Crítica: Concierto Samuel Mariño Madrid Por Federico Figueroa
El debut del caraqueño Samuel Mariño en el ciclo «Universo Barroco» del Centro Nacional de Difusión Cultural (CNDM) se esperaba con la expectación de una gran cita del belcanto. Anunciado como sopranista, voz «natural» de soprano masculino que no usa el falsete, y con un estupendo trabajo de mercadotecnia, el cantante se ha hecho un buen espacio en ese nicho de voces, la de los contratenores, que arrastra a fieles seguidores que ya están convencidos de la excelencia del producto antes de que suene la primera nota. Y así se lo hicieron saber al cantante, con vítores y una salva de aplausos, en cuanto apareció en el pequeño escenario de la Sala de Cámara del Auditorio Nacional, ataviado con un estrafalario vestuario de apariencia galáctica y despachó «Agitata da due vento», aria de Costanza de la ópera Griselda de Vivaldi, con una voz bonita en la que repartió a su gusto los juegos pirotécnicos vocales que la pieza exige. Crítica: Concierto Samuel Mariño Madrid
Pero también evidenció que su voz es pequeña, muy pequeña. La franja que va del registro grave al central fue inaudible. Y los agudos están ahí pero suenan tirantes, al límite. De fiato estuvo corto, respirando aquí y allá de manera poco ortodoxa. Continuó con el aria «Dite, oimè», de tipología «patética», de la ópera La fida ninfa del mismo compositor. La escasez de armónicos, el anodino color de voz y el uso excesivo del portamento afearon el resultado global. Y esto se repitió en las dos partes del concierto, ocho arias en total, con el inconveniente de que con cada pieza cantada su instrumento se mostraba más cansado. En la primera parte también interpretó, de aquella manera, arias de óperas de Antonio Caldara y Alessandro Scarlatti. En la mitad de este primer bloque el conjunto Concerto de’ Cavalieri, comandado por el Marcello Di Lisa, interpretó el Concerto grosso en re mayor, op. 6, no. 4. Las desafinaciones del primer violín fueron notorias y el escaso volumen en general deslució este primer número sin la presencia de Mariño. Crítica: Concierto Samuel Mariño Madrid
La segunda parte la arrancó el ensemble instrumental con un descafeinado Concierto para cuerda en re mayor, RV 121 de Vivaldi para continuar con el cantante, que apareció con un vestuario diferente, en ‘color rojo ferrari’. Este abordó la famosa «Vedrò con mio diletto» de la ópera Giustino del mismo compositor veneciano, a la que le le faltó una buena dosis de expresividad. Las carencias volvieron a notarse en la primera propina, «Lascia ch’io pianga» de la ópera Rinaldo de Händel y «Sventurata navicella» de la vivaldiana ópera Giustino. A mitad de la segunda parte Concerto de’ Cavalieri, el conjunto que acompaña a Mariño en esta visita a Madrid y Sevilla, desconcertó en una interpretación desangelada del «Concierto para cuerda en sol menor, RV 156», pero que fue la cota más alta de la velada. El biografía de Mariño impresa en el programa de mano destaca, en la primera línea, su brillante presencia. Quizá esto se quedó en el camerino y lo de brillante estaba en el ‘outfit’. Porque un ratito de taconeo y algunos saltitos en torno a la violinista cuando fue el turno de “Quell’ augelin che canta” de la ópera Silvia. No vi un sello propio en la gestualidad del cantante y me sorprendió malamente que, siendo este programa parte de su repertorio básico, utilice un atril en el escenario y esté leyendo la partitura con mucha más frecuencia de lo deseado. Esta detalle no ocurre ni en los recitales de final de curso de un conservatorio. En mi opinión este ha sido el concierto de menor calidad del prestigioso ciclo «Universo Barroco» en años. Sin embargo el público se lo pasó estupendamente, hubo aplausos en pie (la deseada «standing ovation») y caras felices a la salida. ¡Cosas del mundo actual!
El próximo 20 de marzo volverá a presentarse en Madrid, en los Teatros del Canal, acompañado de otra agrupación barroca. Algunas de las arias que interpretó en esta ocasión están en el programa de esa futura visita. Ojalá y ya no necesite del atril y las partituras para disfrutar de su actuación performativa.
Madrid (Auditorio Nacional – Sala de Cámara), 21 de febrero de 2024. Universo Barroco Concierto de Samuel Mariño. Obras de: A. Vivaldi, A. Caldara, A. Corelli, A. Scarlatti.
Concerto de’ Cavalieri – Marcello di Lisa, director Samuel Mariño, sopranista