Ciclo de Grandes Intérpretes. Elisso Virsaladze. Madrid

Ciclo de Grandes Intérpretes. Fundación Scherzo.

Elisso Virsaladze.

Auditorio Nacional de Música. Madrid. 17 de diciembre de 2013.

 

La animosa pianista georgiana Elisso Virsaladze clausuró el 18º Ciclo de Grandes Intérpretes organizado por la Fundación Scherzo con un programa particularmente original. Virsaladze es una de las excepcionales representantes de la escuela rusa, destaca de ella su brillante capacidad técnica y su naturaleza jovial e indómita.

La apertura del concierto la hicieron las 9 Variaciones sobre el Aria ‘Lison dormait’ Kv. 264 de Mozart, basadas en el aria del mismo nombre de la ópera Julie del compositor francés Nicolas Dezède. Esta pieza caracterizada por su complejidad técnica es una obra compuesta para el lucimiento del intérprete.  Fue abordada por la pianista con bravura y energía, quizás demasiada pues la pulsación resultaba superficial debido a la precipitación excesiva del tempo.

La sonata nº1 en Do mayor Opus 1 de Brahms coincidió con la anterior en precipitación pero no en superficialidad. La interpretación fue franca, directa y desgarbada. El sonido se manifestó en cierta medida duro y saturado, también debido a la velocidad con la que Virsaladze atacaba cada movimiento, especialmente los dos últimos. El tercer movimiento precisaba deletrearse ligeramente más lento pues la tensión se diluía debido al apresuramiento y el cuarto parecía ser un estudio de técnica. En general la sensación fue de escasa planificación de los tempi, no conseguía desentrañar la belleza de los motivos, se perdían en una nebulosa acelerada y frenética. No obstante, a medida que avanzaba el transcurso de la obra, la pianista fue ganando confianza y templanza, sin arrebatarle a la pieza su carácter intenso y apasionado.

Durante la segunda parte se reveló una artista mucho más calmada, nos embriagó su Andante con variaciones en Fa menor Hob XVII:6 de Haydn gracias a la carga expresiva de cada una de las frases que ella marcaba a cada compás, a cada nota. Masticó el discurso y nos hizo desear cada variación, una tras otra.

Para concluir el programa, Virsaladze escogió los 12 Estudios Sinfónicos Opus 13 de Schumann, compositor que encaja con su temperamento y su desenvoltura. La magnífica interpretación de esta obra majestuosa y extremadamente complicada a nivel técnico, formal y musical nos dejó boquiabiertos. La pianista creó una polifonía en tres dimensiones, prácticamente tangible por su sonido redondo y su sólido empaque.

Chopin fue el compositor escogido para los dos bises con los que esta gran maestra del teclado nos obsequió. Primero una mazurka y a continuación el Gran Vals Brillante, casi sin respirar entre la ejecución de ambos, para retirarse posteriormente con la misma agilidad y nervio al interior del templo.

Esther Viñuela Lozano