CD. Wagner. J. Levine

CD.Wagner.Levine

Preludio de Lohengrin (Wagner), Concierto para piano nº 4 en Sol mayor Op. 58 y Rondó a Capriccio Op. 129 (Beethoven), Sinfonía nº 9 en Do mayor D. 944, Grande (Schubert). Evgeny Kissin (piano), The MET Orchestra, James Levine (director). Concierto en directo. Deutsche Grammophon, 2013.

El regreso triunfal de un maestro

Gracias a la labor conjunta de Deutsche Grammophon y The Metropolitan Opera, el presente doble compacto recoge un evento musical tan esperado por el público que abarrotaba el Carnegie Hall de Nueva York el pasado 19 de mayo de 2013 como fue el regreso del veterano maestro americano James Levine a esta su apreciada sala de concierto tras dos años ausente por enfermedad.

El recibimiento inicial, nada más aparecer en la histórica plataforma de la sala, limitado aún en silla de ruedas, revela a las claras la profunda admiración del público neoyorquino por el director musical del Metropolitan Opera House, que dio inicio a este concierto con una memorable interpretación del preludio del acto I de la ópera Lohengrin de Wagner, de pincelada fina y suma tersura en la sección de cuerdas, revestida del apropiado toque de leyenda que el maestro Levine sabe extraer a la perfección de la formación americana.

Siguió este tercer concierto de temporada de la Orquesta del Met con la aportación de un solista de primera línea en el campo de la interpretación pianística, como es Evgeny Kissin, cuyo buen hacer brinda un Cuarto Concierto de Beethoven con sumo equilibrio entre el virtuosismo y la introspección que requiere una de las obras concertantes más amables del compositor alemán y que a pesar de su estética plenamente romántica dirige en ocasiones su mirada hacia el Clasicismo. En el primer movimiento, sereno en carácter, Levine no obstruye en ningún momento el impecable discurso del intérprete ruso con ataques orquestales excesivos, sino que su acompañamiento, que subraya los claroscuros, se amolda completamente a él. Todo esto contrasta con la incisividad conferida a los primeros acordes de la cuerda en el breve segundo tiempo. En el rondó final, no obstante, las evoluciones del diálogo entre solista y orquesta conducen el movimiento a una apoteosis de ritmo y colorido de marca absolutamente beethoveniana, que provoca la respuesta entusiasta de toda la audiencia. Como bis, Kissin la obsequia con una gozada y a su vez rareza pianística del músico de Bonn como es el Rondó a capriccio Op. 129, cuyo mismo título indica el ánimo desenfadado y virtuosístico de la pieza, “Furor sobre un centavo perdido”, cuya escucha sugiere un movimiento perpetuo, con variaciones en la armonía y el tratamiento rítmico.

En la segunda parte de este ya histórico concierto, no abandonó Levine el periodo romántico alemán para proponer una versión trepidante de la Novena de Schubert, conocida como la “Grande” por sus amplias proporciones y su ambicioso dispositivo orquestal respecto a sus sinfonías precedentes, de aspiraciones mucho más modestas. El maestro americano ofrece de la obra con la que debutó con la Filarmónica de Nueva York en 1972 una interpretación de 53 minutos de duración sin repeticiones en las exposiciones salvo en el Scherzo. Una lectura firme y vigorosa pero no ampulosa ni de alardes efectistas, con constantes equilibrios entre dinámicas forte y piano y con el acento durante toda la sinfonía en el factor rítmico y cantabile de la frase musical, que se puede apreciar por encima de todo en el Scherzo, donde Levine ataca con contundencia las partes extremas y hace gala de un discurso legato con marcado ritmo en el trío central, así como el finale, donde los cambios dinámicos y rítmicos de las frases son llevados con especial habilidad. Hasta el segundo movimiento de la sinfonía casi anula su misma condición de lento por lo danzable que resulta en ocasiones, ya que Levine imprime más urgencia y apresuramiento de lo acostumbrado. La orquesta del Met destaca aquí por el brillante y claro empaste de las cuerdas y su sección de metales.

Pese a sus limitaciones físicas, el gran maestro americano ofrece una auténtica lección de dirección orquestal en este su esperado y sin duda triunfante regreso al podio neoyorquino que los aficionados tenemos ahora la oportunidad de disfrutar en disco.

Germán García Tomás
@GermanGTomas