Escape to paradise. The Hollywood album. Daniel Hope (violín), Sting y Max Raabe (vocalistas), Quinteto de la Orquesta de Cámara Alemana de Berlín, Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo, Alexander Shelley (dirección). Obras de Rósza, Korngold, Castelnuovo-Tedesco, Eisler, Zeisl, Waxman, Juramnn y koper, Weill, Morricone, Williams, Thomas Newman, Heymann y Hupfeld. Deutsche Grammophon, 2014.
Escape al paraíso de Hollywood
Un escape al paraíso nos propone en su último disco para Deutsche Grammophon el reputado violinista británico oriundo de Sudáfrica, Daniel Hope, con este álbum hollywoodiense en el que realiza un variado recorrido por aquellas músicas, en su gran mayoría de cine, pertenecientes a compositores que vivieron el exilio americano durante la Segunda Guerra Mundial y la de aquellos que más tarde hicieron suyo el “sonido Hollywood”,
El escape es el eje vertebrador de casi todo el disco donde la melancolía, la nostalgia y el desarraigo que transmiten las obras seleccionadas por Hope son las notas dominantes en este viaje. El intérprete no sólo ha pretendido incluir música de cine, sino mostrar algunos de los géneros y estilos musicales que la vieja Europa estaba escuchando antes del forzado retiro de sus compositores. Así, uno de los grandes maestros de la música cinematográfica de la primera mitad del siglo XX, el alemán Erich Wolfgang Korngold, viene representado por su memorable concierto para violín en re mayor op. 35, del año final de la guerra, 1945, uno de esos numerosos ejemplos concertantes que fueron compuestos ex profeso para el legendario violinista Jascha Heifetz y que más llevan en su seno el identificable sonido netamente hollywoodiense. De esta obra de Korngold que más ha gozado de fama en las salas de concierto al margen de su reconocida música de películas, Hope brinda una deslumbrante interpretación, arrebatadoramente romántica e impecable desde el punto de vista virtuosístico, donde el movimiento inicial y más famoso de los tres, adquiere una entidad mayestática en orquesta y solista, antes de pasar a la intimista romanza central y a esa suerte de rodeo americano que insufla el incesante ritmo del finale y que hace pensar inevitablemente en los ballets de Aaron Copland; además de esos acordes de los trombones (¡cómo no!) que ya preanuncian la marca propia de las bandas sonoras de John Williams. Como único ejemplo representativo de la música cinematográfica del checo, Hope también añade el preludio y serenata de la pantomima The Snowman del año 1908, en orquestación de Alexander Zemlinsky. La leyenda del violín de Jascha Heifetz vuelve a hacer acto de presencia en este caso como arreglista de los austeros “Murmullos del mar” (Sea Murmurs), en realidad “Arise!”, de las 33 Canciones de Shakespeare op. 24 del italiano Mario Castelnuovo-Tedesco, que Hope toca en compañía de arpista Maria Todtenhaupt.
El violinista ha contado con la participación de dos vocalistas de excepción. De un lado el líder de Sting ha puesto de nuevo su voz a una de esas exitosas canciones que pertenecieron a su álbum de 1987 Nothing Like The Sun, y que realmente se debe al compositor alemán Hans Eisler: The Secret Marriage, extraída de su Libro de canciones de Hollywood, de 1940, con texto de Bertold Brecht, y que el cantante ahora actualiza a través de su susurrante voz con el sentimental acompañamiento del violín de Hope. Por otro lado encontramos al cantante germano Max Raabe, que otorga el toque cabaretístico a lo Gene Kelly con la elegante canción “Speak low” del musical One Touch of Venus de Kurt Weill. Dos voces que en dos pequeñas dosis complementan óptimamente el protagonismo violinístico de todo el disco. De otro alemán, casi completamente desconocido como es Eric Zeisl, se incluye el arreglo para violín y piano de la decadente “canción de Menuhim” de su inacabada ópera Hiob (Job) de 1939, bajo un libreto de Hans Kafka basado en la novela homónima de Joseph Roth.
Para interpretar piezas de corte salonístico, Hope cuenta con otro sólido equipo de colaboradores en el Quinteto de la Orquesta de Cámara Alemana de Berlín (reducido a cuarteto de cuerda en la pieza “Reminiscencias” del film Come Back, Little Sheba, -1952-, con música de Franz Waxman), así como las aportaciones de la arpista Maria Todtenhaupt y el pianista Jacques Ammon, que le secundan en las versiones de cámara de las canciones “Tränen in der Beige” de Walter Jurmann y Bronislaw Kaper, o “Irgendwo auf der Welt” de Werner Richard Heymann, pertenecientes a sendas películas alemanas de los años 30.
Como continuadores de ese “sonido Hollywood” antes aludido, Hope, en arreglos para violín solista y orquesta debidos a Paul Bateman que confieren nuevos matices expresivos y exóticos, interpreta, apoyado en una soberbia y muy cinematográfica Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo a las órdenes de Alexander Shelley, los memorables e inspiradísimos temas de amor de las grandes superproducciones de Hollywood Spellbound (1945), Ben-Hur (1959) y El Cid (1961) del oscarizado compositor húngaro Miklós Rózsa; de la entrañable Cinema Paradiso de Ennio Morricone y el tema de la desgarradora La lista de Schindler de Williams, como homenaje a estos dos maestros con letras mayúsculas de las últimas décadas que han aportado tantísimo para el desarrollo de la música de cine y que afortunadamente aún se encuentran entre nosotros. De otro músico actual estrictamente de cine como es el hijo del mítico compositor Alfred Newman, Thomas Newman, también se acuerda Daniel Hope, con el ambiguo tema principal de la obsesiva película del año 1999, American Beauty.
El colofón del disco es un recuerdo a la figura de Max Steiner (del que en todo el disco no se incluye ningún número musical escrito por su pluma). En su defecto, Hope opta por realizar una versión a solo en la que de forma improvisatoria desdibuja la melodía del emblema sonoro de Casablanca (otro film de exilio americano durante la Segunda Guerra Mundialcompuesto en su mayor parte por Steiner): la recordada canción “As time goes by” (el “Tócala otra vez, Sam” que el personaje de Humphrey Bogart siempre dirigía al pianista del hotel), cuya autoría pertenece a Herman Hupfeld, y que originariamente es parte del musical Everybody’s Welcome (1931).
No están todos los que son (se echa muy en falta la figura capital de Bernard Herrmann así como la de Nino Rota) pero lo cierto es que el oyente, tras escuchar completo el contenido de este deleitante Hollywood Album, sentirá haber realizado un verdadero escape al paraíso.
Germán García Tomás
@GermanGTomas