La Metropolitan Opera de Nueva York continúa rentabilizando el montaje de David McVicar para «Tosca» de Puccini. En esta ocasión, hemos visto la enorme sala del Met abarrotada de aficionados atraídos por el debut de dos de las mejores voces del panorama operístico, la soprano Lise Davidsen en el papel titular, y el tenor Freddie De Tommaso como Mario Cavaradossi. El reparto se completó con Quinn Kelsey como el malvado Barón Scarpia, mientras que Yannick Nézet-Séguin llevó los mandos desde el foso.
La noche del 12 de noviembre en el Met fue una celebración del compositor italiano Giacomo Puccini, apenas unos días antes del centenario de su muerte. Además de una cena de gala tras la ópera, el Met proyectó un vídeo corto antes de la representación. Se trataba de una animación que repasaba el archivo del Met, con documentos de los dos viajes que Puccini hizo a Nueva York para visitar el Met, entonces enclavado en la 39th St con Broadway.
El éxito de su primera estancia en 1907 para supervisar las representaciones de Manon Lescault y Madama Butterfly lo hizo regresar tres años después para el estreno mundial de La fanciulla del West, que lo convirtió en una leyenda en los Estados Unidos. De todo ello se conservan tesoros documentales que hoy el Met hace bien en recuperar y exponer.
El director artístico del Met, Yannick Nézet-Séguin, dirigió la orquesta del Met en esta noche de gala. De nuevo, el canadiense demostró su gran dominio de la orquesta y su intuición para subrayar momentos de gran expresividad orquestal. Sin embargo, su batuta suena algo absorta del canto, con tempi poco favorecedores, concertantes estruendosos y una propuesta general indisimuladamente posmoderna, y por tanto fuera de estilo. El público del Met, siempre generoso, no quiso afearle nada de ello, y fue recibido con aplausos tras la ópera.
La soprano noruega Lise Davidsen debutaba el papel de Floria Tosca en el Met. Tras sus sonoros éxitos en apariciones anteriores, eran muchos los aficionados atraídos por el arte de esta soprano excepcional.
En efecto, la voz de Davidsen es un instrumento sin parangón en la actualidad. Pero Tosca requiere una actriz cantante, una soprano capaz de dibujar con el canto un paisaje emocional rico, creíble y humano. La capacidad de Davidsen para actuar en escena está lejos de sus recursos vocales. Sin embargo, en esta ocasión nos resultó mucho más creíble de lo esperado, con efectivas interacciones con todos sus compañeros y una presencia escénica que resultó actractiva y natural.
Puccini, con sus inflexiones netamente italianas y su lirismo tardorromántico, es acaso el compositor que mejor transforma, a través de la melodía y la orquestación, la emotividad y el realismo sentimental para convertirlos en poesía lírica. Los intérpretes deben someterse al estilo para salir victoriosos. Y Davidsen se empeñó en esa tarea. La soprano regala con su Tosca notas de calidad insuperable y frases de escalofriante dificultad técnica servidas con inusitada facilidad; pero supedita su línea de canto al estilo, muy atenta a la orquesta, manteniendo en todo momento la conexión emocional con el personaje. La suma de su solvente actuación y su canto fiel a la música le valieron otro triunfo incontestable, que confirma la inteligencia de una artista que camina con paso firme y paciente hacia su madurez.
Davidsen fue recibida a su entrada en escena con un gran aplauso del público y resolvió el primer acto de manera muy convincente. En el segundo acto, con una Vissi d´arte espléndida en lo vocal y algo desconectada de la orquesta (quizá por mor de un Nézet-Séguin un tanto caprichoso), Davidsen dominó la escena, muy compenetrada con De Tommaso y Kelsey.
El tenor angloitaliano Freddie De Tommaso llegó al Met precedido de su fama de gran tenor lírico. El tenor no decepcionó como Mario Cavaradossi, con un canto inflamado, sana proyección, naturalidad y comodidad en el agudo. En ocasiones, De Tommaso se muestra parco en la expresión, algo habitual en los artistas jóvenes, aunque su entendimiento con Davidsen dio lugar a momentos de gran calidad teatral. Creemos que en las representaciones sucesivas podrá mejorar lo que ya fue un debut muy exitoso, algo enturbiado por ciertos titubeos iniciales, sin duda fruto de los nervios.
El expresivo barítono hawaiano Quinn Kelsey fue un Scarpia incisivo y atractivo, muy musical. Kelsey sabe compensar la liviandad de la línea con efectivos giros cromáticos que imprimen carácter a cada una de sus intervenciones, si bien el personaje requeriría canónicamente una voz de mayor porte.
Los comprimarios firmaron interpretaciones de relieve. Destacó el ya habitual Patrick Carfizzi como sacristán, con intervenciones efectivas y de mucho encanto. También Tony Stevenson volvió a convencer como Spoletta, mientras que Kevin Short estuvo más discreto en su papel de Cesare Angelotti.
Tanto la lustrosa puesta en escena de David McVicar, como los dramáticos escenarios y el lujoso vestuario de John Macfarlane, siguen luciendo en plenitud gracias al buen hacer de los empleados del Met. El coliseo metropolitano sabe cuidar su motor, y mantiene una solvente fuerza en sus equipos estables, capaces de alimentar la fábrica de ópera más fructífera del mundo.
Lise Davidsen despierta pasiones en sus seguidores y también en sus detractores, que también los hay. Estará en esta Tosca de Nueva York tan solo 4 noches, que sin duda llenarán el teatro. Volverá más tarde en la temporada en el esperado Fidelio de Beethoven.
Metropolitan Opera de Nueva York, a 12 de noviembre de 2024. Tosca, ópera en tres actos con música de Giacomo Puccini y libreto en italiano de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa.
Dirección Musical: Yannick Nézet-Séguin. Orquesta y coro de la Metropolitan Opera (director del coro: Tilman Michael). Director de escena: David McVicar, Escenografía y vesturario: John Macfarlane, Iluminación: David Finn, Directora de movimiento: Leah Hausman, Directora del revival: Sarah Ina Meyers.
Reparto: Lise Davidsen, Freddie De Tommaso, Quinn Kelsey, Kevin Short, Patrick Carfizzi, Christopher Job, Luka Zylik, William Guanbo Su.