El tenor Francisco Corujo no pasa este año las navidades en Lanzarote con su familia. La culpa la tienen los compromisos que cada vez vienen más de Italia para este tenor en auge. Ya le conoce el público de La Fenice de Venecia donde ha cantado Alfredo deLa Traviata y la Arena de Verona donde se le pudo ver este verano para Roméo et Juliette de Gounod (Tybalt). Ahora le esperan funciones del Otello de Verdi, donde interpreta la parte de Cassio, en el Teatro Petruzzelli de Bari junto a Clifton Forbis, Julianna di Giacomo y Claudio Sgura, con dirección musical de Keri-Lynn Wilson.
JALEA: Francisco, ¿o puedo llamarte Pancho? Se me hace raro llamarte de otra forma… Cedamos ante la campechanía canaria, por cierto, ¿qué os dan allí? ¿Es el agua? ¿La conexión con la música popular? No se puede negar que es tierra de voces líricas…
Pancho: Claro, soy Pancho, eso de Francisco a mí sí que se me hace raro… ¡La gran pregunta de las voces canarias! Yo tengo la certeza de que la proliferación de las voces canarias está directamente relacionada con el folklore canario y nuestra relación y nuestro gusto por la música latinoamericana y, porqué no decirlo: por la música «bonita». La gran mayoría de cantantes de ópera canarios han tenido relación o directamente comenzaron su andadura musical con el folklore canario; mis amigos Celso y Jorge empezaron en la música así.
La música canaria tiene como particularidad que es muy aguda, por tanto la intuición te lleva a crear una impostación natural, con lo cual aparecen muchas voces con un componente lírico. Grandes cantadores de folklore como los míticos Dacio Ferrera o Ico Arrocha tienen voces con un componente lírico evidente, y eso que nunca estudiaron técnica vocal.
También creo que ha sido fundamental la figura de Alfredo Kraus como buque insignia dentro de la vida cultural canaria. No sé si existe otra generación de cantantes tan importantes dentro de una misma región, tan pequeña y singular como Canarias: Jorge, Nancy, Celso, Yolanda, Davinia, Jose Antonio y muchos más.
JALEA: A principio de temporada debutaste el Ismaele de Nabucco en el Festival de Opera de La Coruña. Ya te habías acercado a otros roles de Verdi: Traviata por ejemplo o Cassio, en este mismo festival, que es un falso secundario, ¿qué diferencias ves entre ellos?
Pancho: Alfredo y Cassio son dos roles que se ajustan más a mi tipología vocal que el Ismaele, que es un rol para un tenor más spinto que yo, quise hacer la prueba y creo que aunque el resultado fue bueno, es mejor esperar con este tipo de roles. Era en versión de concierto y en un «plaza» donde me siento querido como La Coruña además de la ilusión y el honor que supuso compartir escenario junto a una leyenda como Leo Nucci pero me siento más cómodo de momento dentro del repertorio lírico-ligero, Romeo, Nemorino, Alfredo, Ferrando etc
JALEA: Tienes un largo idilio con el Festival de La Coruña y se agradece hoy en día los programadores que se mantienen fieles a los artistas “de la casa” aunque no sean teatros de repertorio. ¿En España falta más colaboración o más fidelización?
Pancho: Bueno, fue en la Coruña donde debuté con un rol principal, el Macduff de Macbeth, y siempre apostaron por mí. De momento he estado como Macduff, Cassio y dos galas líricas, a parte tengo grandes amigos gallegos como Fernando Briones o Borja Quiza. La fidelización es importante porque se crea un gran vínculo entre el cantante y el público; el publico se siente partícipe del éxito del cantante dentro y fuera del festival.
El festival de la Coruña se caracteriza por eso: nombres como Celso Albelo, Colombara, Nucci, Garanca que han repetido en el festival y que lo seguirán haciendo pues se sienten queridísimos por el público y el festival siempre ha sido un apoyo para ellos. En La Coruña me siento como en casa, y me consta que ellos se sienten así también, este sentimiento de hogar para nosotros que vivimos en el aire, siempre del tingo al tango, se agradece muchísimo.
En España ahora mismo falta colaboración, fidelización, dinero y bastante creatividad. Estoy harto de pijadas que hacen flaco favor a la vida musical y cultural del país…y no entro más en el tema porque no quiero ser trending topic o alguna cosa de esas (risas)
JALEA: Sigue girando esta temporada el musical Amadeu de Albert Boadella, sobre la vida de Vives. Habéis estado en Bilbao y Santander, después de presentarlo en Madrid en dos temporadas, Oviedo y Pamplona; es mucho para un espectáculo clásico hoy en día, ¿cuál es el secreto del éxito de Amadeu?
Pancho: El gran éxito de Amadeu es la mezcla entre música y teatro sin caer en la típica y tan manida antología de zarzuela, partiendo de un gran guion al que dan vida tres grandes actores como el tenor Antoni Comas que hace una performance inigualable de Amadeu Vives, Raúl Fernandez y Chema Ruiz, un equipo de cantantes, coro y orquesta dirigidos musicalmente por los maestros Miguel Roa y Manuel Coves, y una selección de piezas estupendas, además del merecido retrato-homenaje que se le hace al maestro Vives.
Otro punto importante es el vínculo que se ha creado entre todo el equipo artístico y de producción en el espectáculo, todos a una nos sentimos partícipes para que aquello fuera un éxito. Espero que se siga haciendo y poder seguir participando.
Trabajar con Boadella también era un reto que a priori imponía, pero conocerle ha sido una gran experiencia; es sorprendente lo mucho que sabe de música, ojalá hubiesen dentro de las instituiciones gente tan preparada y con tanto talento como él.
JALEA: Tú ya habías cantado zarzuela; entre otras plazas en el Teatro de la Zarzuela en una dramaturgia de Luis Olmos, ¿te sientes a gusto en este género? ¿Con ganas de profundizar más en él?
Pancho: Me siento muy cómodo cantando zarzuela, a parte de ser en mi idioma hay piezas musicales magníficas, no he cantado demasiada zarzuela y me gustaría poder profundizar más, a parte del Amadeu de Boadella-Vives, canté en el Perez Galdos, para el Festival de zarzuela de Las Palmas, Marina de Arrieta, que es una ópera, y Javier de Luisa Fernanda, además de debutar en el Teatro de la zarzuela con Una noche de zarzuela, y realizar muchos conciertos.
En febrero hago gira con la Orquesta Sinfónica de Bratislava por la Republica Checa con un programa íntegramente dedicado a la Zarzuela dirigido por David Hernando y es muy llamativo el tirón que tiene fuera de España. Me encantaría tener la oportunidad de interpretar algún día Fernando deDoña Francisquita.
JALEA: Uno de los momentos álgidos de la temporada pasada fue la Lucia di Lammermoor en Tel Aviv, junto a Daniel Oren, Ishai Steckler y Emilio Sagi ¿qué destacarías de esta experiencia?
Pancho: Edgardo es el rol más complicado que he realizado hasta ahora, me sentí muy bien y muy arropado en Tel Aviv. A parte era con la producción de Emilio Sagi que conocía muy bien, pues había cantando el rol de Arturo en Las Palmas y Bilbao por lo que debutar Edgardo en esta producción me hacía especial ilusión. Fue una buena experiencia y este año ya he realizado 15 funciones de Lucia a parte de en Tel Aviv, en Brescia, Como, Novara y Cremona.
JALEA: Has vuelto también a la Arena de Verona; un lugar bellísimo pero supongo que es un espacio muy especial que hace que tengas que adaptarte a las circunstancias…
Pancho: Cantar en la arena fue una experiencia inigualable, siempre que canto en este tipo de teatros con tanta trascendencia me hace una ilusión especial, además de sentir la responsabilidad y el honor de pisar un escenario por donde pasaron los más grandes de la historia. A parte de esto fue muy especial poder coincidir allí aunque en diferentes óperas con mi primo Jorge de León, y con el también canario José Antonio García.
JALEA: Sé que en tu formación fue crucial el encuentro con el gran tenor Carlo Bergonzi, que terminó de asentar tu técnica y aportó toda su experiencia en la interpretación. Mucha gente, por ejemplo, y yo entre ellos, venera a Magda Olivero que aun centenaria sienta cátedra cada vez que habla, ¿hay mucho que aprender escuchando a la tradición?
Pancho: Coincidir con Bergonzi fue fundamental para mí. Hay que pensárselo muy bien para ponerse a cantar delante de alguien así el Edgardo o el Duque ya que sólo a él pertenecen versiones únicas de estos roles. Me ayudo mucho, es muy meticuloso con el repertorio y con la palabra, con la forma de decir, el fraseo, algo en lo que era inigualable, estuve tres meses intensivos viéndole cuatro veces a la semana, con lo cual aprendí los roles más importantes de mi repertorio.
Demuestra además que después del trabajo duro y con paciencia, se recogen frutos. Me dio cientos de consejos, me contó un montón de anécdotas que siempre tengo entre mis recuerdos, me enseñó la verdad del canto, del oficio y me habló de Callas, Pertile, Gigli, Di Stefano, Kraus, ese aprendizaje para alguien joven es impagable, me siento profundamente agradecido y honrado por esa experiencia.
Los maestros son fundamentales para los cantantes, de todos he aprendido Alzola, Orán, Krause, Bergonzi y el que todavía me sigue «dando caña» Manuel Cid. Considero que la fidelidad y el reciclaje con tu maestro es capital para el cantante y el buen uso de la voz.
JALEA: ¿Hacia donde crees que avanza tu voz? ¿Qué proyectos te esperan y cuáles te gustaría que salieran al camino?
Pancho: Ahora mismo estoy haciendo gira con la producción de Lucia di Lammermour por los teatros de la Lombardia Italiana en el papel de Edgardo, después haré Cassio de Otello en el Teatro Petruzzelli de Bari, más tarde gira por República Checa con la Sinfónica de Bratislava.
Me gustaría poder seguir interpretando roles que ya he cantado como Don Ottavio, Ferrando, Arbace, Alfredo, Edgardo etc. Y poder debutar otros que me gustan especialmente como Roméo de Gounod, Fenton de Falstaff, Rinuccio del Schicchi, y sobre todo Nemorino de L’elisir d’amore.