«Attila» en el Teatro Real

Redacción OW

Los días 14 y 17 de mayo el madrileño Teatro Real ofrecerá dos únicas funciones de Attila, vibrante  ópera de Giuseppe Verdi, con libreto de Temistocle Solera, empresario del Teatro Real en 1850 y 1851 y autor de otros cuatro libretos verdianos. Los papeles protagonistas de Attila, de gran exigencia vocal, serán defendidos por un reparto formado por Christian Van Horn (Attila), Sondra Radvanovsky (Odabella), Michael Fabiano (Foresto), Artur Ruciński (Ezio), Moisés Marín (Uldino) e Insung Sim (Leone). Junto a ellos actuarán el Coro Titular del Teatro Real, preparado por su director, José Luis Basso, y la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la batuta de Nicola Luisotti, que dirigió en el Real ocho producciones verdianas: Il trovatore (2007),  Rigoletto (2015), Aida (2018), Don Carlo (2019), La traviata y Un ballo in maschera (2020), Nabucco (2022) y Rigoletto (2023).

Imagen publicitaria para las funciones de «Attila» del Teatro Real.

Attila es la novena de las 26 óperas de Giuseppe Verdi (1813-1901) y se inscribe en el prolífico período creativo que el compositor denominó años de galera, debido a su frenético trabajo y a las penurias que pasó hasta alcanzar el reconocimiento, durante más de una década en la que se sucedieron varios acontecimientos y tragedias familiares, que culminarían con el fallecimiento de su mujer y de sus dos hijos. La partitura se estrenó en La Fenice de Venecia en marzo de 1846 y su temática patriótica contribuyó al grandísimo éxito de la ópera, que exaltaba con fervor los valores nacionalistas del Risorgimiento que inflamaba los estados italianos, sometidos todavía a los designios del Imperio austrohúngaro.

Portada de la primera edición de «Attila», con la firma de Giuseppe Verdi / Foto: Javier del Real

El libreto de Temistocle Solera, basado en el drama Atila, rey de los hunos (1806-1807) de Zacharias Werner y concluido por Francesco Maria Piave, rehúye las referencias históricas precisas, adoptando una visión idealizada de la antigüedad clásica y realzando las razones morales, éticas e ideológicas que llevan a la caída de Attila. Incluso la relación entre Odabella y Foresto tiene un inequívoco trasfondo político que se sobrepone al amor que los une. La partitura consolida el camino de Verdi hacía las obras de madurez, con su habilidad para la construcción músico-dramatúrgica de los personajes, las vigorosas y bellas melodías, los contrastes entre las partes corales exaltadas, de gran concisión, y las arias intimistas, además de sus vibrantes y atractivas cabaletteAttila se ofrece en el Real reivindicando su valor como un peldaño importante en la carrera creadora de Giuseppe Verdi, en cuyas páginas se alcanza una gran intensidad dramática.