Crítica: «Andrea Chénier» en La Scala de Milán con Kaufmann y Yoncheva

Crítica: «Andrea Chénier» Scala Kaufmann Yoncheva Por Bernardo Gaitán

  «Andrea Chénier» regresa a La Scala

Una de las muchas tradiciones del mítico Teatro alla Scala es la reposición (generalmente un año después) del título con el que abrieron la temporada anterior. Fue el 7 de diciembre de 2017 cuando se levantó el telón de la «prima della Scala» con la obra más conocida de Umberto Giordano: Andrea Chénier. Dicha producción fue repuesta en esta temporada 2022-2023 con algunos cambios respecto al elenco de hace un lustro.

Una escena de "Andrea Chénier" en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Andrea Chénier» en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

La versión clásica concebida por Mario Martone fue muy bien lograda gracias a su agilidad, colorido e imponente final. El regista napolitano respetó el libreto proponiendo una agitada Francia en plena revolución con la ayuda de la fluctuante escenografía de Margherita Palli. Igualmente bien logrados fueron los elegantes e históricos vestuarios de Ursula Patzak que resaltaron con el acertado diseño de iluminación de Pasquale Mari. Para la escena del baile del primer acto, la gavota, fue coreografiada por Daniela Schiavone donde protagonistas y coro ejecutaron los elementales movimientos requeridos haciendo verosímil y dinámico el cuadro.

Desde el foso, Marco Armiliato dirigió a la Orquesta del Teatro alla Scala con precisión. El concertador genovés brindó una ejecución de manual: siempre correcto en los tempi, propositivo en las dinámicas y cuidando a los cantantes en todo momento. Dirigiendo de memoria y vocalizando el texto junto a los cantantes y coros, Armiliato demostró que conoce la obra a la perfección, aunque hizo falta ese ‘plus’ para ofrecer una ejecución perfecta. Crítica: «Andrea Chénier» Scala Kaufmann Yoncheva 

Una escena de "Andrea Chénier" en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Andrea Chénier» en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

El elenco, conformado de grandes nombres internacionales, fue encabezado en las primeras cinco funciones por Yusif Eyvazov en el rol epónimo -quien fuera igualmente protagonista en la versión de 2017-, mientras las últimas dos noches el papel del poeta fue encomendado a Jonas Kaufmann. El tenor alemán tiene el rol en repertorio desde hace al menos una década y eso es evidente tanto en la parte musical como en la parte escénica. Durante su aria «Un dì all’azzurro spazio» (y casi todo el primer cuadro) la voz de Kaufmann fue discreta y reservada, obteniendo aplausos más por compromiso que por convicción. Para el dueto del tercer cuadro con Maddalena, en la tan ansiada aria «Come un bel dì di maggio» del cuarto cuadro y sobre todo en la escena final, la suerte fue totalmente diversa: Kaufmann dio todo de si mismo, siendo ovacionado en esta ocasión con justa razón. De la voz del cantante germánico se pueden decir muchas cosas respecto a su técnica, su emisión, su color, etc; pero lo que es incuestionable es que es un cantante eficiente que cumple con creces cada vez que se alza el telón.

La enamorada e intensa Maddalena di Coigny fue interpretada por Sonya Yoncheva, salvo en un par de funciones donde fue la joven noble fue Chiara Isotton. Yoncheva regresó triunfante a la Scala, -luego de haber sufrido fatigosamente las funciones de Fedora en octubre de 2022- interpretando una Maddalena emotiva, desenvuelta y vocalmente compleja. El registro grave de la soprano búlgara fue tan rico en colores e intensidades como sus sobreagudos; el momento clave de la función fue sin duda la escena final junto a Kaufmann rumbo al cadalso. Vitoreada en todo el teatro, incluso con gritos de “Brava!” provenientes del justiciero loggione luego de «La mamma morta» del tercer cuadro.

Jonas Kaufmann y Sonya Yoncheva en una escena de "Andrea Chénier" / en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Jonas Kaufmann y Sonya Yoncheva en una escena de «Andrea Chénier» / en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

El rol de Carlo Gérard estaba programado para las primeras cuatro funciones originalmente para Ambrogio Maestri, quien por una enfermedad tuvo que cancelar dos, poniendo a la administración del teatro de cabeza para encontrar un suplente. Por fortuna Luca Salsi, uno de los barítonos predilectos del teatro se encontraba en Milán y además había sido el Gérard en la producción de 2017, por ende conocía a la perfección los trazos. Sin novedad alguna para las últimas cuatro funciones, quien interpretó al joven sirviente revolucionario fue Amartuvshin Enkhbat. El barítono mongol fue cumplidor y bien ejecutado.  A pesar de sus agudos engolados, la potente voz de Enkhbat aunado a su buena disposición le valieron calurosos aplausos, sobre todo tras la imponente aria «Nemico della patria?!»

Jonas Kaufman en una escena de "Andrea Chénier" / en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Jonas Kaufmann en una escena de «Andrea Chénier» / en La Scala de Milán / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

Los coprotagónicos fueron magníficamente bien ejecutados, en particular la mulata Bersi de la soprano Francesca Di Sauro y la Condesa di Coigny de la mezzosoprano Josè Maria Lo Monaco. Una mención aparte requiere Elena Zilio quien a pesar de tener el pequeño rol de Madelon, la anciana revolucionaria que ofrece a su nieto a la causa, arrancó suspiros en todo el teatro durante su participación («Son la vecchia Madelon»). Igualmente brillantes fueron el Roucher y el Fléville de Ruben Amoretti y Sung-Hwan Damien Park respectivamente, junto al Matthieu de Giulio Mastrototaro.

Un revival que valió la pena, tanto para el teatro (pues todas las funciones tuvieron el cartel de entradas agotadas) como para el público, que pudo disfrutar una apropiada gran producción de una obra maestra del verismo.


Milán (Teatro alla Scala), 24 mayo de 2023   Andrea Chénier   U. Giordano, L. Illica.

Director: Marco Armiliato. Director de escena: Mario Martone. Escenografía: Margherita Palli. Vestuario: Ursula Patzak. Iluminación: Pasquale Mari. Coreografía: Daniela Schiavone.

Elenco: Jonas Kaufmann, Sonya Yoncheva, Amartuvshin Enkhbat, Francesca Di Sauro, Josè Maria Lo Monaco, Elena Zilio, Ruben Amoretti, Sung-Hwan Damien Park, Giulio Mastrototaro, Adolfo Corrado, Carlo Bosi, Paolo Nevi, Li Huanhong, Lorenzo B. Tedone. Crítica: «Andrea Chénier» Scala Kaufmann Yoncheva

OW