Critica Concierto Ainhoa Arteta. Bilbao

Cuando la soprano finalizó su concierto interpretando, como bis, la romanza ‘No corté más que una rosa’ de la zarzuela de Pablo Sorozábal, el respetable, en pie, premió el trabajo de la cantante y del pianista, con fuertes y calurosos aplausos y bravos, fue la plena constancia de que se había vivido una velada memorable, que conlleva a la unívoca conclusión de que para creer lo visto tan solo había que haberlo escuchado.

Fue un concierto potente, poderoso, cargado de lirismo a la vez que de pasión y limpieza de sentimientos. La voz de Ainhoa y las 88 teclas del piano de Rubén tuvieron momentos de belleza preciosista, pese a ostentosas toses. Hay personas que aún no saben para qué es un pañuelo o una mano ante la boca. El famoso poemario de ‘Frauenliebe und lebem’ de Robert Schumann (con acertada explicación previa en palabras de Fernández), complejo en la dramatización de la modulación vocal que supone , concretamente en el pasaje ‘Süber Freund du bickest mich verwundert  an’,  sirvió para mostrar el poderío de la voz de la cantante tolosarra (rotunda del alfa al omega), en una pureza de colores realmente envidiable, y donde las manos del pianista mimaban su instrumento cubriendo las notas de la voz con  el mismo brillo que las del teclado.  Ainhoa y Rubén conformaron un dúo de complicidad pleno de emotividad. De mismo modo finalizó la primera parte con tres lied de Richard Strauss,  donde la grandeza de ‘Morgen’, que Arteta dedico a la memoria de quienes hemos amado y amamos y ya no están entre nosotros,  fue en su voz la transmisión de una emotividad que nos invadió a todos.

Cinco obras de Antón García Abril, agrupadas dos en las ‘Canciones del Recuerdo’ y el resto en las ‘Tres canciones sobre textos de Antonio Machado dedicados a Ainhoa Arteta’, tuvieron momentos álgidos en el poderoso centro vocal de la cantante como fue ‘La plaza tiene una torre’.  Otro momento de intensidad estuvo en la ‘Nana’  de Falla, en la que voz y piano volvieron a acunar a esa maravillosa música, en un deleite de delicadeza. Quien piense que es mucho el parabién aquí escrito, le respuesta no es otra que hay que escuchar para creer.

Fecha: 8-XI-2012. Lugar: Teatro Arriaga. Intérpretes: Ainhoa Arteta (soprano), Rubén Fernández (pianista). Programa: Obras de Schumann, Strauss, García Abril, Falla, Hanns y Sorozábal.

EMECE