Por Juan David Giraldo Crítica: Concierto Angel Blue Bogotá
En estos tiempos “de bárbaras naciones”, en los que se aboga cada vez con mayor vehemencia por abrir canales diplomáticos para conducir a buenas aguas la turbulenta realidad, el concierto de la soprano Angel Blue con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, bajo la batuta de su director titular Joachim Gustafsson, fue una contundente demostración de como el arte y la cultura logran crear puentes entre los pueblos donde otras instancias fracasan o se quedan cortas. El concierto tuvo lugar en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá la noche del pasado 31 de enero y se celebraba el XV aniversario del Centro Cultural Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo y, tras el coctel y los discursos se tenía prevista, inicialmente, la presentación del tenor polaco Piotr Beczała quien tuvo que cancelar por asuntos de salud.

«Lo maravilloso de la vida es que puede ocurrir lo imprevisible” y esto quedó claramente expuesto esa velada de gala lírica protagonizada por Angel Blue la carismática soprano nacida en Los Angeles que fascinó al público bogotano por una suma de virtudes que solo las grandes divas de su estirpe, como una Leontyne Price, una Shirley Verret o una Barbara Hendricks pudieran hacerlo: aunando a su extraordinaria calidad y colorido vocal un donaire, gracia y entrega a los cuales el público bogotano le fue imposible no sucumbir. Se intercalaron oberturas sinfónicas con arias operáticas italianas de Verdi, Puccini, Cilea, Leoncavallo o Mascagni, así como vibrantes piezas desde la ‘Heia, heia in den Bergen‘ de La princesa de las csárdás del húngaro Emmerich Kálmán a la salerosa ‘Las carceleras‘ proveniente de la zarzuela Las hijas del Zebedeo de Ruperto Chapí durante la que la extraordinaria soprano —cuyo olvido de alguna frase sirvió para mayor coquetería— lanzó rosas al público, reservando dos para el director y para el violín concertino Luis Martín Niño, mientras cubría sus hombros y besaba la bandera tricolor colombiana.

Para rematar la faena con dos bises, convidó a cantar a dúo a la soprano colombiana Eliana Osorio el aria O mio babbino caro de la ópera Gianni Schichi de Puccini — tan sorpresiva fue la invitación que esta se extravió por un momento tras bambalinas— y concluyó, con el negro spiritual Ride on King Jesus que inevitablemente remitió al recital que dio en Bogotá Marian Anderson a finales de la década de 1960. ¿Puede haber algo más poderoso que esto para hermanar países?
El concierto fue el glorioso cierre de esa noche que fue también la presentación de la programación que el TMJMSD ofrecerá en este 2025 a la ciudad y que incluye —entre más de ciento treinta espectáculos para todo tipo de público en edades y gustos—, el VII Festival de Música Clásica de Bogotá ‘Bogotá es América siglos XX y XXI’ y el Primer Concurso Internacional de Violín Ciudad de Bogotá, único en su tipo en Latinoamérica. Crítica: Concierto Angel Blue Bogotá
Bogotá (Teatro Mayor), 31 de enero de 2025 Angel Blue, soprano. Orquesta Filarmónica de Colombia. Joachim Gustafsson, director. OW