Continúa el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) con su Ciclo Barroco, que en esta ocasión nos ofrecía Cain, overo il primo omicidi, prácticamente desconocido oratorio de Alessandro Scarlatti, que se ha saldado con un triunfo más moderado que en ocasiones anteriores.
Alessandro Scarlatti (1660-1725) es uno de los compositores fundamentales del barroco italiano, aunque su obra ha caído en su mayor parte en el olvido, a pesar de que entre la misma se cuenta casi un centenar de óperas y casi 40 oratorios, que en gran parte se han perdido. Su vida profesional transcurrió entre su Palermo natal, Nápoles y Roma, siendo el oratorio que ahora nos ocupa uno de los pocos que se escribieron y estrenaron en Venecia, donde vio la luz en el año 1706. Musicalmente, es un obra bien construida, aunque le falte el genio de inspiración de un Haendel o un Bach, estando formada por recitativos y arias, a los que se añaden nada menos que 5 duetos, presentando al personaje de Dios cantado por un contratenor.
Pocas son las ocasiones que uno tiene de asistir a un concierto – menos todavía a una representación escénica – de una obra de Alessandro Scarlatti. En los últimos años una de sus pocas óperas que se ha representado ha sido La Griselda, aunque bueno es citar que el oratorio que ahora nos ocupa tuvo unas representaciones escénicas en Mainz en el año 2012 en una producción de Tattjana Gürbaca. En lo que a mi respecta, la única ópera suya que he tenido ocasión de ver representada ha sido Il Trionfo dell’Onore y han pasado más de 30 años desde entonces.
La versión musical ha corrido a cargo de Rinaldo Alessandrini y su Concerto Italiano. Nos han ofrecido una versión correcta, aunque yo he echado en falta más imaginación por parte de su director. A mi me ha recordado a otros cuantos colegas suyos, cuyas lecturas son siempre correctas, pero les falta ese algo más que hace que otros cuantos se pueden incluir en una categoría especial.
El reparto vocal estaba formado por 6 cantantes y en conjunto funcionó bien, aunque hemos asistido a otros conciertos en este mismo Auditorio y en este mismo Ciclo Barroco, en el que las voces han funcionado con más brillantez.
El personaje de Caín es el auténtico protagonista de la ópera, no ya por dar título a la obra, sino por el hecho de tener que cantar nada menos que 5 arias y otros 3 dúos con su hermano Abel. Su intérprete fue la mezzo soprano italiana Sonia Prina, de sobra conocida por todos los aficionados. Para mí nos ofreció lo más adecuado del concierto, brillando en el aria de la segunda parte Perchè mormora il ruscello.
La soprano Monica Piccinini dio vida a Abel y me resultó poco convincente en puros términos vocales. Es una soprano muy ligera, que apenas pasa de ser una pura soubrette,
Resultó adecuado el tenor Carlo Allemano en el personaje de Adán, aunque la voz no tenga excesiva calidad. Bien también, la soprano Roberta Invrnizzi como Eva, que no tiene mucho que cantar. El contratenor Aurelio Schiavoni fue Dios y lo hizo bien, aunque la voz no tiene excesiva calidad. Finalmente, el bajo Salvo Vitale fue un sonoro Lucifer.
El Auditorio ofrecía una entrada de alrededor del 85 % de su aforo. El público dedicó una cálida acogida a los artistas, sin entusiasmo digno de destacar.
El concierto de Cain, overo il primo omicidio comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 21 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 1 hora y 57 minutos. Cuatro minutos de aplausos.
El precio de la entrada más cara era de 40 euros, costando 15 euros la más barata.
José M. Irurzun
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