como Amadigi resultó interesante en lo vocal y muy reseñable en lo teatral, a través de su gestualidad escénica, siempre acertada. Voz de estupenda dicción y de fácil coloratura destacó en varias de sus arias, como en la preciosa línea de canto demostrada en ‘Notte, amica dei riposi’ o la coloratura en el aria de bravura ‘Non sa temere questo mio petto’. De no menor importancia fueron sus apariciones en los recitativos, especialmente aquellos junto a Núria Rial (Oriana), que estuvieron espectacularmente servidos –vocal y actoralmente– con mucha inteligencia en el desarrollo del fraseo como en las pausas en la interlocución que engarzan los parlamentos de los personajes, dotando a estos diálogos de gran realismo teatral y viveza interpretativa. Voces a la alemana, con una emisión apoyada sobre la voz de cabeza, resultaron partenaires ideales por la homogeneidad tímbrica de sus voces. Amadigi Vespres d’Arnadí
Rial, en su faceta solística tuvo su momento de gloria en la escena séptima de este primer acto, en las dos arias que la componen. Brilló por el uso de la agógica, generando la ilusión de un monólogo real que estaba ocurriendo en el momento, sin esfuerzo y por una bella administración de las medias voces. Demostró ser una soprano imprescindible entre las españolas para este repertorio y ser una gran conocedora del estilo.
Katarina Badric como Dardano hizo un contraste vocal interesante en sus diálogos con su compañero Amadigi, resultando algo hierática en su uso de las pausas de interlocución y pesante en los tempi de sus recitados, y encontrándose algo insegura y pegada a la partitura. Voz oscura y cavernosa de graves exquisitos, pero de emisión ligeramente atrasada, resultó correcta durante toda la velada en lo solístico, desempeñándose de manera importante en la escena sexta de este primer acto.
Anna Devin como la maga Melissa estuvo interesantísima. Voz poseedora de una gran italianidad y portadora de mordiente y buena dicción, resaltó tímbricamente entre el resto del elenco. Hizo un uso exquisito del legato, demostrando una excelente línea de canto y se permitió la licencia de hacer un uso cuasi expresionista del parlato, mediante un uso paroxístico de la voz de pecho a altura indeterminada cercana a las notas escritas en la partitura en brevísimos momentos, generando la ilusión de estar hablando o gritando y dotando de verosimilitud despechada a sus monólogos, con gran interés y osadía.
En el segundo acto aparecen nuevos dilemas amorosos: Amadigi cree ver reflejada en una fuente a su amada en compañía de Dardano, desvaneciéndose del disgusto. Oriana, por su parte, cree a su amado muerto e intenta suicidarse con una espada, instante en el que su amado despierta, aunque la rechaza. Melissa intenta de nuevo sin éxito conquistar a Amadigi y consigue con un hechizo dotar de la figura de Amadigi a Dardano, que al ser descubierto, es asesinado por Amadigi. Este acto se representó de manera partida entre la primera parte del concierto y la segunda. El aria ‘S’ estinto ê l’ idol mio’ a cargo de Núria Rial resultó mágica en cuanto al uso de la sotto voce. Ya después del descanso, Dani Espasa improvisó de manera brillante a modo de obertura una toccata, semejante a los preludios de las suites para clave del propio Haendel, siguiendo la costumbre del propio compositor, que solía improvisar de manera solística en los intermedios de sus propias óperas y oratorios. Así se inició la segunda parte del concierto, que enlazó con el recitativo de Dardano ‘D’ un sventurato amante’. Espasa, junto a su grupo se mostró durante toda la velada como un clavecinista solvente y como director atinado. Músico polifacético, demostró estar a un gran nivel en su clavecinismo y una gran madurez como director en sus elecciones interpretativas. Su conjunto no le quedó a la zaga y tuvo un gran nivel, como el de cualquier otro grupo europeo importante, tanto en el acompañamiento de los cantantes, como en los ritornelos y sinfonías que jalonan la acción operística.
En esta segunda parte del concierto, el personaje de Dardano canta su popular ‘Pena tiranna io sento al core’, que fue cantada con una gran elegancia. Al final del acto segundo tanto el personaje de Oriana como el de Melissa cantan sendas arias, muy bien interpretadas por Rial y Devin, respectivamente. Amadigi Vespres d’Arnadí
En el tercer acto los esbirros de la maga Melissa llevan a los enamorados ante su presencia. La hechicera intenta matarlos sin éxito, ya que Dardano viene desde el inframundo a decir que los dioses bendicen el amor de Amadigi y Oriana. Melissa se suicida. El mago Orgando, tío de Oriana, aparece para acabar con los hechizos que conspiraban contra el idilio de los amados. Todos cantan la alegría de la unión y un baile da cierre a la acción operística.
En este acto Núria Rial intervino con su aria ‘Dolce vita del mio petto’, tras la cual el público la cubrió de aplausos, siendo de lo más notable de toda la representación operística. Rafael Quirant como Orgando tuvo una breve pero interesante aparición. Voz apoyada en la máscara y de fraseo elegante, cumplió elegantemente con su corto papel. Varios números de conjunto precipitan en el final. Fueron genialmente dirigidos por Dani Espasa a un gran nivel dramático y musical. Tras el coro final, muy del gusto inglés, con aspecto de anthem, homófono, todos a una, como los glees anglófonos y el baile final, el concierto dio conclusión. El público colmó con una larga y calurosa ovación a los músicos y cantantes, todavía en escena.
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Auditorio Nacional de Madrid, 6 de marzo de 2022. Ciclo Universo Barroco, Haendel: Amadigi di Gaula. Xavier Sabata (Amadigi), Núria Rial (Oriana), Anna Devin (Melissa), Katarina Badric (Dardano), Rafael Quirant (Orgando). Vespres d’Arnadí. Director y clave: Dani Espasa.