Bayreuth 2022 : Valentin Schwarz continúa la deconstrucción del mito en ‘Siegfried’

                                                                     Bayreuth Schwarz Siegfried Por Luc Roger

Parafraseando a Baudelaire, en este nuevo Siegfried, los pilares vivientes de la puesta en escena de Valentin Schwarz sueltan a veces palabras confusas. Ciertamente, los espectadores atraviesan bosques de símbolos que los observan con ojos familiares. Y estos personajes, estos objetos desviados, estos colores y sonidos se responden, sin duda, como largos ecos que se funden en la distancia. Pero, si es verdad que su propuesta es consistente, resulta aún más insondable que la noche. El público, a menudo perplejo, se enfrenta a un « inmenso álgebra cuya clave se ha perdido » (Verhaeren) y comienza a buscarla en los meandros sinápticos de su cerebro.  Unos pocos se marchan discretamente en el intermedio; los más se quedan, cautivados por la grandiosa interpretación de la mayoría de los cantantes, a los que escuchan religiosamente con los ojos cerrados. Otros, tocados por la gracia, son seducidos por la fuerza simbólica de una puesta en escena que reciben con entusiasmo. Por nuestra parte, intentaremos desenredar la madeja con nuestros medios ciertamente limitados. Bayreuth Schwarz Siegfried

Arnold Bezuyen como Mime y sus marionetas. Sentado en el taburete se reconoce al niño secuestrado por Alberich en ‘El Oro del Rin’  © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

El primer acto tiene lugar en la modesta casa de Mime, cuya estructura de una sola planta recuerda a la cabaña de Hunding en la actual Valkiria de Bayreuth, con algunos detalles tomados de ella, como la cama y el dosel del dormitorio del primer piso. Es una casa muy pobre, con un microondas y una miserable pecera, que parece centrada en los juegos de la infancia. A la izquierda del escenario hay dos mesas redondas cubiertas con una manta, para simular una guarida o una casa en miniatura. A la derecha del escenario hay un teatro de marionetas permanente colocado en un recorte en la pared. Y toda una serie de marionetas de madera están colocadas en sillas como esperando el espectáculo, incluida una que podría representar a Brünnhilde. Entre los juguetes que abarrotan la habitación se pueden ver pequeños caballos de peluche. Bayreuth Schwarz Siegfried

Es el cumpleaños de Siegfried, como indica la pancarta que proclama “Feliz Cumpleaños”, y Mime se ha disfrazado de mago para entretener a su hijo adoptivo. Le vemos contar la historia de los orígenes de Siegfried en el pequeño teatro. El joven llega (sin oso), ha crecido y obviamente no tiene edad para los títeres. Por lo menos es púber, ya que Mime le proporciona un folleto al estilo Leporello en el que mujeres desnudas adoptan seductoras poses. Siegfried desborda una energía incontrolada y se pone a decapitar a la mayoría de las marionetas (excepto a la del pelo largo y rubio), lo que tal vez pueda relacionarse con el juego de las tres preguntas al que juegan el Caminante y Mime, con sus propias cabezas en juego si se muestran incapaces de responderlas, lo que será el caso de Mime para la tercera pregunta que le hace Wotan, y para la que no tiene respuesta. Aunque no cabe duda de que es un hábil soldador, como demuestran las salvas de chispas que produce en un momento dado, Nothung, la famosa espada, no será forjada por Siegfried, sino que le llega a través de un paquete de regalo que ha traído Wotan. Lo abre y en su interior descubre una muleta, que cree que es para Mime, (Wotan le había roto la suay). Mime y Siegfried luchan por la posesión de la muleta, que resulta ser una muleta-espada, como los bastones-espada de antaño. Finalmente, Siegfried extrae de la muleta una espada que parece más bien un florete, pero no importa, Siegfried está equipado para luchar contra el dragón y recuperar el anillo que Mime quiere llevarse. Mime expresa una alegría  delirante.

Andreas Schager como Siegfried y Wilhelm Schwinghammer como Fafner © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

El segundo acto se abre con el escenario del Walhalla, que recuerda al del primer acto, pero visto desde un ángulo diferente. El gran dúo entre Alberich y el Caminante, que normalmente tiene lugar al aire libre cerca de Neidhöhl, la cueva de Fafner, se desarrolla ante un gran vestíbulo acristalado donde los dos hombres están sentados en lujosos sillones. A la derecha de la gran sala hay una cama de hospital que da al fondo del escenario. El vestíbulo tal vez presagie el incendio final del Walhalla. Loge nunca está lejos… Una enfermera y un camillero se afanan en torno a la cama en la que yace un herido, un paciente difícil que increpa al personal de enfermería. El encamado no es otro que Fafner, que, ya moribundo, hará su relato en brazos de Siegfried. Por su parte, este no tendrá ningún problema en llevar a cabo el combate previsto, ya que Fafner parece estar al final de su vida y probablemente muera más bien por causas naturales. El espadazo que le proporciona Siegfried sólo lo hiere y es de hecho Hagen quien lo remata asfixiándolo con una almohada.  Mime es a su vez asesinado por Siegfried.

El enfermero no es otro que Hagen, cuyo polo amarillo recuerda al del niño de oro del Rin robado por Alberich en la primera jornada, una atribución de color que será confirmada por el traje de Hagen en el Götterdämmerung. Personaje desconfiado y taimado, no perderá de vista a Siegfried, que lleva un pequeño objeto brillante en la mano. La lógica de la puesta en escena se impone: el Oro del Rin no es otro que Hagen.

Alexandra Steiner (el pájaro del bosque), Andreas Schager (Siegfried), Arnold Bezuyen (Mime) y Hagen ya de mayor © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

La enfermera que está siendo manoseada por el postrado Fafner no es otra que el pajarito del bosque, una joven muy bonita a la que Siegfried, rebosante de energía y ganas, no dudará también meter mano. Bayreuth Schwarz Siegfried

El tercer acto también tiene lugar en el Walhaha, cuyos techos han sido rebajados y cuyo suelo de parqué parece estar en muy mal estado. El palo de escoba ha desaparecido. El Caminante convoca por última vez a Erda, que aparece envejecida, con el rostro devastado, el pelo aplastado y la piel sucia. Contempla la luminosa maqueta piramidal del Walhalla, pero no puede responder a las preguntas de Wotan. Una mujer harapienta  que lleva un saco de dormir como abrigo y mantas aislantes de supervivencia yace en un rincón. Ante la angustia y la confusión de Wotan, Erda le entrega una pistola, ofreciéndole la posibilidad de una solución definitiva, que él rechaza.

La Erda de Okka von der Dammerau, uno de los mayores atractivos de la velada © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

La escena del intrépido héroe atravesando el infierno que rodea a Brünnhilde está muy bien llevada por Valentin Schwarz desde la parte izquierda del escenario: todas las vacilaciones de Brünnhilde, a quien Siegfried despierta de su sueño de veinte años, son bastante comprensibles. Brünnhilde es protegida por Grane, el atlético semental de abundantes crines que la acompañó en la Valquiria y que se ha convertido en un hombre maduro de pelo cano. Este se niega a abandonar a la que siempre ha acompañado y la retiene por la fuerza, oponiéndose a los intentos de Siegfried de apoderarse de ella. Sólo cuando comprende que el destino de su amante está escrito y que ella está de acuerdo con el joven, acepta entregarla. Brünnhilde aparece entonces con luces y vestidos dorados, con los cabellos extendidos, como una majestuosa y fría virgen escultural, a la que la naciente pasión debería liberar pronto. Excluido de los juegos de la pasión incipiente, a Hagen no le queda otra que morderse las uñas. Bayreuth Schwarz Siegfried

El director Cornelius Meister parece estar más en sintonía con la orquesta. Esta ofreció una velada de mejor calidad musical que durante el prólogo y la primera jornada, aunque sin desplegar el esperado oro. Después de las excelentes actuaciones de los cantantes en la Valquiria, las expectativas eran altas y el Siegfried de Andreas Schager se esperaba con impaciencia. Tomasz Konieczny confirmó que es un gran Wotan, que expresó magníficamente el dolor de un hombre desesperado cuyo mundo se ha derrumbado. Lo mismo ocurre con el Alberich de Olafur Sigurdarson, cuya voz es poderosa y está bien proyectada, y con el Fafner de Wilhelm Schwinghammer, que consigue humanizar al viejo dragón rodeado de muerte por todas partes. Okka von der Damerau es una fuerza en el escenario, constante en su excelencia, expresiva y conmovedora en la particular claridad de su voz de contralto. En el primer acto destacó Arnold Bezuyen, que desplegó un gran talento escénico en la expresión de las innumerables facetas de su personaje. Además, posee una voz de tenor incisiva, extremadamente precisa y bien proyectada, quizá un poco suave en su villanía.

En primer plano, Andreas Schager (Siegfried) y Daniela Köhler (Brünnhilde)

Andreas Schager, que había cosechado un gran éxito y un efusivo aplauso en el estreno –los informes de prensa así lo atestiguan–, no estaba recuperado completamente de su enfermedad, como pudimos percibir muy pronto. Se le vio ciertamente pesaroso durante los aplausos. Estaba previsto que sustituyera a Stephen Gould como Siegfried en el estreno de Götterdämmerung, pero, en este estado, se vio obligado a renunciar a esta posibilidad. Apostemos a que sólo se trata de un aplazamiento. A la Brünnhilde de Daniela Köhler, casta y pura, le hace falta madurar; no estuvo dotada de la envergadura necesaria. La voz es ciertamente brillante y bien proyectada, pero se mantiene suave y uniforme en todo momento. El pájaro del bosque de Alexandra Steiner es dulcemente encantador. Hay que señalar que en términos de discurso, articulación y pronunciación, el poema de Wagner fue comprensible de principio a fin.

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Festival de Bayreuth, a 13 de agosto de 2022. Siegfried, música y texto de Richard Wagner. Dirección musical: Cornelius Meister. Dirección escénica: Valentin Schwarz. Escenografía: Andrea Cozzi. Vestuario: Andy Besuch. Dramaturgia: Konrad Kuhn. Iluminación Reinhard Traub. Elenco. Siegfried: Andreas Schager. Mime: Arnold Bezuyen. Caminante: Tomasz Konieczny. Alberich: Olafur Sigurdarson. Fafner: Wilhelm Schwinghammer. Erda: Okka von der Damerau. Brünnhilde: Daniela Köhler. Pájaro del bosque: Alexandra Steiner. OW