Crítica de don Carlo de Verdi. Oviedo

Oviedo. Teatro Campoamor

Con esta gran ópera de Verdi se cerró la temporada del Campoamor de ópera con una producción de Giancarlo del Mónaco, posiblemente de las menos espectaculares suyas pero eficaz. La obra se presentó sin el acto primero de Fontainebleau y algún otro corte,de ballet, cambiando el final en que Felipe II apuñala a su hijo Don Carlo. Opera compleja que exige 6 cantantes de gran nivel y adecuación..

El gran éxito se lo llevó a partes iguales Ainhoa Arteta como Elisabetta y Juan Jesús Rodríguez como Rodrigo. Es cierto que son los personajes con los que el público se identifica más por sus personalidades positivas pero si a eso se le unen dos cantantes excepcionales pues completo. Y así fue. Ainhoa Arteta, que debutaba el rol, posee una voz be timbre bellísimo que proyecta muy bien y que accede a la zona aguda de forma fácil con una capacidad para los pianos y fortes magníficas. Además era una reina total, con una presencia formidable y una nobleza total. Juan Jesús Rodríguez está haciendo una carrera muy inteligente. Posee una voz potente de barítono y un fraseo poco común con un timbre muy agradable.

Con ellos el Tenor Stefano Secco que no es el más apropiado para el rol del protagonista, ni por voz, escasa y de timbre no muy bello y por presencia escénica; pasó en muchos momentos desapercibido, lo que es grave. El Felipe II de Felipe Bou estuvo correcto pero aún le falta madurar un papel que también debutaba. Alex Penda, Eboli, es una graqn cantante de barroco pero aquí no estuvo bien. Sus medios cánoros son inadecuados para un personaje como este. Otro tanto ocurrió con el Gran Inquisidor Luiz Octavio Faria, de voz engolada y desagradable, sin autoridad ninguna. Bien la voz del cielo de Eliana Bayón, y muy discreto el heraldo de Alberto Nuñez. A destacar el debut entre los Flamennos de los granadinos, el bajo Francisco Crespo al que se le augura una gran carrera y el barítono Pablo Gálvez de bonito timbre pero que aun le queda mucho trabajo por delante. La  orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y el coro de la ópera de Oviedo siguieron las indicaciones del maestro Corrado Rovaris que dirigió con buen pulso y tiempos coherentes consiguiendo una muy buena interpretación.

El público aplaudió con ganas durante bastantes minutos, especialmente a Ainhoa Arteta y Juan Jesús Rodríguez.

 

Francisco García-Rosado