Crítica: Alcina brilla con Minkowski y Kožená en el Auditorio Nacional de Madrid

Crítica: Alcina Minkowski Kožená Madrid Por Federico Figueroa

Tras presentarse en París, Burdeos y Hamburgo, Marc Minkowski Les Musiciens du Louvre recalaron en Madrid, concretamente en el Auditorio Nacional de Música y dentro del ciclo «Universo Barroco» del CNDM, para dar vida a Alcina de Händel. Y dieron una lección de excelente creación musical.

Un momento de "Alcina" en el Auditorio Nacional de Madrid / Foto: © Rafa Martín CNDM
Un momento de «Alcina» en el Auditorio Nacional de Madrid / Foto: © Rafa Martín CNDM

Minkowski tiene un “ferrari” en su conjunto, y sus músicos un director de campeonato. Ambas partes están muy bien engrasadas y funcionan estupendamente. Con esta maravillosa comunicación consiguen dotar de sentido a todo los planos sonoros a una partitura con la que hicieron más magia de la que la propia reina de esa isla encantada en la que habitan las criaturas de händelianas podría hacer. Desde el inicio de la obertura supimos que estábamos en una de esas noches que recordaremos mucho tiempo. Los ataques rápidos, con tempi ligeros y una lectura siempre enfocada en el lirismo, fueron las bases de un festín musical en el que también participaron los solistas. La mezzosoprano checa Magdalena Kožená interpretó al personaje que da nombre a la ópera con la dulzura, pasión y tensión imaginada para un personaje tan complejo como ese. Arias como «Ombre pallide» o «Si son quella» mostraron su flexibilidad pero fue con la patética  «Ah! mio cor!» en la que vimos el despliegue de ornamentaciones en la repetición da capo. ¡Soberbia! Su hermana en la ficción, Morgana, fue brillantemente interpretada por la soprano Erin Morley, dueña de una voz de caudal no excesivo pero sí bien proyectada y utilizada. Cosechó grandes aplausos en cada una de sus arias, especialmente con la espectacular Tornami a vagheggiar en la que se permitió unas originales ornamentaciones. La mezzosoprano Anna Bonitatibus presentó un Ruggiero un tanto falto de mordiente, como si hubiese perdido un poco del bello esmalte que la caracterizaba. Fue muy aplaudida, merecidamente, al final del aria «Sta nell’Ircana». La también mezzosoprano Elisabeth DeShong delineó una excelente Bradamante con su bien timbrada voz, tampoco de gran caudal sonoro pero utilizada con inteligencia musical y capaz de salir airosa en de las agilidades de sus arias. El tenor Valerio Contaldo, como Oronte, convenció por su valiente forma de interpretar a un personaje que muchas veces pasa desapercibido. Lo mismo que el contratenor Alois Mühlbacher como Oberto, con una voz de timbre de escaso atractivo pero adecuado a la idea de jovencito despistado. Más se hizo notar, por la belleza de su timbre, el bajo Alex Rosen como Melisso.

Magdalena Kožená, deslumbró en "Alcina" / Foto: CNDM
Magdalena Kožená, deslumbró en «Alcina» / Foto: CNDM

Fue una función sin cortes, que se alargó con el descanso, a casi 4 horas. El público estuvo entusiasmado desde el principio, aplaudiendo casi todas las arias a los cantantes y a los instrumentistas en aquellas arias que fueron compuestas con uno en obbligato, como el violonchelo en «Credete al mio dolore» o el violín en «Ama suspira». Una gran noche en la que Marc Minkowski demostró el por qué es uno de los grandes del universo barroco. Y los que ahí estuvimos nos congratulamos de haberlo tenido aunque sea por una noche.

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15 de febrero de 2023, Madrid (Auditorio Nacional de Música) Alcina de Händel, versión de concierto. Crítica: Alcina Minkowski Kožená Madrid

Les Musiciens du Louvre.  Dirección musical: Marc Minkowski

Solistas: Magdalena Kožená, Erin Morley, Elizabeth DeShong, Anna Bonitatibus, Valerio Contaldo, Alex Rosen y Alois Mühlbacher Crítica: Alcina Minkowski Kožená Madrid

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