CD. Helen Grimaud. Brahms.Conciertos piano 1 y 2.

CD.-Helene-Grimaud.

Brahms: Conciertos para piano 1 y 2. Hélène Grimaud (piano), Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, Orquesta Filarmónica de Viena, Andris Nelsons (director). Deutsche Grammophon, 2013. 2 CD.

Grimaud y su doble retrato brahmsiano

La joven pianista francesa Hélène Grimaud, una de las más dotadas del presente panorama musical, afronta el reto de aunar los dos conciertos pianísticos de Johannes Brahms en este su nuevo trabajo para Deutsche Grammophon.

Precisión técnica y aliento expresivo se conjugan en esta inolvidable visión de las dos obras maestras para el piano de Brahms, que se corresponden con dos famosos retratos pictóricos del compositor, como apunta la propia pianista en una entrevista en las páginas del libreto: uno el joven elegante de tímida sonrisa, muy seguro de sí mismo, con los brazos cruzados, irradiando intensidad (1853), y el otro el hombre maduro, de profunda barba gris y con unos ojos en actitud contemplativa (1890). Como la pianista asegura, ella quiso poner en directo diálogo ambos conciertos, yuxtaponiéndolos, para así hacer “reconciliar los contrarios”, los dos universos románticos del compositor hamburgués. Según Grimaud “ambas piezas juntas construyen un iluminado puente a lo largo de la vida de Brahms. Yuxtaponer los dos conciertos equivale a yuxtaponer las dos fotos, y es entonces cuando un sólo retrato emerge: el misterio de la contemplación del Brahms maduro se entremezcla con el aspecto que él tenía de joven”.

La pianista de Aix en Provence está acompañada en este doble registro por dos orquestas de la talla de la Sinfónica de la Radio de Baviera para el Concierto nº 1 en Re menor op. 15 (en este caso una grabación en directo desde la Herkulesaal de Munich de aseado sonido) y por los filarmónicos vieneses en el Concierto nº 2 en Mi sostenido mayor op. 83, desde la Musikverein. Al frente de las dos orquestas, el director letón Andris Nelsons extrae en todo momento de ambas un pulido y cincelado discurso, de suma claridad expositiva, atentísimo en dinámicas y en manejo de transiciones. Nelsons diferencia de forma notable los episodios más impetuosos del Primer Concierto (con un extenso movimiento inicial de gran majestuosidad no exenta de dramatismo) con la serenidad que en cierta medida irradia más el Segundo al estar escrito en una tonalidad mayor y no tan sombría. Director y orquesta consiguen con Grimaud singulares momentos de puro éxtasis y delicada ensoñación en el bellísimo Andante – Piú Adagio, movimiento que tiene como segundo protagonista a un chelo solista y que se lastima que el disco no mencione por el protagonismo que tiene con el piano en este sutil diálogo de encanto poético.

El siempre medido discurso de Grimaud se sabe corresponder con cada uno de los episodios únicos de dos obras en gran parte de contenido rapsódico y narrativo, traduciendo sabiamente por igual el aspecto meditativo e introspectivo de la profunda melancolía brahmsiana y el turbulento y apasionado impulso romántico, a través de escalas o arpegios, que exige del intérprete no sólo un portentoso alarde de técnica, sino un atento control a intensidades y matices en el continuo cambio emocional al que el compositor le somete. Y el asombroso talento interpretativo de Hélène Grimaud es capaz de conseguir todo ello más que sobradamente.

Germán García Tomás