Por María Pardo Crítica: Concierto Ludovic Tézier Real
El barítono marsellés Ludovic Tézier nos ofreció un elegante concierto, dentro del ciclo titulado ‘Voces del Real’ en el coliseo de la Plaza de Oriente. Al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real estuvo el maestro berlinés Marcus Merkel, que se hizo con las riendas y supo hacerse entender entre los músicos, prestando atención a los detalles, tanto cuando interpretaban los temas instrumentales como las piezas cantadas.
Las piezas orquestales de la primera parte estuvieron muy bien escogidas desde su comienzo, con la rareza de la Obertura de La perle du Brésil de Félicien David; pasando por el Intermezzo de Les contes d’Hofmann de Jacques Offenbach; la Bacchanale de Samson et Dalila de Camille Saint-Saëns, con un tutti final bien compensado a un ritmo vigoroso; destacando, sin lugar a dudas, la Méditation de Thäis de Jules Massenet y la brillante interpretación del violín solista Bertrand Cervera, que llevo al público a un estado más allá del mero acto de estar presente escuchando una melodía. De las concernientes a la segunda parte, dedicada completamente a Wagner, tan sólo pareció deshilvanarse un poco el preludio de Die Meistersinger von Nürnberg en el que hubo algún barullo sonoro. El resto de piezas instrumentales de la segunda parte consiguieron encauzarse de nuevo volviendo a su habitual buen hacer.
En cuanto a lo tocante al barítono Ludovic Tézier, nos concedió una primera parte exquisita con una emisión de voz redonda, una dicción depuradísima, haciendo gala de un buen fraseo y un legato magnífico, quizás algo forzado en algunos finales que cerró “en seco”. Fue expresivo en dinámicas y muy bien equilibrado en la prosodia y pronunciación francesa. Se prodigó en número de piezas cantadas comparado con muchas de las intervenciones que han venido sucediéndose en el ciclo ‘Voces del Real’. Crítica: Concierto Ludovic Tézier Real
Las piezas incluidas en la primera parte fueron: “Scintille diamant” de Les contes d’Hoffmann; “Sois immobile” de Guillaume Tell de Gioachino Rossini (obras no muy largas y de finales discretos); “Qui donc commande quand il aime?” de la ópera Henry VIII de Camille Saint-Saëns, que fue la obra más remarcable de toda la sección francesa del programa, por la belleza en la sencillez de emisión, sin vibratos exagerados y con una presencia rotunda; y, por último, “Voici donc la terrible cité” de Thäis, con una interpretación dramática y entregada para cerrar un fragmento cómodo para el barítono francés.
La segunda parte fue harina de otro costal. Estuvo dedicado completamente a Wagner, probablemente para probarse en ese repetertorio, sujeto a la presencia del atril en el que cantó “Wie Todesahnung… O du mein holder Adendstern” de Tannhäuser; “Abendlich strahlt der Sonne Auge” de Das Rheingold; y “Wotans Abschied und Feuerzauber” de Die Walküre donde lo más destacable fueron las frases que llevaban más carga heróica. En este repertorio pecó de exceso de rigor en la pronunciación de las “t” y “d” que coincidían en finales de frase resultando brusco en la dicción, por lo que la prosodia alemana le quedó más despareja. Tampoco es un repertorio fácil y menos aún uniendo todas estas partes en las que, además, queda extraño al no estar acotadas como arias en sí.
El postre de los bises estuvo compuesto por “Pietà, rispetto, onore” de Macbeth de Verdi y por su pequeño homenaje al personaje literario emblemático español Don Quijote cantando “El sueño imposible”, del musical El hombre de la Mancha, pero en francés. Y este fue el momento más álgido de la noche en la que el sonido de la Orquesta Titular del Teatro Real interpretando este género más el alma que Tézier aportó, a través de su voz junto a su actitud entrañable y discreta, pero llena de excelencia y elegancia, un regalo que ninguno de los asistentes olvidará.
2 de octubre de 2024, Madrid (Teatro Real) Concierto del barítono Ludovic Tézier. Director musical: Marcus Merkel. Orquesta Sinfónica de Madrid, titular del Teatro Real.
Obras de: Félicien David, Jacques Offenbach, Gioachino Rossini, Camille Saint-Saëns y Jules Massenet.