La Orquesta Ciudad de Granada recibió el 2015 con un concierto de programa heterogéneo bajo la dirección de Andrés Juncos y con la colaboración del bajo Francisco Crespo y la soprano Eliana Bayón. En el mismo, pudimos escuchar mayoritariamente música de Johann Strauss hijo, algunos fragmentos de ópera italiana y dos romanzas de autores españoles. Los valses, las polcas y las operetas de la familia Strauss se han convertido en piezas asociadas por el gran público a la entrada del nuevo año, debido al tradicional concierto de año nuevo ofrecido desde hace siete décadas por la Orquesta Filarmónica de Viena, lejos de la intención para las que fueron compuestas originalmente en la segunda mitad del siglo XIX, la diversión de la familia imperial y las clases sociales más altas de Viena. Esta música elegante y refinada, producto de esa sociedad, no está carente de calidad, siendo su riqueza melódica y la habilísima orquestación de Johann Strauss hijo sus grandes virtudes junto con la alegría y el buen humor que transmiten al oyente. Valses como “Rosas del sur”, el “Vals del Emperador” o el famoso “A orillas del bello Danubio azul”, polcas como la “polca rápida de caza”, o “Pizzicatto, polca francesa” y la obertura de la opereta “El murciélago” fueron las elegidas por la O.C.G. que las interpretó eficazmente, siendo destacable el papel del metal y muy especialmente el de la percusión, con los habituales Jaume Esteve y Noelia Arco y el refuerzo de los jóvenes Pedro Berbel y David Cano.
Junto a estas obras vienesas, escuchamos también fragmentos de ópera italiana, con un fuerte contraste de carácter ya que junto a las alegres melodías de Rossini, escuchamos también dos fragmentos de “La Traviata” de Verdi. La obertura de “La Gazza ladra” y el aria “La calumnia” del barbero rossiniano fueron la contrapartida del melancólico preludio del primer acto de “la Traviata” y el aria “Ah! Fors’é lui que culmina el primer acto. En la parte vocal, hay que mencionar el buen hacer del bajo granadino Francisco Crespo, muy convincente en los exigentes agudos e interpretando con muy buen gusto este número, consiguiendo ese aire cómico que exige el mismo pero sin caer en la exageración. Buen trabajo el de este joven cantante ante el público de su ciudad, con la dificultad que eso entraña. Por otro lado, la soprano Eliana Bayón ejecutó con solvencia la compleja aria de “La Traviata”, transmitiendo las dudas emocionales de Violeta y ejecutando con corrección y eficacia los muchos pasajes virtuosísticos de la misma, realizando solventemente los matices y demostrando tener muy bien trabajada la pieza.
Frente a estas conocidísimas piezas, pudimos escuchar dos romanzas mucho menos interpretadas pero que merecen la pena, concretamente “Mi barca vieja” de la zarzuela “La Galeota”, escrita por Salvador Codina, pieza que, sobre un ritmo de habanera, muestra unas bellas melodías que fueron cantadas por Crespo con delicadeza y elegancia, siendo de nuevo aplaudido con merecimiento por el público. También escuchamos la romanza “Me llaman la primorosa” de “El Barbero de Sevilla” de Manuel Nieto y Gerónimo Giménez, pieza muy hermosa que fue interpretada con gracia y buen gusto por Bayón, de nuevo muy segura al matizar y en los agudos. Creo que debemos agradecer que, junto a piezas conocidas del repertorio, se interpreten obras menos habituales siempre que tengan calidad, como es el caso. Concluyamos diciendo que este concierto, muy distinto en su formato y su programa a los habituales de la Orquesta Ciudad de Granada, fue muy del agrado del público del Manuel de Falla, que agradeció a Juncos, Crespo, Bayón y los miembros de la orquesta con aplausos la agradable noche que nos proporcionaron.
Emilio Lacárcel Vílchez.
