Por María Pardo Crítica: «Arsilda Ponto» Auditorio Madrid
El Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) ha presentado, en versión de concierto, por primera vez en España la ópera Arsilda, regina di Ponto de Antonio Vivaldi. Llega a Madrid a cargo del prestigioso conjunto barroco La Cetra Barockorchester Basel y del director y clavecinista Andrea Marcon. Esta ópera es la tercera de Vivaldi y fue escrita y estrenada con gran éxito en el carnaval de Venecia de 1716 para el teatro Sant’Angelo, con el que el compositor estaba relacionado, además, como empresario. Domenico Lalli, que ya había colaborado con Vivaldi en su primera ópera Ottone in villa y lo haría en muchas más posteriormente, y también acomete la autoría de este libreto en la que narra una historia de intrigas políticas y amorosas. Crítica: «Arsilda Ponto» Auditorio Madrid

La historia es compleja: Lisea y Tamese son los hijos gemelos de la reina de Cilicia. Barzane, príncipe de Lidia y amigo de Tamese, está comprometido con Lisea. En una visita al Ponto, Tamese y Barzane se enamoran de Arsilda. Ella elige a Tamese y los dos amigos se pelean. El barco de Tamese naufraga en el viaje de regreso a casa, y su madre y su hermana creen que éste ha muerto pero reaparece en la corte (disfrazado de jardinero); la madre anuncia la muerte de Lisea y a ella le obliga a asumir la identidad de su hermano gemelo, hacerse pasar por el enamorado de Arsilda y reinar en su lugar. Al final se descubre el ardid y todo vuelve felizmente a su cauce.
El novedoso evento del pasado 2 de febrero se desarrolló como una larga sucesión de recitativos y arias precedidos por una sinfonía en tres movimientos. La Cetra Barockorchester Basel, compuesta por músicos de alto nivel profesional, siguió a su director Andrea Marcon con ductilidad y dinámicas vivas y sensibles a las de los cantantes. Aún así fue inevitable que, en los fraseos más graves de los intérpretes, éstos sucumbieran al volumen, incluso contenido, de la orquesta. Pero éste es un problema más atribuido a la “complicada” acústica de la sala sinfónica del Auditorio Nacional que al conjunto en sí. Incluyeron, de forma simpática y bien amalgamada con la música, sonidos de gorjeos de pájaros y ulular del viento viniendo a cuento con los textos que hacen referencia a elementos de la naturaleza como pájaros varios, mariposas, ciervos, vientos, auroras y astros. El elenco, de indiscutible calidad vocal y musical, representó su sucesión de recitativos y arias en modo concierto, desnudos de intención dramática entre ellos, hecho que despojó a la ópera de significado argumentativo. A modo de osada sugerencia, diría que puede que una discreta dirección escénica hubiera redimensionado el resultado y evitar así el hastío sonoro por repetición de estructuras de las casi dos horas y media de duración de la ópera.

El conjunto de cantantes estuvo compuesto por la contralto italiana Benedetta Mazzucato en el papel de Arsilda, con un color y tesitura de calidad más parecida al de mezzosoprano, sobre todo en comparación con el de su colega la mezzosoprano Beth Taylor. Destacable su interpretación del aria del segundo acto “Son come farfalletta”. La mezzosoprano británica Beth Taylor como Lisea y el supuesto Tamese. Su color y cuerpo vocal destacó entre el de sus compañeros por la redondez y profundidad en sus intervenciones además de resultar la más creíble a nivel interpretativo. El contratenor Nicolò Balducci como el príncipe Barzane, dueño de una voz flexible y limpia que se mostró artificiosa en el aria “Quel usignuolo che al caro nido” imitando el canto del ruiseñor.
Destacó la soprano israelí Shira Patchornik como la amiga confidente de Lisea, Mirinda. Posee una voz virtuosa y precisa, brillante y flexible que destacó en todas sus intervenciones, especialmente en el aria del segundo acto “Ancor la tortorella”. El noble cilicio, tío de los hermanos Tamese y Lisea, Cisardo, estuvo a cargo del bajo boliviano José Coca Loza como Cisardo. Una voz con buena proyección y un color carnoso en su centro, pero rígida a la hora de llegar con solvencia a los graves de sus arias. Impresionó también por su frescura vocal la soprano española Jone Martínez como Nicandro, príncipe de Bitinia y amigo de Tamese. Uno de los grandes momentos fue su aria “Ride il fior, canta l’augello”, una aria descriptiva en el que sonidos de vientos y pájaros se propagaban por la sala a la par que la ágil y etérea proyección de sus agilidades. El tenor italiano Leonardo Cortellazzi como Tamese, dueño de una voz honesta y estable, algo indefinida en las agilidades que no obedecían a su buena voluntad de mantenerse al tempo de la orquesta, prestó gallardía a su personaje.

Si se han perdido esta ocasión de escuchar Arsilda, regina di Ponto, aún pueden disfrutar de esta ópera en el CD de la misma agrupación que ha salido recientemente bajo el sello de Naïve.
Madrid (Auditorio Nacional de Música / Sala Sinfónica), 2 de febrero de 2025 Arsilda, regina di Ponto Ópera de Antonio Vivaldi con libreto de Domenico Lalli. Ciclo Universo Barroco del CNDM. OW
Intérpretes:
BENEDETTA MAZZUCATO, contralto (Arsilda)
BETH TAYLOR, mezzosoprano (Lisea)
NICOLÒ BALDUCCI, contratenor (Barzane)
SHIRA PATCHORNIK, soprano (Mirinda)
JOSÉ COCA LOZA, bajo (Cisardo)
JONE MARTÍNEZ, soprano (Nicandro)
LEONARDO CORTELLAZZI, tenor (Tamese)
LA CETRA BAROCKORCHESTER BASEL. ANDREA MARCON Dirección