Crítica: «Cabaret Pierrot» en la Fundación Juan March de Madrid

Por Daniel Lara Crítica: «Cabaret Pierrot» March Madrid

Para la octava edición de la serie de formato “Melodramas”, la Fundación Juan March ofreció con gran acierto una nueva producción titulada Cabaré Pierrot, espectáculo en el que reunió dos obras únicas de principios del siglo XX: el original mimodrama para piano Ein Lichtstrahl, en español Un rayo de luz) (1901) del compositor Alexander Zemlinsky (1871-1942) sobre textos de Oskar Geller y el ciclo de canciones Pierrot Lunaire, Op. 21 (1912) del compositor austriaco Arnold Schoenberg (1974-1951) sobre poemas del belga Albert Giraud. Inspiradas en el ambiente del cabaré vienes, ambas composiciones, aunque con diferentes estilos, poseen puntos comunes: las turbulentas relaciones amorosas, la infidelidad y el abandono. «Cabaret Pierrot» March Madrid

En la primera, la de Zemlinsky y su alumna Alma Schindler quien terminó abandonándole con el compositor Gustav Mahler; y en la segunda, la de Schoenberg con Mathilde, su esposa y hermana de Zemlinsky, quien lo abandonó para huir con su amante, el pintor Richard Gerstl. La propuesta fue muy bien servida tanto en lo musical como en lo escénico. En la primera parte del espectáculo y en perfecta sintonía con cuanto sucedía en la escena, el pianista Eduardo Fernández se lució a más no poder, ofreciendo una versión muy inspirada, contrastante y virtuosa de la lamentablemente poco ejecutada Ein Lichstrahl, de la que reveló interesantes y refinados detalles. Con referencias al cine mudo, la trama fue narrada de modo muy creativo a través de proyecciones de video y de la actuación “muda” tanto de la soprano Sonia de Munck (Ella, Alma Schindler) como de los histriónicos actores Pepe Viyuela (Él) y José Luis Montiel (El Otro). «Cabaret Pierrot» March Madrid

Ya en la segunda parte, no dejó de asombrar el enorme universo musical que separa el Ein Lichtstrahl de Zemlinsky del Pierrot lunaire de Schönberg, habida cuenta que solo distan diez años de diferencia entre el estreno de la primera y la segunda composición. Desde el piano y al frente de un conjunto instrumental compuesto de cuatro eximios músicos, Eduardo Fernández coordinó con maestría todas y cada una de las combinaciones sonoras que exigen las melodías expresionistas de Schönberg. Como Pierrot, la soprano Sonia de Munck no pareció amedrentarse por la escritura atonal de las complejas canciones, a las que interpretó con una buena batería de recursos expresivos, sobre todo a las del primer grupo (donde cantó al amor, la sexualidad y la religión), recursos que irían agotándosele a medida que avanzó la representación (sobre en los de la segunda serie referidos a la violencia, el crimen y la blasfemia) y que finalizó de modo algo discretos (en la serie final referidos a su regreso a Bérgamo y a la nostalgia). En cuanto a las exigencias de la técnica de “Sprechgesang” mostró habilidad y desenvoltura fusionando canto y habla de manera magistral. También aquí, volvieron a hacer un importante aporte de calidad los actores Pepe Viyuela y José Luis Montiel caracterizados como Schönberg y El Otro respectivamente. Recreando la atmósfera de los cabarets literarios donde vieron la luz, la dinámica y creativa producción escénica de Tomas Muñoz y su equipo dieron buen marco a la presentación brindando un espectáculo correcto, quizás algo superficial en su abordaje, pero que no esquivó ningún tema. No deben pasarse por alto las contribuciones de Gabriela Salaverri, creadora del atractivo vestuario, de Jose Miguel Hueso al frente de la estudiada iluminación y de Rafael Rivero Hervis, responsable de las marcaciones coreográficas. A sala llena, los interpretes fueron calurosamente festejados por el público. 

 _______________________________________________________________________

 Madrid (Fundación Juan March), 7 de abril de 2024. Cabaré Pierrot – A. Zemlinsky Ein Lichtstrahl  /  A. Schönberg Pierrot Lunaire. «Cabaret Pierrot» March Madrid

Solistas: Sonia de Munck, soprano; Pepe Viyuela, actor; José Luis Montiel, actor.

Cecilia Bercovich, violín y viola; Natalia Margulis, violonchelo; Sofia Salazar, flauta y flautín; Eduardo Raimundo, clarinete y clarinete bajo; Eduardo Fernández, dirección musical y piano.

Direccion de escena y dramaturgia: Tomas Muñoz.     OW