Por Cristina Marinero Crítica: «Cenicienta» Festival Granada
La compañía francesa ha sido la encargada de cerrar la programación de danza en el 73º Festival Internacional de Música y Danza de Granada un día antes de la conclusión del certamen. El Ballet de la Ópera de Niza recibió el aplauso del público con la versión de Cenicienta, sobre la partitura de Sergei Prokhofiev (1940-1944), que el también coreógrafo francés, Thierry Malandain, creó en 2014 y que ha probado su calidad al seguir muy viva en los escenarios una década después. «
Una escena de «Cenicienta» / Foto © Festival de Granada | Fermín Rodríguez
Con esta edición, se despide el director del festival durante los últimos cinco años, Antonio Moral, a quien sustituye desde el 1 de agosto el gestor veneciano Paolo Pinamonti, hasta ahora director del Archivo Manuel de Falla y anterior responsable del Teatro La Fenice de Venecia, del Teatro de la Zarzuela de Madrid, del San Carlos de Lisboa y del Teatro San Carlo de Nápoles. Antonio Moral ha tenido, sin duda, una de las etapas directivas del festival granadino más difíciles de la historia, con todo lo que trajo a la vida cotidiana la epidemia de covid en 2020 y 2021. Pero lo recordaremos siempre, entre otras cosas, por su valentía al realizar el festival aquel verano de 2020, convirtiéndose en el primero en celebrarse, cuando el mundo se había cerrado. Gracias Antonio por haber puesto luz y alegría a aquellos meses tan tristes, sobre todo para aquellos que nos dedicamos a las artes escénicas, a la cultura y a estar mucho más en los teatros, los cines, las salas de conciertos y espacios de arte, que cautivos en casa.
El futuro, ahora, está en manos de Paolo Pinamonti. Como especialista en Falla, habrá coordinado, o estará en ello, una edición de 2025 del festival con El amor brujo como protagonista (¡esperamos!). Cumple 100 años desde su estreno en París en su partitura definitiva como ballet, con coreografía y protagonismo de Antonia Mercé La Argentina, evento fundamental en la historia coreográfica de nuestra danza española. Sería muy buena idea ofrecer en esa próxima edición tanto la coreografía de Antonio Ruiz Soler –estrenada en Londres, en 1955- como la de Antonio Gades (estrenada en 1989, a partir de la película de 1986), entre otras. Crítica: «Cenicienta» Festival Granada
El Ballet de la Ópera de Niza, como decíamos, llegaba a su cita del sábado 13 de julio con el Festival de Granada tras la triste noticia del prematuro fallecimiento, el 8 de junio pasado, de su director desde 2009, Éric Vu-An, con solo sesenta años. La representación ha estado dedicada en su memoria. El que fuera estrella del Ballet de la Ópera de París rompió fronteras al ingresar en la compañía a los 15 años con una exención de edad. Fue, además, de los primeros hombres de color en interpretar al Príncipe en El Lago de los Cisnes en la compañía con sede en la Opera Garnier y Opera Bastille. Su nombramiento al frente de la de Niza, en 2009, tenía como objetivo elevarla en calidad y así lo hizo. Hasta que se nombre un nuevo responsable, es su asistente ejecutiva, Céline Marcinno, quien está al frente del ballet del teatro de ópera de la icónica ciudad de la Costa Azul fundado en 1947.Crítica: «Cenicienta» Festival Granada
Habíamos visto hace diez años, en los Teatros del Canal de Madrid, esta versión de Cenicienta que presenta el Ballet de Niza. Thierry Malandain, su coreógrafo, como hemos adelantado, continúa al frente del Ballet de Biarritz desde 1998 y es uno de los escasos exponentes del ballet neoclásico de entre todos los centros coreográficos existentes en Francia. Es ya una de las personalidades más eminentes de la danza francesa y en 2019 fue nombrado miembro de su Academia de Bellas Artes. Malandain siempre explora las posibilidades de nuevos movimientos y formas corporales para ir un paso más allá en su vocabulario expresivo. En este ballet, el coreógrafo de Biarritz ha logrado equilibrar las variaciones más tradicionales, sobre todo en el paso a dos de Cenicienta y el Príncipe, con inventivas fórmulas de composición que rompen la línea. En ciertos momentos, esa capacidad creativa trae a escena una nueva manera de visualizar el cuerpo; otras, se ven movimientos un tanto forzados por esa idea de ser original.
Veronica Colombo, como Cenicienta, y Luis Valle Ponce encarnando al Príncipe, ofrecieron una representación de elevada calidad, donde brilla su férrea técnica. La bailarina arropa con dulzura sus intervenciones en solitario o acompañada. Valle Ponce, por su parte, es de los bailarines más aéreos y ligeros en sus saltos de los que hemos visto nunca, con una perfección inmaculada en sus evoluciones.
Contrastan con ellos las paródicas madrastra y hermanastras, interpretadas por hombres, como es tradición, aquí concretamente por los bailarines Alessandro Pulitani, Andrea Canalicchio y Théodore Nelson. Antes, en décadas pasadas, el hecho de que estos personajes se ofrecieran “en travesti”, como se dice en el argot del ballet, era un hecho inusual, diferente y original. Hoy en día, con la normalización de (casi) todo lo que tiene que ver con la fluctuación de géneros en algunos seres humanos, ya no destaca. Y en muchos momentos se siente un exceso de tono “drag” en estos personajes.
Estos protagonistas, como también Ilenia Vinci, que interpretó de forma exquisita al Hada, así como Romain Sirvent, en el papel de maestro de baile, son parte de una compañía que Eric Vu-An ha elevado a un estrato de excelencia y que sus continuadores deberían seguir mimando por ese camino de rigor, el único posible para poder seguir interpretando con altura las obras que más demandan de la técnica clásica y la interpretación dramática de los clásicos, neoclásicos y ballets modernos.
Granada (Teatro del Generalife), 13 de julio de 2024. Cenicienta, de Thierry Malandain/Sergei Prokofiev. Ballet de la Ópera de Niza 73º Festival Internacional de Música y Danza de Granada. OW