Por Federico Figueroa Crítica: «Cómicas» Teatro Zarzuela
El Teatro de la Zarzuela acierta con esta producción que pone la mira en el sainete, la forma en que se hacía y en las intérpretes de algunos de ellos. Todo eso ha pretendido ser Cómicas. Un espectáculo a medio camino del homenaje a aquellas mujeres del siglo XVIII y una reconstrucción con una pátina ambiciosa de historicismo. Crítica: «Cómicas» Teatro Zarzuela

El espectáculo arranca con la actriz y narradora Cristina Medina, que, apoyándose en la pedestre dramaturgia de Antonio Álamo, guía al público con intención de frescura a través de la historia de tres tonadilleras fundamentales: María Ladvenant, María Antonia Fernández —la célebre Caramba— y María del Rosario Fernández, conocida como la Tirana (retratada dos veces por Goya). Medina intercala textos, alguno ingenioso y otro punzante, y muchos en «estilo wikipedia», entre tonadillas que pretenden ilustrar a la vez que entretiener pero que consiguieron aletargamiento y bostezos entre el respetable. Faltó humor y chispa para recrear las tensiones sociales, políticas y de género de la época. Aquellas cómicas, lejos de ser ser simples intérpretes de moda, usaron el canto y el escenario como herramientas de crítica, ironía y resistencia. ¡Como las de hoy! Mucho hemos avanzado en este sentido, pero finalmente, si rascas un poco, aparece el cobre.

Musicalmente, la propuesta es sólida y bien trabajada. Aarón Zapico, desde el clave y al frente de su conjunto llamado Forma Antiqva, conduce con brío y sensibilidad a un conjunto instrumental que —salvo algún leve desequilibrio en los compases iniciales— responde con energía y precisión. El repertorio, rescatado de manuscritos conservados en el Fondo Musical de la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid, incluye obras de Blas de Laserna, José Castel, Antonio Rosales, Pablo Esteve y Pablo del Rosal compositores que dieron vida a la tonadilla escénica, un género de breve duración pero suculenta urdimbre. El disparate fue exhibirlas con piezas musicales de Johann Adolph Hasse y Joseph Haydn, como si los germanos fuesen el aderezo de los compositores hispanos. A este paso terminamos viendo óperas de Bretón con oberturas de Wagner, por aquello de que al salmantino le daba por caminar por la vereda del sajón.
El trío vocal formado por las sopranos Jone Martínez (Ladvenant), Pilar Alva-Martín (Caramba) y María Hinojosa (Tirana) fue muy apropiado por su diversidad tímbrica y solvencia interpretativa. Martínez, una lírico-ligera de argentino timbre, abrió la velada con fuerza. Alva-Martín fue un soplo de frescor y claridad tímbrica. La veterana Hinojosa demuestra las tablas que dan los años y con empaque teatral conectó muy bien con el público. La puesta en escena, firmada por Pepa Gamboa, se apoyó en elementos de atrezzo expresivos: tres grandes espejos, un baúl y poco más. El vestuario de época, diseñados por Jesús Ruiz, creó una pompa y circunstancia a la que no estuvo a la altura una dramaturgia que convirtió en un desfilo musical y actoral el escenario. En las escasas interacciones de las tres protagonistas se hizo evidente que un estilo más teatral y menos «documental» hubiese sido mejor vehículo a las reivindicaciones de esas tres mujeres, las cómicas, que han sido casi ignoradas por la historiografía oficial.
La duración del espectáculo, en principio ideal en nuestros días, se hizo cuesta arriba pasada la sorpresa de los primeros 15 minutos. El público resistió en la sala porque no hubo descanso. La ovación final fue merecida por la calidad artística. Lo del rescate de las tonadillas queda un tanto en tinieblas. Ellas —la Caramba, la Tirana, la Ladvenant y muchas otras— convirtieron el teatro en refugio de libertad y de gestación de cambio social.
Madrid (Teatro de la Zarzuela), 8 de mayo de 2025. Cómicas
Dirección musical: Aarón Zapico. Dirección de escena: Pepa Gamboa
Forma Antiqva.
Elenco: Jone Martínez, Pilar Alva-Martín, María Hinojosa y Cristina Media