CD. Plácido Domingo. Encanto del Mar, Mediterranean Songs.

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Encanto del Mar, Mediterranean Songs. Plácido Domingo (solista) Música y canciones de Serrat, Martino, Moustaki, Rodrigo, Merlandi, De Curtis, Rachel, Lama, Zeira, Obradors, Edide Martini, y tradicionales andalusí, ladino, chipriota y catalán. Sony Classical, 2014

Plácido Domingo naufraga en el Mediterráneo

Los que aún no han asumido que Plácido Domingo está por encima del bien y del mal, van de disgusto en disgusto. El sello Sony Classical ha publicado un compacto del divo madrileño con canciones que orbitan entorno al Mediterráneo y su circunstancia. Encanto del Mar. El disco plantea un recorrido muy ambicioso, con obras que compendian las diversas tradiciones de la música popular mediterránea. Hay temas en español, italiano, chipriota, francés, ladino, árabe-andalusí, hebreo, catalán…

Para comenzar, nos brinda el tema Mediterráneo (1971) de Joan Manuel Serrat. Aquí Domingo se lleva la canción a su terreno, si bien parece acusar el peso del clásico pop y no termina de encontrarse cómodo en el registro. Acierta, sin embargo, con las dos siguientes piezas del disco, Estate (B. Martino) y Mediterranée (G. Moustaki), donde el artista suena mucho más sincero, detallista y musical. Maneja aquí con aprovechamiento los recovecos oscuros de su voz y su limpia dicción. Ello permite un disfrute sosegado, en el que se agradece el lujo de un acompañamiento que ha sido sensible a la idiosincrasia de cada pieza.

Este pulso irregular, que alterna canciones muy bien servidas con otras de peor factura, es el que domina todo el trabajo. A la insípida versión de Aranjuez, canción con letra de Alfredo García Segura y arreglos de Daniel Barnidge del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, le siguen piezas en las que la aportación del divo es ciertamente discreta. Plácido Domingo suena algo desubicado junto a los estupendos vocalistas corsos de Barbara Fortuna en Anghjulina (M. Merlandi); aparece no como el centro del tema musical, sino como un sonido colateral que tan sólo ocasionalmente entronca con el acompañamiento, en unas intervenciones cortas de estilo.Domingo acierta y demuestra su dominio en Torna a Surriento (De Curtis) donde su inspiración recitativa choca con un acompañamiento histriónico y algo cursi.

A pesar de que la propuesta temática es clara y ambiciosa, el reto de ser fiel a la heterogeneidad estilística de las obras, como vemos, sólo se consigue a medias. Domingo refleja en su canto su visión personal de cada estilo, enriquecida con su gusto e intuición musicales. Así, aparecen ambientes sonoros muy conseguidos en Non potho reposare (G. Rachel) donde las voces de Domingo y Jelena Ciric están perfectamente enmarcadas en un sugerente acompañamiento de guitarra, chelo, arpa y contrabajo. En Lamma Bada y To yasemi, cantos tradicionales andalusí y chipriota, respectivamente, o en la hebraica Layla, layla (M. Zeira), el interés apenas va más allá de la rareza o el mero exotismo. Con Reginella (G. Lama) encontramos una muestra del Domingo romántico y seductor (mediterráneo) que todos conocemos, acompañado por el apasionado bandoneón de Héctor del Curto.

Debemos subrayar el excelente trabajo arreglístico y de producción realizado por Robert Sadin, que ha conseguido acomodar (con excepciones) un repertorio variadísimo a las características vocales del cantante, que apenas corre riesgos. La calidad de los músicos que le acompañan es extraordinaria. Entre ellos destacan Chico Pinheiro (guitarra), Bridget Kibbey (arpa) y Rhani Krija (percusión).

Plácido Domingo, como nunca lo habías oído. Así promociona Sony este compacto que, sin duda, convencerá a los fans del tenor español. La universalidad del cantante que lo ha sido todo es indiscutible, y no necesita ser subrayada por enésima vez. Parece que todo lo que se propone lo consigue; y que sus trabajos, aun los más ligeros, siempre van de la mano de la calidad. No obstante, parece este un paso vacuo y prescindible en su imponente carrera artística. Absténganse, por tanto, los melómanos, y aquellos que busquen en este álbum algún descubrimiento novedoso, o la nueva piedra de toque del cantante. Confiamos en que sirva, al menos, para ampliar fronteras estilísticas o para entretener durante un viaje en coche hacia el mar.