CDs. Cosí fan tutte. Mozart. DGG

CD.Cosi-fan-tutte.Mozart.Villazon

WOLFGANG AMADEUS MOZART: «Così fan tutte» Miah Persson, Angela Brower, Adam Plachetka, Rolando Villazón, Mojca Erdmann, Alessandro Corbelli. Vocalensemble Rastatt. Chamber Orchestra of Europe. Director: Yannick Nézet-Séguin. Deutsche Grammophon (3 CDs).

El sello alemán presenta una nueva grabación de la ópera que completa la trilogía resultante de la colaboración Mozart-Da Ponte. Si la tradición ha ido situando a sus «hermanas» Don Giovanni y Le nozze di Figaro por encima en cuanto a crítica y preferencias de público, no será esta referencia de su catálogo la que venga a dar una mejor consideración a este título. Si bien el formato de presentación es agradable, en forma de pequeña caja de cartón y con un libreto de más de 200 páginas, con el texto cantado traducido del italiano a los tres idiomas de rigor, por supuesto no en castellano, la calidad de la versión aquí presentada es cuestionable por la diferente aportación de los intérpretes a los roles que encarnan. Es cierto que no se trata de una grabación de estudio sino que es un registro de la ópera, presentada en versión concierto en el Festival de Baden-Baden, en Julio del pasado año. En el libreto se defiende el interés de esta producción pues al no existir escena, toda la atención del intérprete y también del oyente se centra en la música y en la palabra.
La orquesta cumple a la perfección con el estilo mozartiano bajo la dirección de Nézet-Séguin. Mantiene el pulso constante durante toda la ópera, exceptuando el terceto inicial «La mia Dorabella capace non è» donde se encuentra algún descuadre rítmico con las voces. Y esta irregularidad de inicio es el presagio de lo que encontramos después. En general, el empaste de los números de conjuto está más logrado en las cuerdas masculinas que en las de sus compañeras de reparto.
Rolando Villazón se presenta en este trabajo con un timbre un tanto diverso al acostumbrado y algo menos brillante. Se nota que intenta adaptar sus medios vocales al rol encomendado en esta ocasión. Sin embargo, la emisión constante de sonidos planos y los continuos ataques de las notas desde abajo parecen esfuerzos vanos del tenor por mostrar una adecuación a un estilo que dista del repertorio que lo hizo famoso. Alessandro Corbelli realiza una interpretación lograda, basándose en su experiencia en los personajes de carácter. La voz muestra aún calidad (escúchese el inicio del terceto «Soave sia il vento»), aunque no en todo momento, y desarrolla cada recitativo con maestría. Es uno de los valores positivos de esta grabación. Pero sin duda, los mejores medios vocales de la terna masculina son los del bajo barítono Adam Plachetka. Su voz es carnosa, con el squilllo adecuado al rol de Guglielmo en cada intervención. Su lectura de «Donne mie, la fate a tanti» es límpida de inicio a fin, así como en «Non siate ritrosi» se aprecia un excelente fraseo. Sin duda, el mejor exponente masculino de la grabación.
En las voces femeninas ocurre algo similar. Diferencias vocales, aunque menos desfase que entre los cantantes masculinos. Se puede apreciar esa dificultad de empaste antes expuesta en el duetto entre Dorabella y Fiordiligi del segundo acto «Prenderò quel brunettino» que aunque está interprtado por las dos voces más bellas entre las femeninas, no terminan de sonar apropiadamente en los conjuntos. La Dorabella de Angela Brower se muestra consistente, enérgica, con un bonito timbre y una adecuación estilística fuera de toda duda. Cualquiera de sus intervenciones es cuando menos correcta y despliega sus medios vocales con ligereza y facilidad. Por su parte, Mojca Erdmann defiende una Despina un tanto desdibujada, especialmente por su dicción del idioma italiano, que dificulta en gran medida poner atención en el desempeño vocal y musical en general. No es la vocalidad más adecuada para este rol, quedando falto de color el tercio agudo de su registro, aunque demuestre que tiene una extensión vocal amplia. Se echa en falta una mayor densidad en el centro de la voz que hubiera dotado de más carácter al personaje. Miah Persson es una Fiordiligi delicada, con un color oscuro, que enriquece sobremanera sus matices interpretativos. Consumada mozartiana, realiza una soberbia interpretación de su aria «Per pietà, ben mio, perdona» del segundo acto, contrastando la nobleza de línea de ésta con la fuerza empeñada en «Come scoglio» del primer acto. Si bien algún salto al grave queda demasiado abierto y desluce, no puede ponerse pegas al buen hacer de esta cantante, especialmente en un aria tan compleja como ésta.

María del Coral Morales VillarCDs.