Concierto de RTVE con Miguel Ángel Gómez Martínez

Concierto de RTVE con Miguel Ángel Gómez Martínez
Miguel Ángel Gómez Martínez

El director granadino Miguel Ángel Gómez Martínez ha sido invitado al Teatro Monumental para ponerse al frente de los conjuntos orquestales y corales de la RTVE en un variopinto concierto que ha tenido como protagonistas a Wagner, José Peris y Ravel.

Merecía el maestro zaragozano José Peris (presente en la propia sala de conciertos de la calle Atocha), una ejecución en tiempos modernos de su Te Deum, y han sido los mismos intérpretes que en este año hace tres décadas lo ofrecieron en el Teatro Real, los que la han hecho verdadera justicia en el presente concierto.

En este nuevo arreglo del Te Deum de Peris (cuya parte original de órgano ha sido encomendada a la cuerda), Gómez Martínez supo extraer con precisión del Coro de RTVE (del que una vez más se comprueba su asombrosa aclimatación a las exigencias de cada repertorio) el fuerte carácter expresionista y la incisiva aspereza que impregnan esta partitura por doquier, revestida de un entramado polifónico de una gran dificultad lineal entre las diversas tesituras vocales y cuya estética coral oscila entre el más puro contrapunto del canto gregoriano con determinadas audacias armónicas de tipo serial (en las que se adivina una cierta influencia de la micropolifonía ligetiana). La impresión general es la de un notable equilibrio de fuerzas sonoras que atienden en todo momento a las exigencias expresivas del texto latino de exaltación divina que sustenta la obra. La sobriedad del acompañamiento orquestal (especialmente monopolizado por unas grotescas fanfarrias de metales y percusión) contrastan de lleno con las voces corales, que en ese constante afán por plegarse al profundo sentido religioso del texto, llevan al compositor a utilizar la masa coral en un estremecedor susurro a capella en la frase Te ergo quaesumus. Con esta nueva interpretación en tiempo actual de la obra del aragonés, que salió a saludar agradecido tras la calurosa recepción de la misma, el Coro de RTVE ha apuntalado con rigor y profundidad emocional un exigente ejemplo musical de un autor que creemos no ha sido reconocido lo suficiente en el panorama compositivo español del siglo XX.

No pudo tener mejor prólogo la partitura sacra de Peris que el clima épico de la wagneriana obertura de El holandés errante, servida por el maestro granadino con abrumador arrojo y potencia sonora, a lo que unió detallismo en consecución de dinámicas, siempre con el latente componente descriptivo como eje vertebrador de su expresiva lectura.

Concierto de RTVE con Miguel Ángel Gómez Martínez
José Peris

La segunda parte de este concierto dedicada por entero a Ravel congregaba dos obras orquestales pertenecientes a su periodo creativo posterior a la Primera Guerra Mundial. De sobra es conocida la génesis de Le tombeau de Couperin, una suite de danzas de estilo barroco (orquestación de un original pianístico compuesto antes de que comenzara la contienda) cuyos cuatro movimientos, a la manera del género tombeau, fueron dedicados a honrar la memoria de cuatro amigos del compositor vasco-francés caídos en el frente durante la Gran Guerra. A lo largo de estas piezas neoclásicas tamizadas por el pincel impresionista, que a la vez sirven para homenajear a los modelos musicales de la época de François Couperin, la sección de viento madera se pone especialmente de relieve en un vertiginoso juego de arabescos (que simulan la digitación del clave barroco), sobre todo el oboe, cuya suave y cálida sonoridad aquí adquirió rasgos de una inefable belleza, respaldado por la cuidada y evocadora textura camerística que consiguió establecer Gómez Martínez, dotando al tercer número, Minueto, de una subyugadora belleza en el conjunto general de la pieza, que contrasta de lleno con los acentos secos y cortantes que destinó el director granadino al Rigodón final en las partes extremas.

Por último, resulta difícil encontrar a alguien que se muestre indiferente ante una obra como el divulgadísimo Bolero de Ravel, ya que todo el mundo suele estar muy atento a cómo se va desarrollando progresivamente su cautivador crescendo, con el especial protagonismo de la caja como principio rítmico regulador de toda la composición, y atravesada ésta por el sensual tema doble expuesto continuamente por una instrumentación cada vez más rica. En el caso presente, quizá pudieron resultar un tanto exagerados los glisandi en legato, netamente jazzísticos, del solo de trombón, pero el buen hacer general de cada uno de los atriles de la RTVE, junto a la actitud plenamente implicada de Gómez Martínez, condujeron la celebérrima obra a un memorable clímax que hizo estallar la atronadora ovación del respetable, un entusiasmo especialmente dirigido, como no podía ser de otra forma, hacia la labor épica del instrumentista de caja.

Germán García Tomás

@GermanGTomas