Crítica: Javier Camarena Teatro Real Por Federico Figueroa
Camarena, un cantante sin complejos
El Teatro Real presentó el concierto del tenor Javier Camarena dentro del ciclo “Las voces del Real” y también como parte de su “Semana de la Ópera”. Y no es para menos, pues el tenor mexicano es uno de los más queridos por el público de la capital, el que atesora más bises en la historia de este teatro. Sus éxitos en el escenario del Real son parte de la historia reciente del coliseo madrileño, desde aquellas funciones de La fille du régiment en 2014 hasta Il pirata en 2019, sin olvidar sus bises en Lucia di Lammermoor en 2018 y en L’elisir d’amore, también en 2019. Más recientemente lo escuchamos en el concierto de enero de 2021. Crítica: Javier Camarena Teatro Real
Esta vez volvió al Teatro Real con el mismo director de orquesta de este último concierto, el también mexicano Iván López Reynoso, quien estuvo al frente de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) en el que fue el debut de esta agrupación en Madrid. Y además gozó de la compañía de Mariachi Sol de América, ya que el programa propuesto fue, como decimos en México, “de chile, mole y manteca”; todo sabroso.
En la primera parte, se interpretaron arias y oberturas de cinco óperas italianas y una francesa. López Reynoso mostró su gran valía al frente de una OCG de muy buen nivel, con detalles belcantistas de excelente factura en la obertura de Anna Bolena de Donizetti y regalándonos su precisa y bien rematada lectura de la obertura de Les vêspres siciliennes de Verdi. Por su parte Camarena, recibido por el público con una gran ovación, empezó la velada algo frío con una página de la ópera Maria di Rudenz de Donizetti, en concreto el aria de Enrico “Talor nel mio delirio”. El recitativo, correcto pero escaso de matices, dio paso a unos compases donde el hermoso fraseo del tenor volvió a brillar tanto como sus visitas a la zona aguda en el cabaletta. De Giuseppe Verdi abordó, haciendo filigranas de gran finura, el aria de Oronte de I Lombardi alla prima crociata. La voz del tenor, en origen un ligero, va ensanchando con el tiempo, aunque él, con buen juicio, avanza piano piano en esa dirección. Cuando el veracruzano interpretó “Pourquoi me réveiller” de la ópera Werther entendí su retirada a tiempo de la ópera Manon, ambas de Jules Massenet (tenía previsto abordar este último título en el Liceu hace unos meses, junto a Nadine Sierra). Del mismo cantó “Je suis seul… Ah! Fuyez, douce image” y tanto en esta pieza como en el «Pourquoi me réveiller», a pesar del impecable estilo y la belleza del sonido, se percibió que su densidad vocal en el registro grave aún no tiene la suficiente potencia para imponerse a la orquesta. Y eso que aquí estaba siendo mimado por López Reynoso, quien controló el equilibrio sonoro en todo momento.
El preludio de La revoltosa de Chapí inauguró la segunda parte, con fulgores bien dosificados por López Reynoso, para dar paso a dos de las romanzas más conocidas del repertorio tenoril. La primera de ellas fue “De este apacible rincón de Madrid” de Luisa Fernanda, entonada de manera elegante pero carente de carne y un punto de chulería como requiere el personaje. Este apasionamiento sí que estuvo presente en la siguiente pieza, el “No puede ser” de La tabernera del puerto, de la que Camarena salió más airoso, aunque el público celebró ambas romanzas con el mismo gran entusiasmo.
A continuación López Reynoso y la OCG interpretaron exquisitamente la Rapsodia España de Emmanuel Chabrier para transitar hacia el bloque de música popular con la que se cerraría el concierto. La primera parte de este bloque estuvo conformado por el tango “El día que me quieras”, el bolero “Enamorada” y la famosísima “Granada”, cuyos arreglos musicales a cargo de Dimitri Dumim me resultaron algo empalagosos. Camarena sabe adaptarse, más o menos, a todos estos géneros, pero donde brilló fue en la segunda y última parte de este bloque final, en la que él se hizo acompañar por el mariachi. Y no solo eso, sino que Camarena se cambió de atuendo y salió al escenario vestido como uno más del conjunto mexicano, salvo el sombrero. Ahí parecía estar en su salsa, feliz de ver feliz, y yo añadiría que sorprendido, al público que abarrotaba el Teatro Real. Micrófono en mano, Javier Camarena cantó cinco “rancheras” de géneros tan diferentes como el bolero ranchero “Si nos dejan” o la canción bravía “¿De qué manera te olvido?”. Y Como propina ofreció, esta vez ya con la orquesta, el bolero “Contigo en la distancia”, con el que cerró por todo lo alto su visita al Teatro Real.
El mexicano no mostró ningún remilgo al traer, sin complejos, música de su tierra a un gran teatro de ópera. ¿Se imaginan a cantantes españoles, como Saioa Hernández o Jorge de León, en el Colón de Buenos Aires o el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, cantando música “popular” de la tierra que les vio nacer? Algo similar ya lo han hecho otros grandes cantantes españoles, pero lo cierto es que los contextos nacionales son muy diferentes. No obstante, y salvando las diferencias entre los países hispanoamericanos y España, Camarena si quiere, puede, y además se le permite. Y en esta ocasión el primero que se lo permitió fue el público que abarrotaba tanto la sala del teatro como la plaza de Isabel II, donde se estaba emitiendo en diferido el concierto. Ovación por todo lo alto.
Madrid, 12 de julio de 2023, Teatro Real. «Las voces del Real». Concierto de Javier Camarena, tenor.
Obras de Gaetano Donizetti, Giuseppe Verdi, Jules Massenet, Ruperto Chapí, Federico Moreno Torroba, Pablo Sorozábal, Carlos Gardel, Consuelo Velázquez, Agustín Lara, Rubén Fuentes-Silvestre Vargas, José Alfredo Jiménez, Federico Méndez, Elpidio Ramírez-Pedro Galindo y César Portillo de la Luz.
Mariachi Sol de América.
Orquesta Ciudad de Granada. Dirección: Iván López Reynoso.