Día 07/04/13 11:30 h Sala: Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música en Madrid
Obras:
Anton Webern (1883-1945)
Sechs Stücke für Orchester (Seis piezas para orquesta), opus 6a
I. Etwas bewegt
II. Bewegt
III. Zart Bewegt
IV. Langsam. Marcia funebre
V. Sehr langsam
VI. Zart Bewegt
Friedrich Cerha (1926)
Like a tragicomedy (como una tragicomedia) (Estreno en España)
Franz Schubert (1797-1828)
Sinfonía en do mayor, D944, «La grande»
Andante – allegro ma nos troppo.
Andante con moto.
Scherzo: Allegro Vivace
Allegro Vivace
Fría mañana la que se presentaba para el estreno en España de la obra de Cerha «Like a tragicomedy»; frío por el clima y frío por la asistencia, más bien escasa, al concierto. Muy en consonancia con la obra del compositor y director austríaco se programaron las «Seis piezas para orquesta» de Webern, dando color a un concierto extraordinario que se enmarcaba dentro de las ya tradicionales Cartas blancas a, con los que colabora la OCNE con la Residencia de estudiantes. Esas seis piezas sirvieron de prólogo a la tragicomedia de Friedrich Cerha, estrenada en el año 2010, obra de gran densidad orquestal atonalista y que representa, mediante su variedad sinfónica, los contrastes de la vida contemporánea, de este siglo XXI que nos ha tocado vivir. Gran expresión con entrelazamiento de momentos densos, en lo musical con otros momentos más camerísticos de gran belleza, como ese dúo de arpa y viola tras el solo del instrumento de cuerda. Obra compleja, como la de Webern, pero, indudablemente hermosa con esa belleza rara que desencadena este tipo de composición, destinada más bien a removerte las entrañas que deleitarte. Collon estuvo realmente preciso, conciso en los matices de la primera, más embriagado en la segunda, claro en el gesto y dinámico en la dirección. Calurosa la ovación final al compositor austríaco de los asistentes al concierto que le homenajearon sin ahorrarse «bravos».
Para la segunda parte, la más digerible «Novena sinfonía en do mayor», «La grande», de Schubert, última obra orquestal que compuso el insigne creador. Con una orquesta mucho menor que la utilizada en el principio y en la que abundaban las cuerdas, desapareciendo prácticamente la percusión y disminuyéndose, lógicamente los metales; Collon, ya sin partitura, dio rienda suelta a su dirección, como si se hubiera liberado, el dinamismo inicial no era tal comparado con lo que observábamos en este momento. Utilizaba todo el cuerpo para dar énfasis a cada momento, sacar todos los detalles que ensalzaran aún más la ya de por sí excelsa partitura de una obra plenamente lírica, hermosa, que entra por el oído directamente, sin problemas; que supuso, no hay que dudarlo, una liberación para los oyentes además de para el director británico. Buen sabor de boca para acabar un concierto diferente, irregular, pero siempre edificador.
Orquesta: Orquesta Nacional de España
Director/a: Nicholas Collon
Mariano Hortal
